Han Jisung entra en el concepto de omega perfecto, siempre lo ha sido o, al menos, es lo que siempre creció escuchando. Su cuerpo volviéndose en el deseo de todo alfa pues al estar tan bien proporcionado es imposible no querer arremeter contra él, a...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Jisung arrugó su nariz cuando al ingresar sintió el aroma de Chan mezclado con el de Félix bañando todo el lugar, volteó a ver al mayor quien soltó una risita divertida cuando vio el mohín en los labios del peliazul.
—Te recuerdo que no hemos pasado aquí unos días —aclaró.
—Quiero que huela a nosotros —bufó.
Minho se acercó y lo abrazo por la cintura, un suspiro suave escapando de los labios ajenos ante el calor que su mayor le transmitía a través de este, sintió los labios ajenos plasmar un beso en su cuello y rio.
—Volverá a oler a nosotros pronto —aseguró—. Chan y Félix regresarán a Australia en unos días...—murmuró.
—¿En serio? —preguntó sorprendido.
—Sí...—suspiró—. Ha decidido darle una oportunidad más a Chan y si soy sincero, creo que él realmente quiere hacer las cosas bien con Lixie.
—¿Por qué será que ustedes son tan tontos? —se quejó—. Hacen todo mal cuando se enteran que tendrán cachorros —bramó.
Un chillido escapó de sus labios cuando sintió sus pies ser despegados del suelo, aferró los brazos como pudo al cuello del mayor, le miró con el ceño fruncido.
—Sí, bueno...—habló el mayor—. Chan vino de una familia abusiva y aunque tuvo que tomar terapias durante su adolescencia aquella noticia disparó algo...—suspiró—. Nunca fue un alfa agresivo pero quizá sintió que sería igual que su padre, no lo sé...
—Somos unos omegas muy tontos...—susurró—. Nos creemos centro de ayuda para alfas —bromeó.
La risa de Minho le hizo sonreír un poco, su lobo se sintió aliviado cuando ingresó a la habitación y está aún tenía un poco del aroma de ambos, era ligero pero estaba ahí y lo calmaba.
—Bueno, no es mi culpa estar algo dañado —susurró—. Pero prometo mejorar, para ti y nuestro pequeño...—sonrió.
—O pequeña.
El alfa asintió, le gustaba cuando Jisung le corregía el sexo de su bebé, a veces se refería como pequeña y el omega le respondía con pequeño. Era una pelea linda.
—Lo que decida ser —besó los cabellos del menor—. Te dejare en la cama y saldré a comprar algo de comer ¿esta bien?
Se percató del puchero en los labios del menor cuando lo dejó sobre las colchas.
