El sexy ente 2

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Ha pasado un mes desde el nacimiento del pequeño Billy. Se llama como su padre, me gusta y sé que Bill no me hubiera dejado ponerle otro nombre que no sea el suyo. Está en el salón jugando con un peluche que su padre le regaló, es un osito de peluche con cuernos negros, ojos rojos, garras de plástico negras también y afilados dientes. A mi niño le encanta lo que papá le regala. Mientras yo estoy terminando de hacer la comida, estoy tranquila porque está en su cuna de juegos, no puede escalar y salirse. La puerta se escucha, se abre y a los segundos se cierra. Ha llegado a casa. Me asomo por la puerta fe la cocina, él ya tiene a su niño en brazos y le ha traído otra cosita más.

- Mira, Billy. El corazón de un inocente conejito. Cuando puedas comértelo, empezarás a desarrollar tus poderes. Confío en que los tendrás- siempre le habla. No es cariñoso, pero nada de nada, aunque se nota que quiere a su familia.

- Hola, Bill. ¿Qué tal te ha ido?- me mira y asiente- Bien. La comida ya está, cariño- no suele darme besos cuando llega, como dije, no es nada cariñoso. Pero con tenerlo a mi lado me vale, además de que lo necesito para poder criar a Billy Jr. Mientras comemos, le doy la papilla al pequeño, quién se ríe con lo que le digo y nos mira a Bill y a mí- Abre la boquita, mi amor. El avión va a aterrizar. Aaaa- después de una dulce risita que me hace reír a mí también, abre la boca-  ¿Tienes todo lo necesario para el invierno, Bill?- vuelve a asentir- Está bien. Sabes, ojalá sea como tú- sé que no le gusta que le hablen mientras come, pero, se siente muy orgulloso cuando le dicen cosas así. Tanto que incluso sonríe a veces, raramente lo hace. Después de comer, él manda con sus poderes a que los platos se laven solos, así que me voy con ellos a ver el vídeo sangriento que le acaba de poner al niño. A veces no me gusta, salen escenas de sexo fuertes. "El niño no tiene edad de ver eso" pienso.

- Así me educaron a mí- me dice él con el niño en brazos. Al rato, los miro a ambos de nuevo, está dormido entre los brazos de su padre.

- Dámelo, Billy. Se ha dormido. Lo voy a llevar a la cuna- deja que lo coja, pero me coge el brazo.

- No pienses que porque esté dormido no voy a follarme a su mamá- me río y asiento. Cuando salgo de la habitación del niño entornando la puerta, él ya está en nuestra habitación, y está desnudo, listo para la acción.

- Eh, eso no vale. Yo también tengo que desnudarme ahora y tú ya llevas ventaja.

- No, tú también estás desnuda- ¿Cómo lo ha hecho? Ni siquiera me he enterado... Me sorprende, cada día más, vaya con el ente- Así que, ven aquí- obedezco como buena sumisa y dejo que me ponga nuestro querido collar, el que tantos buenos ratos me ha dado. Jejeje.

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- Bueno. Todo está en el bolso del niño, ¿verdad?

- Que sí, Katie. No te preocupes- me dice desde la puerta de casa. Después de abrirla, saca al sol al niño, quién mira todo a su alrededor curioso. Lo puedo ver ahora que me he acercado a ellos dos- Me como a quien se le acerque- ¿Veis? Estos son los momentos en los que veo que le importamos de verdad- Nos vemos luego- asiento. Después de cerrar la puerta, me voy al sofá a ver qué echan en la televisión; nada interesante, la verdad. Justo cuando encuentro algo bueno, suena el timbre. Qué raro, Bill se fue hace una hora y algo, espera... ¡¿Y si les ha pasado algo?! Voy corriendo a abrir la puerta. Espera, ¿el cartero?

- Buenos días, señorita.

- Buenos días. ¿A qué se debe su visita?

- Traigo un paquete- ¿Un paquete?

- Disculpe, pero, no recuerdo haber pedido nada- entra a la casa sin permiso, la puerta de cierra sola. Sus intenciones son malas. A ver, que me lo haga Bill vale, pero un desconocido... No, no, quita bicho.

- Sabes, mi enemigo tiene mucha suerte, te puede disfrutar casa vez que quiere. Pues eso acaba de cambiar- me dice riendo.

