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Al abrir  los ojos, mi cabeza empezó a doler fuertemente. Dejé ir un leve quejido e intenté palparme la nuca, pero mis manos pesaban bastante. Esperé unos segundos antes de mirar de nuevo y, cuando lo hice, lo primero que vi fueron los asustados orbes de ese chico. Sentía el pánico en sus pupilas y sus dedos sujetando mi rostro mientras sus finos labios se movían, desesperados.

—¿Noona? Noona, despierta ... ¿Puedes verme? —logré escuchar tras unos instantes de desconcierto.

Necesité un poco de tiempo para situarme y comprender por qué Jungkook estaba tan cerca de mí. Él tomaba mis mejillas con cuidado, sus dedos temblaban ligeramente sobre mi piel. Me relajó notar sus manos y, antes de que pudiera darme cuenta, había levantado la mía para anclarla en su muñeca. Sus ojos se abrieron todavía más, pero no hizo nada. Se quedó quieto, observándome, y yo me pregunté de dónde había salido y por qué había tenido que irrumpir en mi vida.

Ese niño no sabía dónde se estaba metiendo. El simple gesto que había tenido al querer relacionarse conmigo lo ponía en peligro. Hablar con alguien como yo solo le traería desgracias y, aunque ya le había avisado, parecía no entenderlo. Me irritaba que fuera tan poco consciente de la situación.

—Yeong-ah, ¿estás bien?

—Sí ... —le susurré.

Intenté incorporarme por mi cuenta, pero él se me adelantó y corrió a ayudarme.

No estábamos en el pasillo, sino en una de las clases del edificio. Jungkook me había sentado en una de ellas mientras trataba de despertarme y en secreto le agradecí que no hubiera pedido ayuda a nadie. Habría sido extremadamente difícil explicarle a alguien mis cortes y la razón de aquel repentino desmayo.

Apoyada en la pared y bien sentada, escuché un suspiro de alivio por parte de mi acompañante. Me atreví a mirarlo.

—Me preocupé mucho cuando perdiste la conciencia, noona —admitió él, parado a mi lado.

Jungkook estaba de rodillas y un par de gotas de sudor caían por su frente. Había pasado un mal momento por mi culpa y, de haber sido capaz, le habría pedido perdón, pero las palabras no salían de mi boca. Aquello era tan raro que no supe muy bien cómo reaccionar.

—Yo ...

—No hace falta que me des explicaciones. Ya te dije antes que no estoy aquí para darte lecciones de vida —sacudió sus manos con torpeza—. Solo quiero saber si estás bien. Esas heridas ...

Su mirada estaba baja, como si no quisiera encontrarse con la mía. Jungkook era tímido, pero su corazón se me antojaba demasiado grande. Por eso no me negué. Hacía tanto tiempo que nadie se preocupaba por mi salud que quise recordar lo que se sentía. Una parte de mía quería volver a notar su tacto porque era suave y reconfortante. Sin duda, decir que no habría sido lo correcto, pero estaba cansada de hacer lo que mi mente me aconsejaba. Solo me había traído problemas.

Agaché la cabeza a pesar de que seguía dándome vueltas y eché un vistazo a mi ropa. La mancha de sangre no se había extendido mucho, pero se veía y no podía salir de allí de esa forma porque la gente se fijaría al instante en ella.

Mordisqueé mi labio y presioné un poco el lugar. Al salir corriendo esa mañana no me había curado del todo bien los cortes y ahora estaba en un buen aprieto.

—¿Puedo ...? —señaló la parte superior de mi vestido y comprendí a lo que se refería.

Su pálido rostro había tomado un bonito tono rosado, por lo que deduje que le estaba costando decirlo por sí mismo. Incluso después de haberme tenido en ropa interior delante seguía manteniendo las distancias.

answer » jungkook |+18| #1 VIRAGODonde viven las historias. Descúbrelo ahora