𝗖𝗔𝗣𝗜𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟰𝟬

1.2K 156 21
                                    






Jisung había llegado a la casa del alfa con aquella sensación de ser perseguido nuevamente, su lobo no dejaba de sentirse inquieto y observado pero por más que había mirado por el retrovisor no venía nada

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Jisung había llegado a la casa del alfa con aquella sensación de ser perseguido nuevamente, su lobo no dejaba de sentirse inquieto y observado pero por más que había mirado por el retrovisor no venía nada. Soltó un suspiro de alivio cuando la puerta del apartamento se abrió, aquel aroma a pinos y petricor haciendo al animal ronronear mientras pedía por más contacto, sin pensarlo dos veces, se lo concedió.

—Hola... —murmuró.

Sintió el pecho del mayor vibrar por la risa que soltó, Jisung había estado un poco más mimoso a pesar de la distancia que había intentado marcar entre ellos, no importaba cuanto buscara alejarse siempre terminaba enrollándose entre sus brazos y olfateando su cuello hasta dormirse, al menos las noches que se había quedado ahí.

—¿Estás bien?

Minho dio pasos hacia atrás con cuidado de no caer, el omega seguía abrazado a su cuerpo con cuidado de tocar el brazo dañado así que hacia lo que podía para cerrar la puerta con tranquilidad.

—Ahora lo estoy —susurró.

La nariz del alfa se inmiscuyó entre las hebras azules del menor, el lobo de este ronroneando por la mezcla dulce que emanaba el omega.

—Hueles muy bien —dijo antes de depositar un beso en estos—. ¿Quieres comer algo?

Jisung arrugó la nariz y negó, no tenía hambre e incluso, pensar en comida en esos momentos hacia a su estómago tener retorcijones.

—¿Comerás luego? —enarcó una de sus cejas el mayor.

—Sí, señor —todo los ojos—. Vamos a tu cuarto ¿sí?

El alfa se dejó guiar por el menor, llegando a su habitación este lo empujó hasta la cama haciendo que caiga suavemente sobre el colchón para luego sentar a horcajadas sobre él, Minho colocó sus manos en la cintura ajena cuando le sintió esconder el rostro en la curvatura del cuello.

—¿Seguro qué está todo bien? —murmuró.

Pudo notar un pequeño cambio en el aroma del peliazul, sin embargo, el dulzor no parecía desaparecer en su totalidad. El aliento caliente del omega chocó contra su piel haciéndole saber que estaba pensando en la respuesta adecuada.

—Tengo que hablar contigo —murmuró—. Pero tengo miedo...

Minho podía notar el pánico en la voz del menor, afianzó el agarre en la cintura de este con su brazo sano y se acomodó mejor en la cama, los ojos grises chocaron con los suyos por unos minutos.

—¿Miedo de qué?

—De que me dejes hyung —habló bajo.

—¿Por qué lo haría?

Jisung mordió su labio por unos segundos, soltando un suspiro pesado antes de hablar.

—Porque Bang y tú están así por mi culpa...—susurró.

𝗦𝗨𝗕𝗠𝗜𝗦𝗦𝗜𝗩𝗘 - 𝗠𝗜𝗡𝗦𝗨𝗡𝗚Donde viven las historias. Descúbrelo ahora