Destinados

Capítulo 10

En el medio de la noche se me dio por ir a buscar agua, caminé por el living para ir a la cocina, y lo vi a Peter abrigándose, no se había dormido, si bien todavía el clima del día era cálido al parecer por la noche en el campo refrescaba.
Me asomé y encendí la luz del velador.
-Ey, vení conmigo-lo miré a los ojos y él negó con la cabeza.
-No.. Vos descansá tranquila-me sonrió y no me moví-¡anda!-no le hice caso.
-Vení conmigo, ¡prometo no morder!-elevé mis cejas y lo hice reír, se puso de pie y lo vi en boxers-¡vos sos un boludo! ¡¿No te trajiste un pijama?!
-Creí que iba a hacer calor.. Te recuerdo que hace años no piso el campo
Me sentí mal al escuchar el comentario, lo dijo desde el humor, pero igualmente me impactaba cuando "bromeaba" con eso de que se la pasó dormido la mayor parte del tiempo de su vida.
-Perdón-me avergoncé.
-Solo bromeaba- soltó un suspiro y llegamos a la habitación, nos recostamos en la habitación matrimonial-buenas noches Alas, ahora sí.. Aunque dentro de poco seguro amanece
-Quiero despertarme cuando amanezca, si no me despierto, ¿me despertás?
Peter asintió con la cabeza y apagué la mesita de luz que había prendido de mi lado.
Una vez en silencio escuché la respiración de Peter algo acelerada.
-¿Estas bien?-me preocupé.
Lo último que faltaba era que se descompensara en el medio de la nada.
-Sí... Solo...-hizo una pausa- no recuerdo cuando fue la última vez que compartí la cama con otra persona, menos una mujer
Silencio, me empecé a sentir rara, ¿como se sentirá volver a compartir la cama con otra persona después de tanto tiempo? Estuvo por muchos años solo...
Traté de dejar de pensar tanto, Peter me había traído de sorpresa para que deje de hacerlo, pero acá estoy, con ganas de...
Rocé con los dedos de mi mano su brazo y me giré, Peter también se giró, prendió el velador, el de su lado.
-¿Puedo pedirte que pares? Por favor Alas, no quiero que pienses mal de mi, ¡sos hermosa! Muy atractiva, pero no quiero..
Lo besé, me lancé a su boca y me volví en una depredadora, mi respiración se agitó, repentinamente me separé pero sin soltarme de su cuerpo.
-No sé porque tuve ese impulso-traté de justificar lo injustificable- ¡vos también sos atractivo Peter! Y bueno, considerado... Caballero... y siento como si te conociera de otra vida, y no tengo que estar hablando tanto, ¿no?
Elevé mis cejas y asintió.
-Pero en este caso me interesa escucharte-me hizo una caricia en la punta de mi nariz con uno de los dedos de su mano, mis ojos se achinaron-a dormir Alas-me trató como a una nena chiquita y eso me fastidió.
-Quiero... Quiero hacer algo que no debería... Mirarte directamente y...
Él sí no lo dudó, por suerte no lo dudó, me besó, enredé los dedos de mi mano en su pelo volviéndome demandante, el beso hizo que entrara rápidamente en calor, después sentí una caricia en mi hombro.
-Alas no..-él iba a ponerme un freno pero negué con la cabeza-¿qué?
-Lo... Lo quiero-asentí con la cabeza- no pensemos, ¿no?
Se le formó una sonrisa y rápidamente estiré mis brazos para que me saque la camiseta, fue dejándome besos por todo el cuello hasta que llegó a mi nuca y entrecerré mis ojos, al abrirlos me quedé impactada al notar el deseo, era algo que no experimentaba hace bastante... Me miraba como si ninguna otra cosa o persona importara, claramente para él solo estaba yo, y eso me hizo sentirme muy especial.
Me dio miedo el hacerle mal y también el hacerlo mal, de no llenar sus "expectativas" pero en el momento en el que me rodeó con sus brazos y me miró directamente a los ojos olvidé lo que yo creí que eran problemas.
Recorrí su cuerpo con mis manos sin tener intención alguna de apartarme, muchas caricias, besos, y calor.. ¡Mucho calor!
Me quedé apoyada sobre su pecho escuchando su corazón acelerado, sintiéndolo, sintiendo la vibración.
Después de un momento de mucha intensidad, Peter me acaricio la cara y suspiró.
-Alas sos muy muy muy muy
-Basta-lo reté antes de que complete la frase-dijimos nada de pensar
-Linda-no me hizo caso.
Me reí nerviosa.
-A dormir Peter-esta vez quién mandó a dormir al otro fui yo.
Besó dulcemente mi frente y traté de relajarme para conciliar el sueño.

