𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟰𝟯

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El día en la oficina estaba transcurriendo más normal de lo que esperaba, desde que el Sr. Park había dejado las instalaciones y en su lugar ahora se encontraba el Sr. Choi Siwon todo era un poco mas relajado, el hombre no los presionaba como hacía el anterior, ni mucho menos mira con lasciva a los omegas o era brusco con los de su casta, era todo un nuevo mundo.

Jisung suspiró cuando su mirada cayó como por enésima vez en el cubículo vacío de Jisoo, era muy raro que esta se ausentara y mucho más sin avisar, pues nadie realmente sabía el porqué de su falta, miró a Beomgyu de soslayo, aquel omega también andaba raro, estaba ocultando su aroma y pequeñas bolsitas de hacían presentes bajo sus ojos. Paro todo lo que estaba haciendo, se colocó en pie y avanzó hasta donde el menor, quien dio un respingo cuando sintió las manos ajenas en su hombro.

—Vamos por un café —sonrió.

Gyu revisó la hora en la pantalla de su computador y frunció el ceño.

—La hora de almuerzo ya pasó y aún falta para poder salir —murmuró—. Tengo trabajo que hacer.

—Gyu, no almorzaste —regañó suave—. Por irnos unos minutos no nos dirán nada ¿sí?

Vio las intenciones de negar la petición pero cuando el aroma de un alfa en particular llegó hacia ellos, se puso en pie tomando su celular y salió rápido de ahí, Jisung parpadeo confundido cuando vio a Kang hacer un mohín mientras veía a su amigo alejarse.

—Espérame Gyu.

Pudo sentir la mirada del alfa sobre ellos pero no era él con quien debía hablar sino con su amigo, quizá esté le diría que había pasado. El viaje a la cafetería fue en silencio, uno sepulcral y que empezaba a alterarlo, Beomgyu jamás era así, necesitaba saber que pasaba.

—Pide lo que quieras —sonrió—. Yo invito.

Los ojos del menor brillaron, asintió y con cierta emoción pidió lo que quería, luego de que ambos omegas hayan dado su orden se quedaron a esperar y así ir a una de las mesas, quizá la que estuviera más lejos del ojo público o así lo veía Jisung.

—Nuna faltó...—masculló el menor.

El peliazul asintió en silencio mientras daba un sorbo a su bebida.

—Eres al único que no le he preguntado si sabe la razón de su ausencia —le miró—. ¿La sabes?

—No —suspiró—. Pero lo intuyo...—el mayor le miró con curiosidad—. Nuna tiene el corazón roto, es normal que no se sienta bien con venir a la oficina además...—frunció el ceño—. Yo tampoco saldría si esa persona pasa casi haciendo guardia fuera de mi casa para interceptarme y hablar —dijo con molestia.

𝗦𝗨𝗕𝗠𝗜𝗦𝗦𝗜𝗩𝗘 - 𝗠𝗜𝗡𝗦𝗨𝗡𝗚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora