Yeong
—Ahora que lo pienso, Tae me dijo algo parecido hace tiempo —rescató una conversación de la que yo no fui partícipe—. Dijo que debiste sentirte así cuando ocurrió el accidente de la madre de hyung.
Y no sólo entonces. Aquel malestar me persiguió durante meses. No desapareció porque me torturaba con ello hasta que Nam regresó al país y me regaló algo de descanso.
—Tae siempre ha entendido mi sufrimiento demasiado bien —Mis labios se torcieron en una mueca dolorosa—. Ojalá no pudiera hacerlo ... —susurré.
—¿Por qué?
Jungkook conocía la razón, pero jugaba a ser inocente porque sabía cuánto amaba que fuera dulce conmigo y cuánto adoraba hablarle sin barreras impuestas por mí misma.
—Porque significaría que no lo ha sufrido nunca —le dije, besando su piel, ya tibia—, que no ha tenido que enfrentarse a algo tan horrible como el abandono de un ser querido.
Contemplé de cerca la contracción de algunas músculos de su espalda.
—Pero, noona, yo también te entiendo y no lo he sentido —se opuso a mi abierta declaración.
—Ah, sí —Sonreí—. Me olvida de tu brillante cabecita —bromeé.
—Yah —exclamó él—, no te burles de mí.
Volví a resoplar, hastiada de sentir que estaba obrando mal. ¿No había tomado ni una buena decisión al cabo del tiempo? ¿Mi pobre criterio comenzaría a sacudir esa vida que apenas estaba naciendo?
—¿Crees que evito contarle las cosas que me pasan por resentimiento?
Me armé de valor y se lo pregunté, preparada para recibir cualquier sermón porque, en el fondo, sabía que me merecía unas palabras más estrictas.
—No —aseguró, cogido a mis manos—. Prefieres no decirle nada para no preocuparle y porque todavía tienes miedo de que se vaya otra vez, de que te rechace de nuevo injustamente. Ese es uno de los motivos por los que te cuesta tanto abrirte a los demás —dijo, abriéndome en canal—. Siempre que lo has hecho, se han ido o te han decepcionado.
No le faltaba razón en ese último apunte. Lejos de doler, me tranquilizó que alguien más lo viera de ese modo. En ocasiones, juzgaba mis propias acciones porque ... ¿Y si, después de todo lo que había pasado, me había vuelto la egoísta que siempre evité? ¿Y si, sin saberlo, me había convertido en aquello de lo que huía cuando papá todavía estaba en casa?
Que Jungkook destripara mis intenciones hacía que no me hiriera tanto.
—Puede ... Puede que me entiendas mejor que Tae, sí ... —cedí, algo cohibida por la facilidad con la que me había analizado.
—Me alegra que lo reconozcas —Retiró mis dedos de su abdomen, dándose la vuelta para encararme debidamente—. Namjoon-hyung no va a marcharse nunca más, noona. Sabes que no sería capaz —Sostuvo mis mejillas en las cuencas de sus manos, contemplando el temblor en mis pupilas—. Lo lamenta demasiado y te quiere más de lo que crees.
Me recliné, cayendo un poco más contra su cuerpo.
—Sé que me quiere —admití.
Pero seguía dudando de que las cosas se torcieran en el momento menos esperado.
—Entonces, ¿por qué pones esos ojitos tristes? —cuestionó la tristeza que debían reflejar mis ojos—. Hyung no soporta verte triste, y yo tampoco, mi vida —Recogió un mechón tras mi oreja izquierda, temeroso de no poder subsanar la brecha que vislumbraba en mí.
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answer » jungkook |+18| #1 VIRAGO
Fanfiction-Respóndeme, noona ... Dime la verdad. -No puedo, Jungkook. No puedo darte la respuesta que quieres. Kim Yeong lleva años sintiéndose como un títere. Jeon Jungkook quiere cortar las cuerdas que la controlan para que sea feliz. Portada hecha por @hyl...