PETER

Todo el cuerpo me late, no solo el corazón, estoy haciendo fuerza para no seguir agitado, quería poder tranquilizar mi respiración, no puede evitar sonreír mientras la miraba a Lali dormir tranquila.
Cerré mis ojos recordando a sus manos, sus caricias, su cuidado, delicadeza..
Ella se acomodó aún más pegada a mi cuerpo, poco a poco fue amaneciendo, por eso la zarandeé del brazo suavemente.
-Alas-la llamé susurrándole su apodo en el oído-Lali
Se despertó de un segundo a otro.
-¿Hice algo malo?
-¿Porque te llamé Lali?-elevé mis cejas y ella asintió- no.. Vamos, me pediste que te despierte-le hice señas para que se vista.
La noté intimidada, ¿podía haberse olvidado de que estaba desnuda? ¿Se habría olvidado de que algo sí había pasado entre los dos?
La dejé sola porque seguro tenía cierta timidez, me cambié en el baño y agarré una frazada para terminar cubriéndola con eso para que no tenga frío.
-Gracias-me sonrió y besó mi mejilla.
Salimos a la entrada principal de la casita de campo y ahí estaba, el sol naranja, amaneciendo, iluminando el suelo, todo el alrededor.
Vi a lo lejos varios animales, vacas, caballos, y también escuché sonidos de pájaros.
-Todo esto es hermoso-Lali estaba maravillada.
-Sí-asentí mirándola a ella.
Volteó su cara y me atrapó mirándola.
-Gracias por mostrarme lo lindo que puede ser la vida, el disfrutarla-me sonrió y esa sonrisa me hizo bien al corazón, sentí cosquillas, una felicidad inmensa.
-A vos... Gracias por haberme despertado-le hice una caricia suave en la cama, vi a un mechón de su pelo rebelde y lo acomodé detrás de su oreja- aunque te abraces a la luna, aunque te acuestes con el sol, no hay mas estrellas que las que dejes brillar, tendrá el cielo tu color-le susurré en el oído la canción que le escuché cantar muchas veces.
Ella me miró a los ojos desconcertada.
-Creí que lo que me contó Eugenia era solo una casualidad..
-Escuché todo Alas.. Bueno, no tus conversaciones, pero tu voz al cantar sí
Había sido muy fuerte al haber despertado el finalmente encontrarme con la cara de la persona que me alegró sin saberlo en esos momentos en donde no veía nada, todo era oscuro y mi cuerpo no presentaba signos de querer moverse para levantarse, pero la música, para mi, en cierta parte es sanadora, es mágica, y Lali tiene una de las voces más dulces que escuché en la vida.
Ella se emocionó y me sonrió, me dio un abrazo y la energía linda que sentí en el momento supe que la quería para siempre, pero la realidad en algún momento me explotaría en la cara, no solo a mi, también a ella.
Fuimos a desayunar al sector del restaurante, facturas, tortas fritas y pastelitos de batata y membrillo, pan casero con manteca y dulce de naranja cosechada de los árboles.
La vi subirse a un caballo e hice lo mismo, el gaucho nos explico como hacer para que el animal se mueva.
El paisaje, el aire, la paz, la armonía y la naturaleza hizo que también apreciara el instante.
-¿Alguna vez te planteaste dejar la ciudad y vivir en el campo?-la miré y ella dudó.
-Mmm.. A veces, pero se que no podría, pero sí vendría todos los semanas-me respondió con una sonrisa-¿vos?-me preparó un mate y me lo dio, ambos estábamos sentados en un banquito abajo de un árbol, ya se hizo la tarde.
-No lo sé, tal vez sí, ¡lo que sí sé es que viajaría a todos los lados que pueda! Pienso hacerlo en algún momento-elevé mis cejas- vos no sos de irte mucho de vacaciones, ¿no?
Ella se rió.
-¡Ya nos estamos conociendo! Soy una chica adicta al trabajo-asintió con la cabeza.
-Y espero que eso cambie un poquito.. Esta bien que ames lo que haces, pero aprovechá el corto tiempo de calidad que seguro tenes cuando ves a tu gente
Tal vez me equivoqué en decirle que hacer, pero por suerte no lo tomó mal.
-Bueno, ahora no estoy trabajando, estoy con vos-cambió de tema y me miró de reojo-¡esto ya es mucho! Sobretodo porque no te conozco..
-¡Pero sí me conoces el cuerpo!-agregué para molestarla y sus mejillas se volvieron rosa-¡que linda sos Alas!
Le besé la frente y logré que se le dibujara otra sonrisa sobre sus labios.