Ramo de margaritas.

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17 de agosto.

6:15 pm.

Dakota.


Todo sirve o estorba.

Todo sana o lastima.

Pero absolutamente todo tiene un propósito, no hay nada que no contribuya a este mundo y ahora es cuando mejor lo estoy entendiendo, porque todos estos sentimientos me están cambiando, ayudando y fortaleciendo. Y permitiré que ellos me moldeen a su antojo.

Por qué los cambios son vitales, todo ser humano debe tener alguno, en algún punto de tu vida te encontraras tan destruido que necesitaras morir para renacer. Cada uno usa una ayuda distinta; utilizan a la religión como respuesta de sus problemas, también la psicología sirve para entenderse, a veces es mediante la filosofía para establecer estructuras en la vida, pero yo lo haría distinto, lo hare mediante mí misma, porque es todo lo que tengo asegurado.

Yo soy todo lo que necesito.

Me necesito fuerte y segura, porque sé que no hay personas en las que deba confiar. A pesar de que dentro de mi quisiera a alguien que me esté ayudando emocionalmente con esto, porque es demasiado pesado para mí, pero no hay nadie, antes lo había, Kiana.

Pero al final, naces solo y mueres solo.

Usare el tiempo que sea necesario, hare lo que tenga que hacer y no me importa involucrar a otras personas. Porque eso se acabó, siempre he pensado primero en los demás, ellos fueron mi prioridad y ahora solo pensare por y en beneficio mío.

Una vez leí una frase y ahora está dentro de mí;

"El dolor es solamente lo que tú le permites ser" (Cassandra Clare).

Y ahora soy lo que permití que ese dolor hiciera conmigo, no me arrepiento y sé que nunca lo haré.

Alce mi mirada al cielo mientras caminaba con dirección a la tumba de mi hermana. El cielo estaba nublado y había mucho viento, así era normalmente el clima en Striller, nubes grises cubriendo las esperanzas de que el sol salga algún día.

Divise su lapida, una lápida de azulejos blancos brillantes, que decía;

"Aquí descansa en paz Kiana Gastrell, hija del buen pastor y ahora una estrella más en el cielo"


—¿Hija del buen pastor? —bufe hacia la tumba.


El suelo era plano, así que me pose sobre mis piernas frente a ella.


—Mira, te traje tus favoritas —extendí un ramo de margaritas hacia ella y las deje en el piso junto con las demás flores— sé que fingías odiarlas, pero te vi muchas veces admirando su belleza. Es curioso, ahora se muchas de ti. Tal vez si tú me hubieras dicho que las cosas que pasaban y nadie sabía, estaría más tranquila —resople riendo— ¿Por qué no me dijiste que estabas embarazada? Hubiera amado tanto a ese bebe y creo que serias una terrible, pero a la vez tan genial madre.


Mis ojos estaban llenos de lágrimas otra vez y traté de retenerlas.


—No puedo aceptar que te hayas ido, no de esta manera. Te hacia tanta falta vivir. No terminaste tu misión aquí, de eso estoy segura. Me dueles tanto Kiana —las lágrimas se resbalan por mi mejilla— Solo te pido que no vengas a jalarme los pies en la noche.


Suspire con una sonrisa melancólica.


—Desde que te fuiste todos mis días han sido oscuros, tú sabes que eras mi luz, ahora sin ti no puedo encontrar eso que le dé sentido a mi vida.

—Me pasa lo mismo —una voz me asusto haciéndome saltar en mi lugar.


Es Zoé, sigue estando igual que aquel día en el funeral. Es impresionante ver en lo que te puedes convertir durante las crisis. Ella es muy bonita, Kiana y ella eran las mejores amigas más bonitas que he conocido, eran populares en el colegio y también en el pueblo.

Se situó a mi lado sobre sus rodillas y se quitó sus gafas oscuras. Sus ojos estaban hinchados de llorar mucho, sus ojeras lucían demasiado profundas y el color verde de sus ojos ahora estaba sin brillo, opaco.


—La extraño —murmure sin apartar la vista de la lápida.

—Igual yo —me contesto entre pequeños sollozos.

—Atrapare a la persona que le hizo esto y pagara por lo que está causando —mi tono de voz empezó a llenarse de rabia.

—Que así sea —dijo demasiado bajo.


Solamente estábamos admirando la tumba de Kiana. No era necesario hablar, nos acompañábamos en el silencio. Por qué las dos estamos sufriendo una perdida, a distinto nivel, pero estamos sufriendo. Dolor es dolor.


—¿Sabías que estaba embarazada? —aproveche que estaba con ella para intentar averiguar algo nuevo.

—Si —asintió débil.

—¿Me lo pensaba decir?

—Claro —afirmo nuevamente— eres su hermana y ella te amaba, solo que necesitaba su tiempo para sanar algunas cosas.

—¿cosas conmigo? —pregunte confundida.

—No —su respuesta me relajo un poco, pero seguía estando confundida— últimamente estaba teniendo problemas muy fuertes con...

—Tyler —complete por ella.


Asintió con su cabeza y la mirada baja.


—Alguien intento abusar de ella —al decir esto mi voz se cortó y mi corazón se comprimió de recordarlo.

—¿Qué? —cuestiono exaltada y quito por primera vez la mirada de la lápida posándola sobre la mía— ¿es enserio?


Ahora yo asentí con mi cabeza, ya que no tenía fuerzas para decirlo nuevamente.


—Pero no creo que Tyler hubiera hecho eso —aseguro— ese día tuvieron una discusión en la fiesta y ya no volvieron a hablarse ni a estar juntos otra vez.

—¿Sabes por qué fue la discusión? —intente averiguar todo lo que sea posible para continuar con la investigación.

—No estoy segura —algo en su tono de voz me decía que si lo sabía, pero no me quería contestar.

—Por favor, Zoé —ruego— Andrew y yo estamos haciendo todo lo posible por dar con el asesino, entonces debo de saber todo lo necesario y tu sabes algo que tal vez nos pueda ayudar.

—Es que —su voz se rompe cada vez más— Tyler estuvo con otra chica la última semana de Kiana.


No tengo palabras para contestar, se que Tyler tal vez no era muy bueno, pero jamás me llegue a imaginar que le haría eso a mi hermana.

Todo este drama solamente me distrae mas de la investigación. No puedo contestar, siento mi corazón romperse. Mi hermana la estaba pasando mal y yo no estaba ahí para ella, yo de verdad me creía una buena hermana pero al parecer no soy ni la mitad de lo que creí ser. Me decepciono de mi misma.

Zoe parece darse cuenta de mi tristeza por que se acerca a mi y me brinda un abrazo de paz. Las dos estamos destrozadas.

Siempre he pensado que los abrazos son poderosos, por que tienen el poder de ayudarte o lastimarte. Aveces pueden ser como una venda que te ayuda a sanar, a cerrar esas heridas para convertirlas en cicatrices. Pero aveces también pueden ser una pistola, te dispara a matar, tal vez falle o tal vez logre su objetivo.

Todos somos culpables.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora