𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟭𝟴

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El omega abrió la puerta de su hogar con una sonrisa dibujada en sus labios, el aroma del alfa haciendo ronronear a su lobo cuando llegó a sus fosas nasales.

—¡Hola!

—Hola —respondió sin la misma efusividad.

—Pasa, pasa...—murmuró—. Sabes dónde están las pantuflas ¿no? —recibió un asentimiento—. Te espero en la cocina.

Silencio fue lo que obtuvo como respuesta, le dolió un poco pero suspiró y volvió a colocar una sonrisa en sus labios, después de todo el alfa no siempre aceptaba verlo así que este ahí era un buen indicio para él.

—Pensé que vendrías apenas te llamé...—soltó cuando el mayor llegó al lugar.

Hyunjin frunció el ceño y negó mientras tomaba asiento en la pequeña mesa que adornaba el lugar, la sonrisa del omega tambaleó un poco pero siguió ahí.

—Tenía cosas que hacer antes —encogió sus hombros—. Pero he venido ¿no?

Jeongin soltó un suspiro y asintió, sirvió un poco de café en distintas tazas para luego dejar una frente al mayor y otra tomarla en sus manos, el silencio llenaba el lugar empezando a ser algo incómodo para ambos.

—¿Por qué querías que viniera? —preguntó antes de darle un sorbo al líquido en su taza—. Como me gusta —murmuró.

Aquello hizo al animal del menor moverse emocionado, le había gustado algo que hizo al alfa, relamió sus labios y apretó la taza en sus manos por unos segundos antes de volver a hablar.

—Solo quería verte...—sonrío—. ¿No puedo?

Vio al mayor removerse algo incómodo antes de liberar un suspiro, bajó la mirada y el alfa sintió que este se había entristecido por el cambio en su aroma, el cedro y la manzanilla haciéndose ligeramente más fuerte, preocupando a su lobo.

—Jeongin...—le llamó, los ojos del omega posándose sobre él—. Sabes bien qué no tenemos nada ¿no es así? —frunció el ceño.

—Lo sé pero solo quiero verte —frunció el ceño—. Sigues siendo mi alfa después de todo... —murmuró.

—No tienes por qué repetírmelo siempre.

—Pareciera que lo olvidas —dijo con cierta molestia.

—No lo hago, créeme —relamió los labios—. Mi lobo lo tiene totalmente claro.

—¡No te portas como mi alfa! —exclamó.

Hyunjin le miró, el omega bajando la miranda y su lobo gimoteando cuando recibió la misma mirada de siempre, él sabía a la perfección porque no lo hacía pero aun así se atrevía a reclamarle.

𝗦𝗨𝗕𝗠𝗜𝗦𝗦𝗜𝗩𝗘 - 𝗠𝗜𝗡𝗦𝗨𝗡𝗚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora