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Yeong

Después de ver aquella película, Jungkook y yo colocamos algunos vasos en la mesita que adornaba el centro de la sala de estar. Dejé la última copa sobre el cristal, cuidadosa, y llamaron desde la planta baja, a través del telefonillo del portón.

Eran las cinco y media cuando Nam y Tae llegaron con unas cajas de cervezas. Yo no bebía y Jungkook todavía no tenía la edad, pero tanto ellos como Jimin y su amigo lo hacían, así que me pareció un buen detalle.

Estuvimos charlando un largo rato mientras esperábamos la llegada de Jimin y Min Yoongi. Aunque Jimin nos avisó de que podían retrasarse, no pensé que sería más de una hora.

Al llegar, él se disculpó con todos por la tardanza, en especial conmigo. Le insistí en que no tenía que preocuparse por algo así porque entendía perfectamente que ocurrieran inconvenientes en la comisaría. Quiso explicarme que había sido por una reunión inesperada en la que reclamaron a su amigo, pero el mismo Min Yoongi quien, después de presentarse, me pidió perdón por el retraso, me expuso la razón de su retraso. No sabía que se entretendría durante tanto tiempo y, desde luego, su intención no era que pensase mal de él ni de su compromiso con aquel asunto que traíamos entre manos.

Aquel hombre resultó siendo más joven de lo que había imaginado. No podía tener muchos más años que mi hermano, un par, a lo sumo.

Aunque las ojeras bajo sus ojos le hacían ver permanentemente cansado, era bastante atractivo. La palidez de su tez, combinada con el negro azabache de su cabello y sus profundas pupilas oscuras, destacaba por encima de todo lo demás. En realidad, si Jimin no nos hubiese dicho que se trataba de un policía, nunca se me habría ocurrido que se dedicaba a un trabajo como ese. No estaba muy delgado, pero su imagen tampoco encajaba con la de un agente de la ley.

Vestido de negro, de pies a cabeza, parecía que trabajaba más de incógnito, pasando desapercibido para el resto del mundo.

Jungkook, que ya había tenido el placer de conocerle unos meses atrás, le agradeció que se involucrara en mis problemas. Min Yoongi también escuchó mis agradecimientos y me rogó que no usase muchas formalidades. En su opinión, los apellidos solo los utilizaban las personas mayores a personas aún más ancianas y no era de su agrado que una chica de la edad de Jimin fuese demasiado respetuosa con él.

Jimin y él tomaron asiento en el sofá más pequeño, el que solo tenía capacidad para dos personas. Yoongi depositó en la mesita central una carpeta y entabló una cordial conversación con Nam, que quería saber cuántos años les separaban. Los dos se me hacían similares. Por ejemplo, en su sosiego a la hora de hablar, sin alterarse ni revelar demasiadas emociones.

—Hyung, ¿quieres una cerveza? —le preguntó Jungkook, servicial.

—Sí, gracias —aceptó, sonriendo suavemente—. Hace un calor horrible fuera ...

Min Yoongi se desabrochó uno de los botones de su camisa negra, acalorado. Debía de haberse pasado todo el día trabajando y el cambio de temperatura al pisar la calle todavía le hacía compañía.

—Otra para mí, Jungkook —dijo Jimin, dejando su maletín en el suelo.

No fue necesario que Tae me pidiera un vaso de agua fría ni que Nam preguntase por una cerveza para él porque fui con Jungkook a la nevera y tomé las bebidas por iniciativa propia. Él regresó ante, ya que yo tuve que agarrar una de las latas más ocultas. Así pues, de nuevo en el salón, les ofrecí las bebidas a Taehyung y a mi hermano, recibiendo sus agradecimientos.

Con el sonido de las latas siendo abiertas por todos ellos, me percaté de que no quedaba ni un solo sitio libre. Una silla de la cocina debía bastar, por lo que retrocedí, atenta de no tropezar con las piernas de Namjoon.

answer » jungkook |+18| #1 VIRAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora