Dias, semanas, meses habían pasado.El tiempo había pasado lentamente desde el fatídico día en que Alessa había sido ingresada al hospital. Los días se habían convertido en una monotonía insoportable para Zac, Alessandro, Harry y sus amigos que se turnaban para estar al lado de Alessa en la sala de cuidados intensivos. Cada día se aferraban a la esperanza de que despertara, pero el silencio continuaba pesando en la habitación.
Zac se encontraba sentado junto a la cama de Alessa, mirando fijamente su rostro sereno. Su expresión reflejaba una mezcla de dolor, impotencia y desesperación. Se preguntaba una y otra vez cómo habían llegado a esta situación, cómo su hija había terminado tan gravemente herida. Se sentía culpable por no haber podido protegerla, por no haber estado allí cuando más lo necesitaba.
Los demás también compartían su angustia. Jess y su padre se aferraban el uno al otro en un abrazo silencioso, tratando de encontrar consuelo en medio de la incertidumbre. Liam y su padre junto con Rose mantenían una actitud más reservada, pero sus miradas preocupadas revelaban el tormento que sentían en su interior. Rose apesar de todo queria a su hija y le dolía que en ese momento estuviera postrada ahí, sin insultarla, sin sus comportamientos fuera de lugar.
Mientras tanto, en el mundo onírico de Alessa, se encontraba caminando por un paisaje surrealista junto a Edward. El ambiente estaba impregnado de una extraña calma, como si el tiempo se hubiera detenido. Se sentía reconfortada por la presencia de Edward, pero al mismo tiempo, una sensación de inquietud la invadía.
Sabía que este mundo no era real, que Edward ya no estaba vivo, pero no podía evitar aferrarse a esta ilusión como una forma de escape de su dolor y sufrimiento.
— Ya ha pasado mucho tiempo cariño.— le dice Edward con un tono de voz suave.
— No me quiero ir, quiero quedarme contigo.
— No es el momento Less. Tienes que volver a tu vida, tienes que volver con Zac, con tu abuelo. Tienes que volver con Harry y con Jess. No puedes hacerle esto, sabes que la mataría no tenerte más con ella. Sabes lo que sufrió cuando yo...
— Pero me siento tan bien aquí, me siento tan bien contigo. Siempre ha sido asi. Soy muy feliz.
— Ya llegará nuestro momento de ser felices por toda la eternidad, mientras tanto hay una persona que está esperando por ti. Harry ha sufrido mucho Alessa. No puedes hacerle eso.
— Te amo Eddie.
— Y yo te amo a ti princesa, y asi será. Por siempre.
Edward deja un suave beso en los labios de Alessa, que ella lo siente como una caricia y pronto lo ve alejarse, desapareciendo poco a poco.
De un momento a otro Alessa se proyecta fuera de su cuerpo observando a su padre acariciar su mano. Zac se veía exhausto, con ojeras profundas bajo sus ojos y el ceño fruncido por la preocupación que lo había consumido durante días. Su cabello, por lo general perfectamente peinado, estaba desordenado y descuidado, reflejando el estrés y la ansiedad que había experimentado mientras esperaba el despertar de su hija.
"¡Papá! ¡Aquí estoy!" le grita Alessa a su padre pero es en vano porque ni siquiera se inmuta.
La puerta de la habitación se abre dándole paso a Alessandro. El corazón de Alessa se apachurra en su pecho al verlo. Alessandro mostraba signos evidentes de agotamiento y preocupación en su rostro curtido por los años. Sus ojos reflejaban una profunda tristeza y ansiedad mientras permanecía junto al lecho de su nieta. Su expresión estaba marcada por la impotencia de no poder hacer más para ayudar a Alessa en su lucha por la vida. A pesar de su apariencia cansada, su presencia irradiaba un aura de fuerza y determinación, dispuesto a permanecer junto a su nieta durante cada paso del camino hacia su recuperación.
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Let me | h.s.
FanfictionCariño, cuéntame tus miedos, tus más oscuros secretos, déjame sanar tu dolor, déjame ser tu hombre, para que pueda amarte.