- ¡No! ¡Para, por favor! ¡No lo hagas!- justo cuando va a destrozarme como ya lo hizo Bill en su día, un líquido viscoso resbala por todo mi trasero hasta mis piernas. No jodas... Cuando quita sus manos de mis pantalones, los subo rápidamente y me giro, está atravesado por un puño que sobresale por delante. Por sus anillos y sus uñas color negro lo reconozco. Otro momento en el que ha demostrado querer a su familia. Lo suelta, y al retirar el puño, le saca el estómago haciéndolo caer al suelo.

- Vuelve a tocar a mi mujer ahora, gilipollas- aprovechando los pocos segundos de vida que le quedan, le suelta la frase y le escupe.

- ¡Gracias!- cuando lo abrazo, él me lo corresponde, y de manera fuerte además- Gracias, mi amor. Siento que hayas tenido que hacer tal cosa- niega un par de veces.

- No pasa nada, estás bien. Ve y baña al niño, tengo una tarea pendiente- asiento y cojo a mi niño. Me baño con él, se ríe cuando le hago cosquillas y le gusta el agua, no para de chapotear en ella con los brazos. También me gusta ver cómo juega a ahogar a los juguetes, me hace reír. Cuando bajamos, no hay una escena muy agradable, ese tío está abierto en canal.

- Ahora no podrá hacerte nada- tira su miembro al suelo- Esto me vendrá bien, suficientes reservas.

- Eso está bien. Oye, dijo que era tu enemigo- asiente.

- Andreas- asiento.

- Voy a preparar la cena- se queda con el niño. Antes de irme, le arranca de un sólo zarpazo los testículos al tal Andreas, y les hace un nudo dandoselos a Billy después. Me meto en la cocina y empiezo a hacer la cena para mi familia.

Ente Bill
- ¿Te gusta, peque?- lo voy de jugar con su nuevo juguete, el cual le he conseguido en cero coma. Los tira contra el suelo como si fuese una pelota- Si quieres otro, dímelo y te lo conseguiré sin problema- cuando me mira, se ríe. Lo cojo en brazos y le empiezo a cantar- Pequeño Bill, la caquita te limpiaré. Los humanos muerden, tú con tus papis quédate. Si viene algún humano malo, papi le dirá- suelto un gruñido aterrador que lo hace sonreír- Porque tú eres mi bebé- voy a admitir que estoy encoñado con mi hijo, es lo más valioso que tengo. A ver, lo quiero mucho, igual que quiero a Katie aunque no lo demuestre. Me importan, son importantes para mí, y siempre los voy a defender. No soy el típico chico cariñoso y empalagoso, pero bueno, Katie me quiere.

- Qué bonito, Billy- la miro- ¿Qué hay para mí?

- ¿Para tí? Jeje- cojo su mano y la llevo a mi entrepierna haciendo que apriete- Una rica piruleta de chocolate. ¿Te gusta?- sonríe juguetonamente.

- ¿Toda para mí?- asiento. Veo que se ha puesto ese camisón... Dios, que guapa es mi chica. Vaya cuerpo- Genial, entonces- después de cenar, sube a dejar al niño en su cuna. Mientras se lava los dientes me pongo detrás de ella para ver cómo se lo hago esta noche- Bill...

- ¿Cómo te gustaría?- se ríe.

- ¿Por qué no aprovechas y empiezas ya?- Uy, que buena idea. Meto las manos bajo su camisón, ella se agacha más apoyando sus codos en el lavabo, y empiezo a embestirla mientras se cepilla los dientes. Cuando termina y se enjuaga la boca, la cojo y la llevo a nuestra habitación- Sé que es demasiado pronto, pero: ¿No te gustaría que viniera la niña?- se ríe con mi sonrisa pilla.

- Para eso tienes que hacerte mi mujer, y por lo tanto, cumplir con el deber de serlo- asiente- Incluyendo los sexuales- se ríe.

- Acepto- después de ese beso, nos empezamos a amar como locos otra vez, y ahora lo hago besando todo su cuerpo. Desde la nuca hasta las piernas, toda Katie me encanta. Y bueno, a por la niña ha dicho la jefa, pues a por la niña que voy. Esto se pone interesante.

[MIS PEQUEÑOS OS (One-Shots)] ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora