La purga 2: Bella muerte

267 13 2
                                    

- Vístete, corre- me susurra quitándose de encima de mí mientras se pone su ropa. Me levanto cubriendo un poco mis pechos, no llegué a desnudarme del todo, salgo corriendo al baño. Me termino de vestir y me enjuago la cara, el grifo está frío y el agua helada. Me seco las manos y el rostro con la camiseta, no hay toalla aquí, después pongo la mano en el pomo de la puerta y abro saliendo hacia la habitación. Él ya se ha vestido del todo- Dame la mano.

- Vale- los dos nos cogemos de la mano y vamos hacia la cocina. Salimos por la puerta de atrás sigilosamente.

- Venga, salta la valla- me dice cogiéndome. Me ayuda a saltar haciendo un punto de apoyo con sus manos, luego lo ayudo a él desde el otro lado y empezamos a correr- No dejes de correr.

- Ya lo sé- llegamos a una nueva casa, y esta vez está habitada, así encontramos la casa del perro también- Aquí no.

- ¿Por qué?- le señalo las flores azules- Vaya.

- Seguramente estén haciendo algo de eso en esa casa- asiente. Las flores azules es dan a entender que estás de acuerdo con la purga, por lo tanto, a lo mejor están haciendo una matanza en la casa. Hay gente que paga para que lleven a las presas a sus casas, así ellos no se arriesgan a la hora de salir a matar porque saben que pueden morir.

- ¿Y si vamos al refugio de mi hermano?- asiento- Allí no nos pasará nada, no está muy lejos. Además, es bajo tierra. Se camufla porque tiene césped artificial encima. Sabes que está en un parque- y sí, es verdad. Tom se hizo una base secreta y escondió la entrada poniéndole césped artificial del mismo color que el césped natural que hay alrededor. Os preguntaréis "¿Está escondido en una zona de plantas del parque?" Sí, ahí está. Vamos corriendo, tratamos de no meternos en líos, así conseguimos llegar. Llegamos hasta el césped en el que Tom tiene la base, Bill da un par de zapatazos.

- Soy Bill, vengo con Aida- Tom abre justo cuando su gemelo se quita de encima se la puerta. Se abre dejando que el chico con rastas se asome, entonces sonríe.

- Venid, vamos. ¿Estáis locos? Y muertos de frío por lo que veo- asentimos. Nos deja pasar, nos ofrece una mantita y nos deja una habitación, su habitación. Es muy buena persona.

- Gracias, Tom- le digo sonriendo. Él también sonríe y abre la puerta de la habitación lentamente.

- La habitación menos fría, y también la única. El sofá es cómodo de todas maneras- nos mira.

- Gracias, Tom- ambos entramos. Cierro la puerta, y miro detenidamente el interior de la habitación- Ponle el seguro- me dice él. Lo hago, justo él se acerca a mí- ¿Acabamos lo que empezamos?- me río mientras él me abraza. Me coge como a las princesas Disney y me deja en la cama subiéndose él después. Cuando menos lo esperé, volvía a dejarme llevar por el amor, me dejé tocar de nuevo por ese hombre. Y fue fantástico- Eres muy mona cuando estás con el pelo así, ¿lo sabías?- me dice besando mi mejilla. Después de hacer el amor, siempre se me pega como una lapa.

- Te amo- lo miro a los ojos, él solamente me besa y se acomoda en mi pecho. Esto es al revés. En vez de ser yo la que lo haga, es él quien busca calor en mí, y yo encantada me dejo. Me gusta que me abrace al dormir, me gusta sentir que está conmigo, que mi chico está conmigo. Lo amo, eso es indiscutible.

***
- Gracias por dejarnos la noche aquí, Tom. Ya quedará una hora para el final. Vuelvo a casa.

- La acompañaré- dice Bill mirándome, yo sonrío- Puede perderse.

- Ya, claro- dice Tom- Anda, parejita. Tened cuidado.

- Sí- digo yo. Salimos con sumo cuidado y sigilo, nos cogemos de la mano y corremos con dirección a mi casa- Quedan quince minutos para el final de la pesadilla.

[MIS PEQUEÑOS OS (One-Shots)] ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora