HarrySonreía mientras observaba a Alessa sostenerse con gran facilidad de los dos tubos a sus costados. Clara, la fisioterapeuta, la animaba a caminar. Lessa, quien llevaba tan solo unos jeans y una de mis sudaderas, solo que ella no lo sabía. Se veía tan linda, incluso en medio de todo este caos. Había algo en su fuerza, en su determinación, que me hacía admirarla aún más.
Verla así, luchando, me llenaba de una mezcla de orgullo y tristeza. Era difícil verla pasar por esto, especialmente sabiendo que no recordaba nada de lo que habíamos compartido. Pero al mismo tiempo, cada pequeño avance que hacía era un rayo de esperanza, un recordatorio de que ella era fuerte y valiente, mucho más de lo que se daba cuenta.
—Muy bien, Alessa, solo un poco más.— Clara la alentaba con una sonrisa cálida.
Alessa dio un paso más, luego otro. Sus movimientos eran vacilantes, pero su determinación era inquebrantable. Mis manos se apretaban en puños, deseando poder transferirle toda la fuerza y el coraje que sentía por ella.
Cuando finalmente llegó al final del recorrido, se dejó caer en la silla de ruedas con un suspiro de alivio. Clara aplaudió suavemente y le dio una palmadita en el hombro antes de retirarse para darle un momento de descanso.
— Esta vez fue mucho más tiempo el que lograste caminar.— La felicita Clara mientras observaba el reloj en su muñeca.
La caminata no solamente la ayudaba a sus habilidades motrices sino también a controlar sus respiraciones. Alessa se cansaba muy rápido debido a su falta de actividad.
Me acerqué lentamente, queriendo darle su espacio pero sin poder resistir la necesidad de estar cerca de ella.
—Lo hiciste genial, Alessa.— Dije con una sonrisa, tratando de ocultar la emoción en mi voz.
Ella levantó la vista hacia mí, sus ojos verdes llenos de agotamiento pero también de una chispa de satisfacción.
—Gracias...— Su voz era suave, casi tímida. —Aunque me encuentro agotada. Gracias por estar aquí Harry, de verdad lo aprecio mucho.
Mi corazón se encogió un poco ante sus palabras. Era como si estuviera conociendo a una nueva versión de ella, una versión que aún tenía que descubrir todo lo que habíamos vivido juntos. Pero eso estaba bien. Era una oportunidad para enamorarnos de nuevo, para reconstruir lo que habíamos perdido.
— No tienes que agradecerme nada. Estoy aquí porque quiero estarlo.
Ella asintió lentamente, como si tratara de procesar mis palabras. Luego, una pequeña sonrisa se formó en sus labios.
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Let me | h.s.
FanfictionCariño, cuéntame tus miedos, tus más oscuros secretos, déjame sanar tu dolor, déjame ser tu hombre, para que pueda amarte.