Capítulo 30

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El amigo de Peter me explicó como sería el procedimiento para exponer a Pepo, el nerviosismo hizo que no tuviera hambre, nos pusimos a trabajar en eso por dos días más en Miami, volvimos a Buenos Aires y seguimos organizando todo para que la denuncia sea clara.
Yo estaba muy nerviosa, me costó dormir pero Peter me contuvo, me dio besos por toda la cara hasta la madrugada.
Llego el gran día y me presenté a juicio, Pepo también se apareció, dispuesto a enfrentarme, él hizo una lista de la cantidad de veces que no cumplí con algo, pero la realidad era que estaba mintiendo, por suerte el Chino pensó en que podía hacer una jugada parecida y me hizo recopilar sucesos con muestras que indicaban que sí había cumplido con todos mis deberes, que aún cuando no me parecía bien como iba a tener que manejarme lo hacía igual.
Me quedé seria mientras Pepo no dejaba de hablar, el Chino pidió poder dar su versión, mi versión.
No se cuando pasó que escuché gritos y aplausos, volteé y vi a mis amigas, también estaban los papás de Peter, y obviamente Peter que me sonreía.
El Chino también me sonrió y me abrazó, no caía, ¡¿que había pasado?!
-¡Ganaste Lali! No puede demandarte por querer desvincularte de la productora, sos libre, podes elegir otra discográfica.. ¡y va a tener que pagarte lo que tenía que pagarte y más! No fue sano como te trató, y eso es lo que va a pagar más caro-el Chino me dio otro abrazo y se acercaron mis amigas, también se unieron y mis ojos se llenaron de lágrimas.
-Vas a poder extender tus alas... Alas-Peter elevó sus cejas sin poder dejar de sonreír, rodé su cuerpo con mis brazos y lo besé.
-Gracias por animarme a.. Hablar y.. Gracias Chino-después mire a mi abogado y ahora nuevo amigo.
-Sos la mujer de Juanpe, sos familia Lali-el Chino me guiñó un ojo- y si no lo fueras te habría defendido igual, merecías ser libre
-¡Ay voy a seguir llorando!-me reí nerviosa y corrí de mi cara las lágrimas que se me cayeron.
-¿Vamos a comer algo? ¡Y a tomar para celebrar!-María me miró de reojo y asentí con la cabeza.
Manejé hasta un restaurante por la costanera y al apagar el motor me quedé pensativa... Habían pasado, tantas cosas.
-¿Y ahora? ¿Qué queres hacer?-Peter me miró con dulzura y me acarició la punta de la nariz con uno de los dedos de su mano.
-Poder continuar la gira por el interior del país y... Descansar... Descansar porque no me di tiempo para procesar muchas cosas, necesito por primera vez en la historia no ser un culo inquieto-lo miré a ojos y él elevó sus cejas sorprendido- quiero seguir conociéndonos, casarnos y... Quiero formar una familia.. Nuestra familia-la voz se me fue suavizando cuando terminé de decir eso último, esta vez no se me quebró al pensar en mi perdida, nuestra pérdida.
Peter besó mi frente detenidamente y esbozó una pequeña sonrisa.
-Me gusta mucho tu lista de deseos
Le acaricié el pelito y lo besé en los labios.
-Te amo-soltó como si nada- sé que no es el lugar más romántico del mundo tu auto pero.. Hace mucho tiempo lo siento y..
Lo besé sosteniendo su cara con mis manos, nos apartamos para respirar y nos reímos.
-Yo también te amo Peter... Te amo..-entrelacé los dedos de mis manos con las suyas.
Nos dimos un último abrazo fuerte y sentido antes de ir al restaurante, al llegar había una mesa larguísima, no solo estaban quienes habían estado en el juicio, estaban mis bailarines, mi equipo, mi maquilladore y estilista, mi peluquero.
Otra vez la emoción me tocó el corazón, y tomé alcohol, brindé, después llegué borracha pero no borracha mal, llegué alegre a mi departamento y tuve una noche de pasión con el ángel que me cayó del cielo para sostenerme y quererme en el momento más difícil de mi vida.
Le hice caricias en la cara y los ojos de Peter se fueron cerrando.
-Siempre tengo pánico a no despertarme más-se estaba resistiendo a quedarse dormido- no quiero perder mi presente, no quiero que vuelva a pasar y..
Tapé su boca con mi mano y encendí el velador de mi mesita de luz para que me viera mejor.
-No... Nada va a pasar, cuando mañana te despiertes voy a estar acá, lista para vivir otro día juntitos-se lo aseguré.
-¿Crees que nada va a pasar?-dudó
-Nada-le di un golpecito suave en el pecho y le sonreí, lo besé y apagué en velador- dulces sueños prometido
-Dulces sueños prometida-me respondió y no se porqué imaginé que en la oscuridad, después de llamarme así se le dibujó una sonrisa.

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