⚓Amor en la mar 1: "Bienvenida al barco, señorita Bennet"⚓

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- Eh, Cindy. Despierta o perderemos el barco- la chica abre sus ojos avellana dándole los buenos días a veinticuatro horas más en su vida. Se sienta en la cama y se estira mientras que su madre le saca la ropa y se la deja sobre el colchón de la cama de su hija- Vístete, saldremos en cuanto estés lista.

- Vale. Gracias, mamá- se baña, se seca y se viste. Sus maletas las coge el chófer que los llevará hasta el muelle- ¿Sobre qué hora zarpará el barco?

- Sobre las una y media de la tarde. Y cuando lleguemos al puesto de Santa María, disfrutaremos de sus comercios y sus hoteles de lujo como nunca antes lo hicimos- su madre se lo tiene un poco creído, podéis verlo. Cómo tiene dinero para dar y regalar piensa que es la reina del mundo. Cindy niega mientras bufa.

- Señorita, por favor- el chófer le abre la puerta una vez llegan a su destino. En cuanto baja, ya tiene al pesado de su prometido encima.

- ¡Cindy!- no se alegra de verlo, no le gusta para nada. Es meloso, pegajoso, y no le gusta que sea tan celoso porque aún ni siquiera son novios. Simplemente es por dinero entre familias.

- Hola, James.

- Madre mía, que guapa te veo. ¿Y ese vestido? Me encanta como te queda.

- Gracias, fue el que mi madre me regaló en mi cumpleaños- empieza a subir para llegar hasta la cubierta del barco, primero James y luego va ella. Viaja en primera clase, así que con solamente mostrar su billete de pasajera vale.

- Buenos días, señorita Bennet. Bienvenida al barco- ella le sonríe al chico.

- Gracias, pequeñín- le sonríe al niño, luego se encuentra con el hombre que revisa los billetes de los pasajeros. Lo reconoce enseguida, es el joven que trabaja en la panadería de al lado de su casa.

- Vaya. Buenos días, señorita Bennet. La veo estupenda hoy.

- Muchas gracias, Kaulitz- la chica le sonríe- Aquí tiene- le da el billete que demuestra que puede entrar, él asiente y le sonríe.

- Bienvenida al barco. Pase, por favor.

- Gracias. Que tenga buen día, señor Kaulitz.

- Lo mismo le deseo, señorita Bennet- ella le sonríe de nuevo y termina de subir- Bon voyage- ella se vuelve a mirarlo, él asiente sonriendo y coge el billete de los siguientes pasajeros para comprobar que pueden embarcar. Se queda pensando en la chica, es muy mona a decir verdad.

***
- ¡Me encanta el barco!- dice ella emocionada asomándose por cubierta.

- Ten cuidado, podrías caerte al agua. Eres una mujer, compórtate Cindy- la joven mira a su futuro marido- Eres una señorita de primera clase.

- ¿Qué tiene que ver eso?

- Que tienes que guardar la compostura y dejarme actuar a mí- ella lo mira molesto- Sobretodo no ponerme malas caras.

- James, deja que lo disfrute. No voy a estar obedeciendo a nadie en estos días, ni siquiera a tí.

- No te comportes mal, Cindy.

- ¿Qué es lo que hago mal exactamente?- lo mira de nuevo- Disfruto de las cosas.

- Cindy, debes comportarte y sabes perfectamente cómo. Se acabó.

- Pero James, escúchame un momento...

- Cindy, no toques la moral- la mira un tanto enfadado ya- Cállate y actúa como debes, ya te desataré en nuestra noche de bodas, dónde será concebida la vida de nuestro primer hijo y, cuando nazca, de otros muchos. ¿No es magnífico? Piensa en tu futuro, Cindy, no seas niña pequeña.

- ¡No quiero eso!- se miran- No quiero esta vida.

- Pues es lo que hay. Ahora cállate.

