Volver a empezar

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6 de agosto.

6:03 pm.

Dakota.


Hemos llegado a nuestra casa después del entierro de Kiana, mis padres no han dicho ninguna palabra en el camino, no sé si sea porque están tristes o porque no les pareció que su hija diera a conocer que conseguiría hacer justicia propia por Kiana. Como sea no me interesa, no quiero tener problemas en estos momentos, mi mente está muy débil, un problema más y va a colapsar. Entramos a la casa, pero mi padre me retuvo tomándome del brazo.

—Hoy iremos a cenar con los Leroux — enunció y empezó a apretar mi brazo provocándome una mueca de dolor — quiero que te comportes y no digas tonterías, no hace falta justicia.

El dolor se estaba haciendo fuerte cada vez más. Quería contestarle y sonar grosera con él, pero algo dentro de mí me lo impedía, no podía contestarle. Entendí que era.

Era miedo.

No conteste nada y el me soltó, mi madre solo miraba sin decir nada.

Kiana si necesita justicia, fue lo unico en lo que pense.

Solté mi brazo en un jalón y sentí la fuerza de su dedo aun después de que el me soltara.

Me dirigí a mi habitación, necesitaba descansar,asi que me adentré en ella soltando un golpe a la puerta para cerrarla, ocupo estar sola. Me recoste sobre mi cama y mi espalda sintio alivio al estar tan suave. Me encontraba relajada, pero escuche un ruido y lo ignore porque estaba tan cansada como para ver de dónde provenía. El ruido volvió a sonar, pero esta vez estaba más definido, eran pasos, el miedo me empezó a llegar así que volteé mi cabeza buscando su origen y me encontré con la sombra de un hombre sentado en mi escritorio, solté un grito, muy asustada y me puse de pie para salir de mi habitación.

Me dirigí hacia mi puerta con la poca velocidad que tenía, pero el hombre me alcanzo y me levanto en sus brazos, yo intenté zafarme de él, pero su fuerza sobrepasaba la mía y empezó a cubrir mi boca para que nadie escuchara mis gritos.

Intente morderlo y me agite mucho en sus brazos, pero no parecía dañarlo en lo más mínimo a él.

Me arrojo sobre mi cama y el cayó encima de mí. Pecho con pecho.

—Te hare exactamente lo mismo que a tu hermana — hablo el hombre mientras me golpeaba.

Me estrangulo, golpeo mis mejillas, pateo mi estómago, jalo mi cabello y como último recurso me apuñalo.

Yo gritaba, pero nadie venía a ver qué estaba pasando, el dolor en mi cuerpo era mucho ya.

Sangre salía por todos lados y mi vista estaba empezando a oscurecerse.

Sentí mi corazon palpitar cada vez mas lento, retumbaba por todo mi adolorido cuerpo y mantener mis ojos abiertos me estaba siendo tan cansado.

Di un grito ahogado levantándome de mi cama cuando mis ojos se cerraron por completo

Busque con la mirada al hombre y toque desesperadamente mi cuerpo buscando las heridas que tenía.

Ya no estaba ese hombre y tampoco estaba sangrando.

Fue un sueño.

Trate de recuperar mi respiración normal, mientras me sujetaba del borde de la cama, los nervios que sentia eran tantos que mis manos solo podian temblar.

Solo fue un sueño, pero ahora tenía mucho miedo.

Estaba intentando calmarme, pero escuché que tocaron mi puerta y di un brinco del susto en mi cama.

Todos somos culpables.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora