Al parecer me llamo Alas

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Escuché gritos, estaba en el pasillo del hospital esperando a saber novedades acerca de mi mamá cuando todo se transformó en un festejo, al parecer una persona había despertado del coma, un chico joven, un tal Peter, su familia estaba muy feliz, se abrazaban, lloraban, ser testigo de esa imagen me emocionó.
Que loco, ellos celebrando el que su familiar haya vuelto a la vida mientras que mi mamá perdía la suya, pero sé que no tengo porque quejarme, ella vivió cada instante, disfrutó, conoció, probó.. Eso no resta el que el cáncer sea una mierda, con cada minutos que pasa cada vez se aleja más del plano terrenal.
Llegó la noche y finalmente el médico me permitió entrar a verla a la mujer que me dio la vida, la que me crió sola, entonces la vi toda pálida e indefensa, le besé la frente, ella tenía la mirada perdida, sabía que era la última vez que iba a poder sostener sus manos con las mías, y se fue...
Lloré, mentiría si dijera que no lloré, con el correr de las horas pasó algo que no esperaba, por la mañana me crucé al chico que había despertado, al salir de la habitación se quedó mirándome, y sus ojos se cristalizaron, se acercó caminando torpemente y por poco se cae, pero lo impedí.
-¿Estás bien?-me preocupé.
-Sí... Gracias Alas-se le formó una sonrisa.
-¿Alas?-me extrañé.
-Sos un ángel.. Sos mi ángel guardián, tu voz, siempre la escuchaba...
¡¿Qué?!
-No sé de que estas hablando.. ¿porqué sabes que esa supuesta persona soy yo?
-Solo lo sé, y ahora que te escucho es algo obvio, me llamo Peter, Peter Lanzani.. Me contaron que durante mucho tiempo compartí habitación con una mujer, tu mamá.. ¿No? ¿Cómo esta ella? No la pude saludar..
-Ella se fue..-fui demasiado sincera, seguro lo último que quería escuchar una persona que recién volvía a vivir era acerca de la muerta- esta en un lugar mejor, donde ya nada duele
-Perdón...-estaba nervioso- Alas, ¿me podes pasar tu número? Quiero seguir escuchando tu voz, cantas muy lindo
-¡¿Ya estas tratando de levantarte una mujer Juanpe?! Recién llevas despierto menos de veinticuatro horas-una chica lo molestó, le despeinó el pelo-¡necesitas un corte!-después me miró- ¡hola! Soy Eugenia, su hermana, ¡un gusto! Y si no te molesta, ¿me pasas tu número? Peter no tiene celular, y desde que despertó no para de buscar la voz que escuchaba..
-Es ella-Peter se lo afirmó y la convicción en sus palabras me generó cosquillas en mi interior.
No lo dudé, iba a darle mi teléfono a Eugenia.
-¿Cómo te llamas?-ella me miró-así te agendo
-Alas-Peter le respondió por mi, otra vez nuestras miradas se conectaron.
-Está bien, Alas-Eugenia suspiró- pasame tu número
Ella lo anotó y se alejó, Peter no dejaba de mirarme, se supone que debía molestarme, pero la realidad estaba muy alejada de eso, él me era familiar, como si lo conociera de otra vida.
-Nos vemos Alas-Peter me sonrió antes de irse con su familia, ellos se lo llevaron.
No tuve la oportunidad de decirle que no me llamaba Alas, y tampoco era un ángel guardián, que mi verdadero nombre era Mariana Espósito, mis fanáticos y los que me conocen me llaman Lali, y soy una cantante famosa.

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