XII

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Había tenido que salir unas horas para reunirse con Akatsuki. Estaba seguro de que su padre acudiría pasado el mediodía. Nunca se presentaba antes porque debía pasar directamente del trabajo a casa para cambiarse.

Sin embargo, al entrar, un silencio lo recibió en el pasillo. Itachi avanzó hasta la cocina del complejo, registró cada cuarto antes de decidirse a subir corriendo las escaleras. Revisó cada habitación del segundo piso con el mismo resultado. Nada.

Sus ojos se abrieron en una mezcla de confusión y sorpresa. No había manera de que Naruto escapara. La puerta estaba asegurada a su llegada. Eso solo podía significar una cosa.

A prisa sacó su móvil para comunicarse con su padre. Fugaku atendió hasta el cuarto llamado y la voz ronca que empleó al responder le hizo saber a Itachi lo que se encontraba haciendo en ese momento. 

Del otro lado de la línea le pareció escuchar los constantes sollozos de Naruto pidiéndole que se detuviera.

Estaba abusando de él otra vez.

-Padre- aferró el móvil contra su oído, sus ojos fuertemente apretados y la garganta obstruyendosele.

"Por favor, detente"

-¿Estás en casa?

Silencio.

Con manos temblorosas Itachi cortó la llamada y guardó el celular.

Con cuidado sacó del bolsillo interno de su gabardina el papel que había obtenido horas antes gracias a Pain.

Era el certificado de nacimiento del hermano de Naruto. Segundo heredero de la fortuna del clan legada por Sasuke. Menma Uzumaki.
***

Detuvo el auto en la intersección a dos cuadras de su destino, justo bajo el roble que había dado de referencia a Shisui. Su  excéntrico e impulsivo primo no demoró más de quince minutos en llegar, llevaba un bulto entre los brazos que fue haciéndose más notorio a medida que se acercaba a la parte delantera del automóvil.

-Mejor si no entras- le espetó Shisui, todavía agitado al tomar asiento a su lado. Itachi desistió de preguntar al caer en la cuenta de las manchas de sangre en los puños de la gabardina de su primo.

-¿Ella...?

-Muerta- exhaló Shisui, negando con la cabeza-. Estaban preparando todo para llevárselo cuando llegue- destapó un poco su carga. El pequeño de no más de tres meses dormitaba ajeno al ajetreo a su alrededor. Itachi aferró con fuerza el volante, tratando de contener su enojo al reparar en lo lejos que había llegado el clan, su propia familia.

¿Matar inocentes para recuperar una fortuna hecha a base de corrupción?

Se asqueaba de si mismo, de su participación en todo el asunto. Aún si lo había hecho en su afán por salvar la vida de Naruto, ello no borraba que también le había hecho daño.

-¿A dónde iremos, Itachi?- se inquietó Shisui-. Mi tío no tardará en recibir noticias de lo sucedido. Sabrán que fuimos nosotros.

Lentamente Itachi asintió.

-Primero iremos por Naruto. Lo tiene en nuestra casa, estoy seguro- contestó lacónico-. Lo llamaré para citarlo en el complejo.

-Dejara a alguien vigilandolo- meditó Shisui con seriedad.

-Tenemos que detener esto, sin importar las consecuencias- razonó Itachi, dirigiendo una fugaz mirada al niño. Dolía pensar que la finalidad de su hermano por asegurar el bienestar de la familia de Naruto, fuera precisamente lo que casi acaba con la vida de todos ellos.

Cicatrices.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora