XXI

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Pain no retiró la vista del cronometro. Pacientemente esperaba hasta que el último minuto retrocediera en la mica para poder proseguir.

Junto a él, Konan se aseguraba de mantener un dialogo discreto por los intercomunicadores dispuestos. Según los datos recopilados hasta ese momento, Kisame ya se había encargado de averiar todas las tomas de agua e hidrantes ubicados cerca del perímetro.

Orochimaru y Kabuto se habían instalado en el hospital central de la ciudad en caso de ser requeridos.

Zetsu se encargaría de cortar las líneas telefonicas en un par de minutos más. Todo estaba dispuesto, excepto una cosa...el mecanismo de mayor relevancia aun no había sido instalado.

Sasori y Deidara aun no se ponían en contacto para dar parte de ello y, a juzgar por el tiempo, solo disponían de siete míseros minutos más si es que querían salir con vida.

-¿Nada aun?- cuestionó Pain, tamborileando el diminuto mando circunsferico sobre la mesa. Konan agudizó el oído, creía haber escuchado algo de estática, pero seguramente solo era interferencia.

-No- contestó secamente, deseando en su fuero interno que todo saliera bien y que no se cobraran mas vidas de las necesarias. Si el plan fracasaba, el próposito inicial de Pain por salvar a Naruto sería en vano. -Espera- abrió los ojos cuando el ruido se volvió mas audible.

Pain la escudriñó con notoria intriga, expectante de la respuesta.

-La han activado- una tenue sonrisa se dibujó en los labios de la peliazul, durando apenas un par de segundos. Pain se desesperó.

-¿Qué ocurre?

Los labios de Konan se abrieron a la par que intentaba procesar la información récien dicha. Todo el alivio se esfumó de golpe, dejando en su lugar una sensación de contradicción y angustia.

-Itachi y Naruto siguen en el edificio.

Pain solo atinó a cerrar los ojos y masajearse las sienes.
**

-Voy a volver- anunció Sasori con determinación, ya sin querer mirar el tiempo restante como había estado haciendo los últimos dos minutos.

-No lo haría si fuera tú- argumentó Deidara al tiempo que soplaba sobre su desastroso flequillo. Era tan complicado el mecanismo que había utilizado Pain para aquella bomba que, por poco, no consigue dar con los elementos afines.

El sistema del cableado era lo de menos, pero al ser un patrón diseminado en diez edificios a la vez, volvía el proceso más volátil e impreciso. Era sorprendente como el líder de Akatsuki se las había apañado para hacer una visita a cada estructura, fomentar falsos lazos de paz entre la organización y las bases policiales, y finalmente, instalar los diversos dispositivos, todos ellos conectados entre si.

-¿Iras, maestro Sasori?- inquirió aparentemente divertido, después sonrió con altaneria y se cruzó de brazos. Ridículamente el pelirrojo había constituido una ayuda enorme a la hora de anexar el cableado, manejaba tan bien las diferentes instalaciones como si de simples hilos se trataran.

-Naruto aún esta allí- respondió Sasori. Aseveró la mirada y empezó a caminar nuevamente hacia el edificio. Deidara lo vio partir, frunciendo los labios al recordar algo sumamente importante.

-Itachi tambien, uhn.
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La radiactividad del uranio, en conjunto con el elemento radiactivo del radio conformaban las bases principales para la creación de una bomba de tal magnitud y experticia que solo un individuo trastornado a la vez que calmo podía llevarlo a cabo. Pain cumplía con los requisitos. Y con la ayuda extra de los miembros de Akatsuki, la probabilidad de que la explosión en cadena se manifestara con éxito, era casi certera.

Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora