La casa del tito

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- Buenos días- me saluda mi mujer. Ella se llama Caroline, tiene un par de años más que yo, y últimamente el matrimonio se va al traste. La verdad me da un poco igual. Estar con ella es como estar en el infierno mismo- Ha llamado tu hermano.

- ¿Al teléfono fijo?- asiente.

- El móvil se le ha estropeado por lo visto y mientras lo arreglan va a estar llamando por el fijo. Pero como estabas dormido pues...

- Me levanto todos los días a las cinco y media de la mañana para ganarme el dinero que te paga cada operación que quieres hacerte.

- Por algo soy la mantenida.

- Pues en mi casa no quiero mantenidos- bufa y se sienta frente a mí- ¿Qué quería Tom esta vez?

- Una tal Ellie va a venir a dormir.

- Mi sobrina viene a dormir....- hasta el cuerpo se me ha cortado- Tengo que hacer la compra.

- Oh, a ella también la consientes.

- Y mucho más de lo que te voy a consentir a tí- y tras dejar la taza en el fregadero, me visto y salgo de casa para hacer la compra. Que ganas de ver a Ellie. Llevo un tiempo inventando que tengo mucho trabajo o que hago muchos viajes de negocios porque tengo un pequeño secreto muy sucio, y es que estoy enamorado de ella. Llevo tiempo evitandola pero, va a ser que se eso se va a acabar.

***
-¿Y todo esto?- dejo las bolsas de la compra sobre la mesa.

- Para mi sobrina, ¿por?

- ¿Se va a quedar por un mes o qué?

- Todas las vacaciones de verano- bufa negando y se levanta de la silla yéndose a la segunda planta. Mejor así. Cuando guardo la compra mi hermano me llama justo- ¿Ya?... Vale, voy enseguida. Hasta ahora- subo al coche como flash y arranco para llegar a casa de mi hermano- Hola, Tom.

- ¿Cómo vas?

- Bien, bien- sonrío- ¿Y Ellie?

- Cogiendo la maleta. ¡Tu tío ya está aquí, niña!- ella asoma por la puerta. Pero bueno, que cambio ha dado desde que yo la vi- ¿Ya?

- Sí, papá. Hasta luego- sube al coche sin decir una palabra más.

- ¿Qué le pasa?

- La edad. Me recuerda a tí en tu adolescencia, tan oscura, tan emo- dice medio riendo.

- Hijo de puta- le digo en broma riendo también.

- Perdona sus modales, intentamos cambiarla pero no hay manera.

- No te preocupes, la entiendo. Gracias, Tom- y tras subir su maleta y subirme yo en el coche, ls miro- Ellie- ella me mira a mí y me sonríe.

- No te saludé antes porque estaba de mal humor con mi padre. Aún no me creo que sea tu hermano, es un seco conmigo y luego contigo es totalmente diferente. Perdona si te he dado una mala impresión- le sonrío.

- Da igual, al menos ahora me hablas- se ríe- ¿Tienes ganas de irte?

- Estaba ya loca por irme contigo.  Tú tienes piscina- nos reímos- ¿Qué tal tú mujer?

- Igual de odiosa que siempre- le respondo saliendo de la calle donde vive mi hermano- ¿Y tú con tu novio?

- Lo dejamos hace un par de semanas- la miro aprovechando el semáforo en rojo- Fue follar y ya me dejó.

- Cabronazo, no merece la pena.

- Me arrepiento de que él fuera el primero- vuelvo a mirarla.

- Ah, pero que tú y él....- asiente- Creí que decías que él se estaba tirando a otra.

- No, no, él y yo- asiento.

- ¿Tus padres lo saben?- niega con la cabeza- Bueno, yo no diré nada.

- Eres tan bueno- joder no, esa carita de niña buena no, parezco un adolescente hormonado cuando me mira así.

- Has cambiado mucho.

-Hace seis meses que no me ves- asiento. Llegamos más rápido de lo que yo creía, íbamos muy bien y muy cómodos. Bajamos todo y en cuanto mi sobrina entra, Pumba y Stich junto con Zeus se lanzan a ella buscando juego. Zeus es mi rottweiler de un año, el más joven pero el más grande. Tenía un gran danés que lamentablemente falleció de viejito, tenía dieciocho años- ¡Hola, chicos!- se ríe con ellos un montón- Ahí va, la piscina.

- Tírate- se ríe.

- ¿Enserio?- asiento. Coge carrerilla y se tira, los perros van detrás de ella. Esta chica está loca.

***
- Entra y cámbiate, es tu habitación- me sonríe y entra. Una vez cierra la puerta pego el oído, está tarareando una canción que a ella le gusta de su videojuego favorito, League of Legends. Me asomo por la rajita que ha dejado al no cerrar la puerta por completo, pero bueno, que buen cuerpo tiene. ¡Ostras que pechos! Joder, que buena está, normal que el novio quisiera tirarsela. Me voy rápidamente al escuchar a mi mujer salir del cuarto donde dormimos, me meto en el baño para ducharme descubriendo que tengo un pequeño problema que solucionar. Tras mi ducha salimos al jardín a cenar, todo va bien hasta que aparece mi mujer la insoportable.

- Ese es mi sitio, niñata- dice intentando quitar a mi sobrina de mi lado.

- ¡Eh, déjala!

- ¡Déjame en paz pedazo de goma andante! Que si te pasan un rulo por encima te sale silicona por todos los poros de la piel. Deja de joder por un momento, gracias- a mí mujer y a mí nos deja sorprendidos.  Llega la hora de irse a la cama para ella, se acuesta en la segunda planta donde tiene su habitación. Me quedo solo en el jardín porque mi mujer también duerme. Subo a su habitación para darle un beso de buenas noches, y cuando lo hago, ella se gira y me mira puesto que estaba de espaldas- Buenas noches, tito- le sonrío, es tan mona. Cuando voy a cerrar su puerta me agarra de la mano y me mira- No te vayas.

- ¿Qué te pasa, cariño?- sin decir nada, me besa. Me empieza a besar como una condenada y eso me gusta, pero no está bien. Aunque si ella me corresponde... Que de comienzo la noche.

[MIS PEQUEÑOS OS (One-Shots)] ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora