Han Jisung entra en el concepto de omega perfecto, siempre lo ha sido o, al menos, es lo que siempre creció escuchando. Su cuerpo volviéndose en el deseo de todo alfa pues al estar tan bien proporcionado es imposible no querer arremeter contra él, a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Ingresó al apartamento después de tres largas horas fuera de este, luego de haber salido del edificio donde se alojaba el mayor decidió ir a dar miles de vueltas por algún parque cercano para asimilar lo que tendría que hacer el día de mañana y, aunque su lobo se sentía emocionado, él estaba un poco aterrado.
—¡Sung!
Dio un respingo ante el repentino llamado, ni siquiera se había dado cuenta que las llaves de su amigo ya estaban en su lugar y que las luces se encontraban encendidas, volteó y sonrío cuando vio al alfa de Seungmin arrimado en la pared.
—¡Hyung! —el mayor rio ante la emoción—. ¿Ya comió?
—Eso vine a hacer —rio—. Seungmin está preparando algo pero al escuchar el ruido me envió a recibirte —encogió sus hombros—. ¿De dónde vienes? —enarcó una de sus cejas.
Sus mejillas se incendiaron repentinamente ante las palabras, quería fingir que no entendía porque la pregunta de su amigo, sin embargo, era imposible negar su obvia salida y más que nada el aroma del alfa sobre él, porque sí, Jisung sentía el aroma de Minho sobre él.
—Fui a ver a un compañero del trabajo —encogió sus hombros, esperaba que aquello le restara importancia—. Quería saber que tal había estado yendo todo estos días, además recién inicio en la empresa y ya ando faltando —se quejó—. Solo por eso salí hyung —rio.
Changbin arrugó su ceño, las feromonas de alfa sobre el omega eran demasiado fuertes, posesivas y ligeramente excitadas, como para ser de una simple visita de trabajo, pero no era su padre y apenas llevaban conociéndose unos meses, no podía llenarle de preguntas al menor como lo haría con su medio hermano.
—¿Changbin? —le llamó—. ¿Era Sung?
El omega más alto apareció por el lugar, frunció su ceño y arrugó su nariz haciendo al de mejillas abultadas tensarse. Changbin podría morderse la lengua pero Seungmin no.
—Apestas a alfa excitado —gruñó.
—¡Seungmin! —regañó el mayor—. Dios...—negó entre risas.
—¿Qué dije? —miró al mayor con un ligero puchero.
—Esas cosas no se dicen Minnie —rio—. ¿Acaso Jisung te ha dicho algo cuando llegas oliendo a mí?
Las mejillas del más alto se tiñeron rápidamente a la par que boqueaba un poco, la risita de Jisung lo volvió a su realidad haciéndolo refunfuñar mientras regresaba por donde había caminado.
—Ve y báñate —le sonrío—. Minnie hizo comida de sobra así que puedes comer con nosotros sin problema.
Asintió rápidamente, antes de pasar por el lado del mayor frenó su andar y le sonrío.
