Yeong
—Tae ... Ya estoy aquí —dijeron con voz desganada.
Inesperadamente, la figura de Jeon Jungkook me hizo abrir los ojos como platos. No esperaba que pudieran interrumpirnos en un momento tan frágil, y, mucho menos, que fuera él el intruso que detuviera mi confesión.
Tae, igual de sorprendido que yo, se inclinó hacia el borde del sofá. Quería llamar a Jungkook para explicarle lo que ocurría.
—Jungkook ... —dijo Tae.
Sin embargo, su amigo no miró hacia nosotros, sino que siguió su camino como si nada, en dirección a las habitaciones, igual que un zombie.
—Sé que te dije que vendría más tarde, pero me arde la cabeza ... ¿Tienes algo que me deje dormir de una vez? Me quiero matar ... —lloriqueó un poco.
Y, con las mismas, se metió en la habitación de Tae y empujó la puerta tras él, sin llegar a cerrarla.
Perpleja, lo miré. Él se levantó del sofá, murmurando algún tipo de maldición hacia Jeon Jungkook que no logré escuchar del todo.
—De acuerdo ... Vuelvo en cinco minutos. La farmacia está en la calle de al lado, así que no tardaré, ¿vale? —me insistió, agarrando su cartera y el móvil por si acaso—. No te muevas de aquí, Yeong.
Realmente lucía apurado por todo. No me iría de su casa y él lo sabía. No después de estar a punto de contarle todo hasta el final. No podíamos posponer aquella conversación ni por un día más.
—No ... No me muevo, Tae —le respondí, viendo cómo salía a todo correr de casa, dejándome con la palabra en la boca.
Miré de nuevo hacia el hacia el pasillo y todo cobró sentido de golpe. Las lágrimas rebasaron mis ojos y empezaron a caer descontroladas por mis mejillas.
No llegué a decirle nada de verdadera importancia a Tae, pero no lloraba solo por eso. Era obvio que la tensión que albergaba mi estómago estaba influyendo. Uno de mis mayores miedos era ese. Desvelarle mi desastrosa y observar la pena y el dolor en sus ojos sería desolador.
Aunque, el último empujón que necesitaba para romper en llanto fue entender que Jungkook estaba enfermo. Su voz no había sonado como siempre y la razón era esa.
Optó por dejar que yo me secara aquel día, pero él ni siquiera lo hizo correctamente porque tuvo que llevarme con Namjoon. Había pillado un maldito resfriado por mi culpa, por querer cuidar de mí y descuidar todo lo demás, incluyendo su salud.
Maldije su altruismo y también mi egoísmo. No todo giraba en torno a mí y él ahora estaba enfermo por querer echarme una mano. Yo debí impedírselo. Debería haber frenado todo cuando todavía era capaz, pero ahora ... Mierda, ahora solo quería ir con él y cuidarlo.
Era ... Era la única manera que se me ocurría para devolverle el favor.
Tae llegaría en menos de cinco minutos. Se daría prisa por regresar y continuar con lo que teníamos pendiente, pero no estaba psicológicamente bien para concluir lo que, de alguna manera, había comenzado.
Dejé ir un sollozo y me puse en pie.
No me encontraba en mis plenas facultades, pero no iba a marcharme. Tae estaba esperando a que me abriera de un maldita vez, dejando a un lado todo el bochorno que me provocaría hablar de mis problemas y desgracias.
Casi sin darme cuenta, empecé a aproximarme al pasillo por el que Jungkook había desaparecido.
No podía hacerlo sola. Eso era un hecho. Tampoco quería pedirle ayuda a Jeon, pero la cobardía me estaba matando.
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answer » jungkook |+18| #1 VIRAGO
Fanfiction-Respóndeme, noona ... Dime la verdad. -No puedo, Jungkook. No puedo darte la respuesta que quieres. Kim Yeong lleva años sintiéndose como un títere. Jeon Jungkook quiere cortar las cuerdas que la controlan para que sea feliz. Portada hecha por @hyl...