Soy Kim

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Chay llegó apresurado faltaban solo 2 minutos para que comenzará la clase y a el le encantaba ser puntual, llegó agotado y jadeante y mientras trataba de recuperar el aliento no se dió cuenta de que su maestro lo observaba con una leve sonrisa.

—Mierda por poco no llego— dice mientras levanta la vista dando sé por fin cuenta de que no es el único en la habitación.

—Soy Kim— el joven que sostiene la guitarra se presenta.

Chay está sonrojado y desvía la mirada tratando de controlar su pequeño corazón, por qué Kim es muy guapo.

—Pence que sería el único aqui— Chay se rasca la cabeza algo apenado.

—Descuida hoy me adelante quería afinar la guitarra— responde Kim mientras ajusta la última cuerda.

Chay lo observa con detenimiento incluso los movimientos de Kim son bastante hermosos.

—Tu guitarra?— Kim no lo mira solo toca su cuerda mientras mueve sus dedos para seguir ajustando.

—Mierda...— se queja Chay levemente, se inscribió a clases de guitarra y la olvidó.

—Jajaja descuida toma— Kim se levanta de su asiento y le entrega el instrumento.

—Que?!, No lo lamento volveré mañana"!— Chay está nervioso y avergonzado tener a Kim de cerca y que le ofreciera la guitarra era demasiado para sus neuronas.

—No seas tímido toma— Kim toma sus manos y Chay siente una corriente eléctrica por todo su ser.

—Gracias— se sonroja y sujeta con mucho cuidado la guitarra como si fuera de vidrio y pudiera colapsar en sus manos en cualquier momento.

Al sonar el timbre toda la aura mágica se rompe entre ellos y entran los demás alumnos.

La clase continuo con normalidad pero algo era seguro, Chay aprendería algo más que tocar la guitarra.

Pasaron varios minutos de clase y Chay ya había logrado hacer los primeros acordes.

Kim estaba secretamente orgulloso y le sonreía de manera inconsciente.

—Oye parece que le gustas al profe— susurro su amigo.

—Que?!— susurro alterado Chay.

—Nada solo quería llamar tu atención, iremos está noche a una fiesta ven con nosotros te prometo que no te vas a arrepentir— continua susurrando su amigo.

Y vaya que Chay no se iba a arrepentir aunque el aún no lo sabía otra sorpresa lo esperaba en ese lugar.

—No lo sé quiero practicar los acordes además tengo tarea— Chay trata de mantenerse concentrado.

—No te arrepentiras eres listo se que puedes terminar todo a tiempo— su amigo insistió.

—Esta bien veré qué puedo hacer— Chay estaba apunto de obtener su último acordé pero el dedo se le canso.

El timbre sonó y la clase termino.

—Gracias— Chay entrego la guitarra a su dueño e hizo una pequeña reverencia para después hacer otra con las manos mostrando su respetó.

Chay no lo sabía pero ese simple gesto había provocado en Kim el enamoramiento.

Kim sonrió al ver que Chay se retiraba suspiro y miro la guitarra en definitiva ese chico le gustaba.

Triángulo ∆Donde viven las historias. Descúbrelo ahora