- No me voy a callar- ambos se miran de nuevo. James, ya harto, deja de apoyarse en la barandilla y se pone delante de ella con semblante serio.

- Cállate.

- No- responde ella sería también- Estoy harta de obedecer, siempre debemos obedecer. Toda mi vida la he obedecido a mi padre, a mi madre, a tí, y a todos los que se han creído superiores a mí. Que tenga una rajita en vez de un par de cojones no significa que sea menos que vosotros. No lo soporto más, no pienso obedecer más, me tenéis como una sumisa a mí y a todas vuestras mujeres. No pienso obedecer más a esta sociedad machista, me da asco. Y tú formas parte de esa sociedad también, James. Eres un maldito machista... ¡AH!- es interrumpida repentinamente. Cae al suelo, no se atreve a levantar la mirada, simplemente se mantiene en su posición: manos apoyadas en el suelo para levantarse pero sin llegar a hacerlo. Ahora sí mira a James, él suspira y se pasa las manos por el rostro para mirarla después. Se levanta del suelo y se quita los mechones de cabello suelto de la cara, deja que James vea lo que le ha hecho. Su mejilla se ha amoratado igual que su ojo y de la comisura de sus labios cae sangre como una fuente. James acaba de romperle la mitad del rostro de un puñetazo.

- Cindy, yo... Eh- ella niega y lo mira, luego decide marcharse. Él vuelve a mirar el agua, ahora se siente mal, muy mal. Mientras, Cindy camina hacia la proa del barco, se sienta en un banco que hay cerca de la barandilla llorando silenciosamente pero fuera de control.

- Maldito seas...- murmura aún con lágrimas en los ojos. Mira hacia atrás cuando escucha pasos, entonces se seca las lágrimas rápidamente.

- Buenas noches, señorita Bennet- ella le hace un hueco en el banco, él se sienta a su lado- Eh, ¿qué tiene en el rostro?

- Nada, un golpe tonto. No se preocupe, señor Kaulitz- él la mira cin preocupación.

- Esto no sale de un simple golpe tonto, señorita- dice él observándola con cuidado y detenimiento- ¿Qué ha pasado?

- James...- se miran- El que va a ser mi marido me ha...- suspira- Me ha pegado.

- ¿Y por qué? No tiene derecho, no sois marido y mujer aún.

- Lo sé, lo sé. Pero, él se cree superior, y me ha pegado por el simple hecho de decirle que estoy harta de ser una sumisa. Odio mi vida, señor Kaulitz, no lo aguanto más. No quiero obedecer toda mi vida a un hombre, quiero ser libre y explorar, quiero vivir la vida. No puedo, estoy encadenada a un desconocido que me tomará por esposa dentro de cuatro meses por simples intereses económicos. Maldito dinero...- se seca las lágrimas- Pues eso es lo que ha ocurrido.

- Tranquila, iremos a la enfermería. Venga- la ayuda a levantarse, la acompaña hasta la enfermería donde la curan. Hielo para los moratones y un par de puntos para el labio y la nariz, todo mal. Encima se los han puesto sin anestesia. Pobrecita, vaya dolor.

- Muchas gracias- dice ella saliendo. Se mira con el señor Kaulitz, él la mira preocupado- Estoy bien.

- Bien. Vamos, debe descansar.

- Muchas gracias por todo, señor Kaulitz. Siento las molestias.

- No me llame señor Kaulitz, por favor- se miran- Soy William Kaulitz, Bill preferiblemente. Usted es Cindy, ¿cierto?

- Sí, así es- se sonríen- Encantada, una mejor presentación- se ríen- Gracias- se estrechan las manos. Cada uno se va por su lado, pero, ambos piensan en el que camina a sus espaldas. ¿Por qué la ha ayudado? ¿Por qué ha sido tan servicial con ella? ¿Por qué esa muchacha le llama tanto la intención? Espera, ¿qué está pasando entre ellos dos?

[MIS PEQUEÑOS OS (One-Shots)] ✓✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora