XVIII

340 58 2
                                    

Aún perplejo y ensimismado, Naruto se agachó para recoger el trozo de cabello mutilado. Tenía los ojos vidriosos y los labios le temblaban suavemente.

¿Por qué?

¿Por qué Itachi llegaba a esos extremos solo por él?

Y ahí estaba la respuesta.

Justo frente a sus ojos.

Itachi había dejado de mirarlo desde hacía ya varios minutos, como si finalmente se hubiera resignado a perderlo. Se había sentado en el colchón y ahora solo se limitaba a acariciar el cabello de Menma, quien se había quedado profundamente dormido sobre la mullida fortaleza de almohadas. Lentamente, Naruto se aproximó hacia él. El mechón de cabello se había disuelto en su mano, quedando rezagado en el suelo. De cualquier forma era caso perdido. Itachi no podría volver a recuperarlo, no podía pegarlo y mucho menos modificar la tontería que acababa de hacer.

¿Qué se supone que debía proponerle?

¿Intentarlo?

Porque lógicamente eso era lo que Itachi quería. Y él no lo escuchaba, no hacía caso a su petición porque se sentía demasiado roto para formar de nuevo una familia, demasiado poca cosa para estar con él, profundamente corrompido y triste por los acontecimientos de su pasado, y terriblemente desconfiado de cuántos le rodeaban, aún si le habían brindado ayuda.

No podía recuperar los retazos de felicidad que conformaban su antigua vida. Todos a quienes alguna vez amó habían muerto, y su hermano estaba en peligro. E Itachi lo sabía. Y aun asi insistía en querer protegerlo.

Ensimismado, se arrodilló frente a Itachi y buscó hacer contacto visual con él. Pese a que le costara horrores presenciar el increíble parecido físico con Sasuke. En el fondo Naruto estaba más que consciente de que no era él. Sasuke había muerto, lo había abandonado. Y por más doloroso que fuera, él se había visto en la obligación de aceptar su partida, más no su ausencia permanente.

-Eres un idiota- fue lo primero que dijo cuando por fin sus ojos azules se cruzaron con los rojizos de Itachi. Naruto agradecía enormemente la inusual tonalidad de los irises del Uchiha, de otro modo el parecido con Sasuke sería aun mas perturbador de lo que ya lo era en ese momento.

-Itachi...no te amo.

Naruto dudó en continuar al notar como la nuez de adán del cuello de Itachi se movía ligeramente. Parecía estar reteniendo las lágrimas. Quizá desde que se cortó el cabello, tal vez se había arrepentido de sus acciones pero, al igual que todo lo demás, no tenía solución.

-No te amo, pero...creo que podemos intentar salir adelante de esto- forzó una sonrisa conciliadora al terminar de hablar. No quería seguirlo lastimando, tampoco quería mentirse a si mismo. Empezaba a sentir algo por Itachi, y eso lo hacía sentir culpable. Sin embargo Sasuke ya no estaba para reprocharselo.

¿Qué mas daba?

Todavía estaba sufriendo por su perdida. Pero le dolía muchísimo más sentirse solo y desprotegido. Quería creer que aun podía querer a alguien. Por más utópico que le resultara enamorarse, con Itachi sentía cierta atracción. Quizá solo fuera la agobiante necesidad de ese sentimiento. No obstante, tendría que averiguarlo, y no podía hacerlo si no le daba primero la oportunidad. No solo a Itachi, sino tambien a si mismo.

-Borraré la clausúla, Itachi- musitó cerca de su oído. Itachi volvió en si tras escucharlo. Su rostro era todo un dilema en aquel momento, su expresión se debatía entre la confusión y la incertidumbre. -Pero con una condición.

-¿Cuál es?- ni siquiera lo pensó para preguntar.

Naruto se sentó cuidadosamente sobre sus piernas. Solo hasta ese momento, Itachi pudo darse cuenta de lo mucho que lo amaba. Una ensoñación enorme lo encegueció, haciendole creer que se trataba de un sueño. Se permitió abrazar a Naruto, despacio, muy despacio. Lo rodeó con los brazos, temiendo un certero rechazo como antaño. Pero Naruto no lo repelió, tampoco se movió, simplemente dejó que él lo estrechara, sabiendo de antemano quiza que el se moría por hacer eso, por tocarlo, pero no para lastimarlo, porque lo último que haría Itachi sería dañarlo deliberadamente. Antes lo hizo para protegerlo mientras encontraba una solución, sin embargo ahora era diferente.

Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora