La reunión con los demás señores de Shiroyama para discutir el destino del clan Asano fue al día siguiente del funeral. Ni su séquito ni mucho menos él habían salido de su confinamiento, y ser consciente de que podrían estar tramando algo era una molesta espina en su costado.
Soju Asano era demasiado inestable y ya había causado suficiente daño como para ser mantenido con vida, eso lo sabía. El resto de su clan era el problema.
De ser por él, todos tendrían el mismo destino. Y no le importaría llevar a cabo la sentencia con sus propias manos.
Pero ya no estaba en el campo de batalla; ya no podría salir totalmente impune si decidía dar rienda suelta a sus impulsos, por más Gran Señor que fuera ahora. Podía tomar muchas decisiones sin considerar la opinión del resto de los mandatarios, pero esto era diferente.
Permanecieron discutiendo y proponiendo soluciones durante horas. Algunos exigían exilio para la familia Asano, otros encarcelamiento, otros más ejecución. Sesshomaru los escuchaba a todos en silencio, evaluando sus opciones. Se presentó información sobre los movimientos de Asano desde el inicio de la guerra, el cierre de sus fronteras desde la disolución del compromiso con la princesa; se habló de su candidato Onigumo y sus orígenes, de los avistamientos de barcos comerciales en sus costas...
Era demasiada información para ser cubierta en una sola reunión, por lo que continuarían al día siguiente... y seguramente el día después de ese.
Lo único que le quedaba claro era que no había nadie que le diera un voto de confianza a ese clan después de lo que había hecho. O más específicamente a su señor. Sólo sus vasallos más fieles seguían rogando clemencia sin descanso.
Cuando Sesshomaru llegó a su pabellón soltó un gruñido hastiado. No le gustaba reconocer que estaba cansado, así que repasaría las notas de la reunión del día para ver si había pasado algo por alto.
Como ya era costumbre en los últimos días, Jaken llamó a su puerta.
Rin seguía enviándole teteras acompañadas con una pequeña nota. Cada noche probaba hacerle algo diferente y siempre le preguntaba si había surtido efecto. Pero si era así, él dudaba que fuera precisamente por el té.
Espero que esto pueda ayudarte después de estar en esa reunión todo el día. Te diría qué es, pero tiene un nombre tan extraño que ya olvidé como se escribe. Me han dicho que es muy bueno para la ansiedad y el insomnio, ya me dirás si sirve o no.
¿Crees que podamos hablar cara a cara un día de estos, o estarás muy ocupado?
Afectuosamente,
Rin.
Tomó un sorbo mientras contemplaba la carta. Su letra era pequeña y regular, ligeramente infantil. Podía imaginársela sonriendo mientras escribía.
Sin haber terminado la taza, se levantó y salió de su habitación, ignorando a los sirvientes mientras atravesaba los pasillos y escaleras hasta el pabellón que ocupaba Rin.
Ni siquiera lo pensó dos veces y llamó a la puerta.
Rin, que estaba estudiando sentada en la mesita de la sala, se extrañó. Pensando que eran las sirvientas que habían olvidado algo, pasó la página de su libro y dijo con jovialidad:
―Adelante. Les aseguro que estar despierta un rato más no arruinará mi descanso ―más de una vez le habían recomendado acostarse temprano, pero ella generalmente se quedaba leyendo hasta tarde.
Estaba tan concentrada memorizándose aquel párrafo que casi no se dio cuenta de que entraba una figura distinta a la que esperaba. Tuvo que mirar dos veces para caer en cuenta.
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Grabado en Piedra
FanfictionSessRin - AU - Rin nunca tuvo mucho interés en saber quién era el muchacho que la entrenaba clandestinamente. Para ella sólo era Yako, su amigo. Su... algo más. Pero al volver de una larga y cruenta guerra, Yako ya no es el mismo de antes. Ahora es...