𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟭𝟮

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En el silencio más prudente que pudo intentó ingresar al apartamento que compartía con Seungmin, había visto las mil llamadas que este le realizó y sabría lo preocupado que estaría además de que seguro Changbin seguiría en el lugar pues cuando este se alteraba no había forma que el alfa lo dejase solo más cuando ingresó y no hubo ni un solo sonido, el aroma de los dos apenas y se notaba, sin embargo, estaba otro que no reconocía del todo bien.

—Oh, llegaste...

Jisung miró al omega de rasgos finos mirarle desde el final del pasillo, ese aroma a tierra y caléndula hizo a su lobo gruñir bajito además el verlo portando unas prendas que le pertenecían a él no fue lo mejor.

—¿Qué haces con mi ropa? —frunció el ceño.

Jeongin miró lo que tenía puesto y encogió sus hombros.

—Bueno después de que te fuiste me quedé con tu amigo y primo tomando un poco...—sonrío—. Sabes cómo es Binnie hyung ¿no? —ladeó la cabeza—. Convenció a Seungmin de que me deje quedarme y tú habitación estaba vacía así que...

El peliazul dio dos pasos certeros hasta el menor, ni siquiera le importaba parecer grosero o algo, ese omega no le agradaba y lo quería lejos de cualquier cosa que fuera suyo.

—Ya llegué —sonrío sin ganas—. Así que puedes ir quitándote mi ropa...

—Oh...—rio mientras se acercaba—. No sabía que te iban los ome...

Las palabras murieron en la boca del menor, el aroma del alfa que venía impregnado sobre el de piel canela hizo que su garganta se secara, Jisung le miró con curiosidad para luego volver a fruncir el ceño.

—Solo quítate lo que me pertenece —bramó.

Pasó golpeando el hombro del omega quién trastabillo ante el tacto, iba a seguir caminando pero la mano del chico aferrándose a su muñeca le tomó por sorpresa haciendo que voltee a verlo, los ojos de este le examinaban cada rincón de su piel, como si buscara algo en este.

—¿Tú...? —murmuró—. ¿Cómo?

—¿Perdón?

Jeongin cambió su semblante de confusión a uno de molestia, su agarre se apretó un poco más en la muñeca lastimada del peliazul haciendo que sisee un poco.

—Ese aroma —murmuró para sí—. Tú...—frunció el ceño.

La puerta volvió a sonar haciendo que el omega invitado lo soltase como si su piel quemara, relamió sus labios y le miró de soslayo haciendo que este retomase su camino hacia su habitación, arrugando la nariz en molestia cuando esta apestaba al aroma de Yang mezclado ligeramente con el suyo, quiso captar el del alfa en sí pero apenas y se captaba pues al parecer Minho había tomado neutralizadores esa mañana.

𝗦𝗨𝗕𝗠𝗜𝗦𝗦𝗜𝗩𝗘 - 𝗠𝗜𝗡𝗦𝗨𝗡𝗚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora