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Yeong

Tae llegó pronto y yo lo agradecí porque, de esa manera, tenía una buena excusa para alejarme de toda esa gente tan importante a la que JaeHo había invitado. Nos pudimos escabullirse unos pocos minutos, pero fue suficiente para que recuperara algo de confianza en mí misma. Tener allí a mi mejor amigo, a pesar de todo lo que conllevaba su presencia en el lugar, me calmaba.

—Lo tenemos todo controlado —repitió, analizando el orden en el que se habían colocado finalmente las obras escogidas—. No te preocupes, ¿vale?

Inspiré, forzándome a mantener las formas.

No dejaba de llegar gente, así que JaeHo volvió a llamarnos con la intención de presentarnos a los recién llegados. Todo el mundo se mostró muy contento de conocer a los dos organizadores del fantástico evento y Jae, por su parte, no hacía más que presumir de mis conocimientos sobre arte. Nunca le importó lo más mínimo, pero esa noche parecía estar verdaderamente orgulloso de mí.

Era ridículo.

Cuánto más lo pensaba, menos sentido tenía, así que opté por fingir ser esa persona que él quería que fuese. Saqué a relucir mis mejores modales, sonreí a las mujeres de altos cargos del gobierno y de grandes empresarios con los que había compartido más que palabras en otras ocasiones.

Mentí. Mentí una y otra vez, como si fuese la chica más inocente y simpática del planeta.

Procuré que todos entrasen al recinto tras una agradable acogida en la entrada del edificio y Tae hizo su parte con gran profesionalidad. Llegó el momento en que pensé que él sabría desenvolverse entre todos esos ricachones sin problema alguno aunque yo no estuviera a su lado.

Retuve ese pensamiento durante toda la recepción hasta que, a punto de regresar a la sala de exposición, un nuevo invitado cruzó las enormes puertas de cristal.

Con paso firme y un porte irreprochable, se acercó hasta nosotros. Su gesto era neutro, pero tan pronto como nos miró, una pequeña sonrisa de cortesía se pintó en su hermoso rostro.

—Buenos noches, Jae —se inclinó, saludando como correspondía, y se giró en mi dirección volviendo a repetir el movimiento—. Buenas noches, Yeong-ssi.

Su saludo, indiferente, se clavó en mi pecho como dardo afilado.

Solo sostuve su mirada un instante, ocultando cualquier indicio de emoción que Jae pudiera percibir en ese acto que, a simple vista, no iba más allá de una mera cortesía entre dos conocidos que se tratan como extraños.

Para no mostrar aquella debilidad, me centré en analizar su impecable traje de chaqueta. Jungkook, de algún modo, encajaba a la perfección en fiestas como esa. Puede que fuera práctica, quién sabe, pero brillaba más que de costumbre.

Puede que sean tus sentimientos los que te hacen pensar así de él, Yeong.

Sí. Esa era otra posibilidad.

Consciente de mi incomodidad, apartó su mirada de mí y pasó por alto a Tae, pues no se conocían a los ojos de JaeHo y aguardó a que el susodicho los presentara correctamente.

—¿Cómo estás, Jungkook? Me alegra que hayas podido venir, aunque tu hermano me debe más de una copa —dijo él, alegremente—. Este es Kim Taehyung, el autor de la colección expuesta. Ahora que lo pienso, debéis de tener la misma edad, más o menos. Seguro que os lleváis de maravilla —señaló, emocionado al darse cuenta de ese detalle—. Ya sabes que aquí todos son vejestorios y tener a gente más joven hace que el ambiente no sea tan recto, ¿no crees? —le preguntó a Tae, dando una amigable palmada a su espalda.

answer » jungkook |+18| #1 VIRAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora