Han Jisung entra en el concepto de omega perfecto, siempre lo ha sido o, al menos, es lo que siempre creció escuchando. Su cuerpo volviéndose en el deseo de todo alfa pues al estar tan bien proporcionado es imposible no querer arremeter contra él, a...
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Miró sobre su hombro al alfa que le miraba desde el auto, no había caminando con él hasta el pórtico por su propia petición más no pudo evitar que baje de este y repose sobre el lado de copiloto hasta que lo vea entrar. Entendía porque estaba así, claro que lo hacía, pero para alguien como Jisung era nuevo, se sentía agobiado con tanto cuido a su persona, aunque no negaría que empezaba a gustarle.
—¡Nuna! —chilló cuando la puerta se abrió, su sonrisa se desvaneció cuando se topó con la afilada mirada de una omega—. ¿Hola? —ladeó la cabeza.
Minho parecía estar alerta por cualquiera cosa, la mirada de esa chica sobre su omega parecía ser todo menos agradable.
—¿Tú eres?
—Jisung —sonrío tímido—. Han Jisung.
La chica de cabellos chocolate que caían hasta su espalda baja le miró con recelo, tenía una pequeña carada redonda y unas mejillas casi iguales a las suyas, tenía su ceño fruncido junto a los labios ligeramente abultados.
—Ya te ibas...—escuchó la voz de su amiga haciendo que pase su mirada hacía la alfa tras la más baja—. Jisung —le sonrió.
La omega volteó a verla con enojo, cruzó ambos brazos sobre su pecho y entrecerró los ojos, una mirada afilada posándose sobre la mayor quien solo liberó un suave suspiro.
—Está en celo —bufó la chica—. ¡¿Cómo piensas quedarte con un omega en celo?!
Jisoo rodó los ojos y pasó de largo a la chica, su mirada cayó sobre el alfa que se encontraba detrás mirando toda la escena con cierta sorpresa reflejada en su rostro, Jisung notó la sonrisa de su amiga temblar pero no diría nada.
—Pasa Sunggie —habló—. Me tome la molestia de ordenar las cosas que trajiste en la habitación de visitas...
—Gracias nuna —murmuró. Volteó a ver al mayor e hizo un rápido movimiento con su mano mientras se adentraba—. Con permiso.
—¡Jisoo! —se quejó la menor.
—Basta —volteó a verla con el ceño fruncido—. Jennie, no eres la más indicada para reclamarme cosas como estas, lo sabes ¿no es así? —arqueó una de sus cejas—. Y sí tanto te molesta, solo para que estés informada, su alfa es quién lo trajo y de quien tiene el aroma totalmente impregnado sobre él —bramó—. Ahora, sí no es mucha molestia para ti...—relamió sus labios antes de liberar un suspiro—. Sal de mi casa.
—Onni...—murmuró.
—Ya he dicho lo último que tenía que decir, no sé qué más deseas escuchar...—rio bajo—. Hasta pronto, supongo.
Apenas la omega dio dos pasos fuera de la casa cerró la puerta, soltó un suspiro cuando sintió los finos brazos del menor rodear su cintura, el lobo de ella gruñendo por la molestia que el aroma del alfa le causaba, pero el cariño que le transmitía el menor en ese abrazo le bastaba, su mañana había sido toda una montaña rusa y tener a Jisung con ella la calmaba, era como su hermano menor.
