Todos somos culpables.

Lea.

5 de septiembre.

6:50 pm.

Lea Leroux

Miro por mi ventana el atardecer, un atardecer gris, aburrido y no puedo evitar compararme con él. Hay muchos tipos de atardeceres, los naranjas, los rosas, rojos, amarillos, morados y azules, esos son los que más les gustan a todos. Es lo mismo con las personas, cada una es un atardecer distinto, cada una tiene un sol distinto. Y en mi caso yo soy un atardecer gris, uno de los que las personas ven y piensan que tren consigo una lluvia o tormenta, la gente me ve y eso es lo que piensa, traigo conmigo una tormenta. Y es cierto, siempre ha sido así. Siempre mi sola presencia trae tormentas a todos los que me rodean y estoy cansada de eso, de ser solo problemas, de ser solo decepción. Quisiera mudarme otra vez y empezar de cero en un nuevo lugar.

He estado viendo boletos a Alemania, de verdad quiero irme de aquí y Munich me parece una gran opción. Solo tengo que tomar el valor e irme.

He estado intentando hablar con Dakota, quiero solucionarlo todo, sé que cometí un gran error, pero me arrepiento más que a nada en el mundo.

Tyler me gustó mucho, eso no lo voy a negar, pues me encantó el hecho de que fuera tan distinto a todos aquí. Caí en la mentira de que terminaría su relación con Kiana, pues según él ya estaba todo muy roto y no había nada que les pudiera ayudar. Me dejé llevar por la emoción del momento y caí, me prometió las estrellas y la luna y yo le creí.

Tomo mi celular y empiezo a escribir un mensaje para Dakota:

Lea: Hola, nos podemos ver...

No mando el mensaje, pues me llega uno primero y capta toda mi atención.

Tyler: Necesitamos hablar.

Trato de ignorarlo, pero me es inútil intentar, pues no pensé que me volvería a escribir. Me siento sobre mi cama y pienso en todas las maneras de decirle que no.

Tyler: Por favor, Lea.

Me armo de valor y el contesto.

Lea: no tenemos nada que hablar

Tyler: Sabes muy bien que sí, te mando mi ubicación y aquí te espero.

Me impresiona su terquedad, no creo que sea lo correcto, pero no le tomo mucha importancia. Me pongo mis zapatos y salgo de mi casa, Florence y Edmund están en la sala, se me quedan viendo muy atentos y cuando hacen eso solamente es por qué quieren saber a dónde voy, lo cual ignoro pues no quiero hablar con ellos. Joe no me ha querido ni dirigir la mirada, pues él dice que por mi culpa ha perdido a Dakota. Me di cuenta de que Dakota en realidad si le gustaba a Joe, pues tan solo con ver sus miradas transmitían eso, pero ahora he arruinado todo, ella también está muy enojada con él.

Decido irme caminando hacia donde la dirección me manda, es lo único bueno de Striller, que las distancias sean cortas. No puedo dejar de preguntarme si estoy haciendo lo correcto, pero necesito terminar absolutamente todo con él, desde las puntas hasta las raíces. No quiero dejar nada con él.

Todo esto me ha dolido, no lo puedo negar, pues Dakota estaba empezando a ser una de mis primeras amigas de aquí.

Después de unos minutos llegó a dónde la ubicación me dirige, es una casa. Un mal presentimiento llega a mí, este lugar me da una mala espina, suelo tener está sensación siempre antes de que ocurra algo malo. Dudo en eso entrar o no, lo hago, pero primero le envío mi ubicación en tiempo real a Joe. No estoy segura de que me valla a contestar, pero el enviarla no está de más.

Toco a la puerta y está se abre sola, al parecer no estaba bien cerrada. Hay una nota que cae sobre mis pies. La abro y solo dice:

"Sigue el camino :)"

Todo esto me parece muy raro, en el suelo hay pétalos de rosa. Me da un escalofrío al verlo, pero la curiosidad lo supera y sigo el camino con un poco de miedo. No recuerdo saber de quién es está casa. Tal vez Tyler le pidió a un amigo suyo que lo dejara para organizar esto.

El camino dobla por una esquina, la cual sigo.

Pero todo se vuelve oscuro de repente, sin saber qué es lo que me está pasando caigo al piso, siento un dolor en la cabeza y ya no hay vuelta atrás.