XI

444 75 6
                                    

Corrían los minutos y la llamada no se enlazaba. Al borde de la desesperación, Itachi empezó a caminar de un extremo al otro del cuarto. Sabía que su padre llegaría en cualquier momento y entonces no podría seguir intentando comunicarse.

"¿Itachi"

Fue hasta el quinto intento que atendieron la llamada. Itachi se asomó prontamente al pasillo para corroborar que estuviera solo. Naruto se encontraba durmiendo en la planta baja frente a la chimenea.

-¿Ya estan listos los papeles, Kisame?

"Falta poco. Pain descubrió algo importante que tal vez quieras hablar con él"

-¿Qué cosa?

Itachi cortó la llamada al escuchar el ruido de la puerta en la planta baja. Su padre había llegado.

Nervioso, guardó el celular en su bolsillo y trató de mostrar serenidad al bajar las escaleras.

-Quiero hablar primero contigo.

El ferreo semblante surcado de lineas en el entrecejo lo forzó a devolverse sobre sus pasos. Itachi entró a su recamara y puso cuidadosamente la hoja sobre el buró.

-Ya tienes el 50% de lo que perdió el clan. Deja que se vaya.

Fugaku negó con un movimiento calculador. Su mirada se tornó amenazante al avanzar hacia el velador para hacerse con el contrato.

-¿Por qué hemos de dejar nada en manos de un chiquillo idiota?

-¿Qué harás, padre?, ¿Matarlo?, ¿Te piensas ensuciar más las manos para quedar bien con Madara?

-No se trata de posturas, Itachi- lo miró altivo, sopesando las emociones que tan bien se guardaba su hijo para si. Su rostro era neutro, pero sus ojos albergaban tristeza y odio en partes iguales-. Estamos hablando de los ahorros del clan entero. Madara confió en nosotros y mira de qué manera se lo hemos pagado. Tu hermano siempre fue una deshonra. Cobarde y traidor hasta el último minuto.

-Basta- le advirtió Itachi, apretando los dientes con tal fuerza que sentía que se los astillaría-. Sasuke cometió un error.

-Fueron tres-  corrigió Fugaku, mostrando el mismo número de dedos frente al rostro de su hijo-. El primero fue haber escuchado la conversación que tuve con Madara en mi oficina sobre el destino de ese dinero. De no haberse enterado de nuestros planes, habríamos tenido el camino libre. Madara confiaba incluso más en ti que en mi, Itachi. Tu deber era casarte con Izumi y tomar mi lugar como sucesor. El dinero te sería legado para que lo administraras correctamente en la edificación de comisarías en la ciudad. Habríamos podido pagar un distrito entero donde alojarnos y tomado posesión de la zona sur de la ciudad.

A pesar del tenso ambiente instalado entre ellos, Itachi se atrevió a sostenerle la mirada a Fugaku.

-Yo nunca quise ese destino para mi. Y Sasuke lo sabía.

-El segundo error fue conocer a ese crío estúpido, pobretón y oportunista- se adelantó Fugaku otro paso con los ojos entrecerrados, a la espera del mínimo yerro-. El tercero fue suicidarse.

Itachi apretó los puños con más y más fuerza, hasta que finalmente los deshizo, reprimiendose las emociones más que canalizandolas.

-¿Qué harás con él, padre?

Pero Fugaku ya no contestó.

Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora