taking sehun | sebaek.

u n o.

Nunca he conocido a Oh SeHun ―al menos, no en persona―, sin embargo, aquí estoy, recogiéndolo de la cárcel.

Mientras espero fuera de la alta cerca de eslabones enrollados con alambre de púas, maldigo el nombre de JongIn. Me amonesto, luego levanto el rostro al cielo y digo:

―En realidad no, cariño. Te amo. 

Verás, era el deseo de un hombre moribundo que esté aquí hoy para recibir a SeHun.

Ese hombre moribundo resultó ser mi esposo y el hermano cinco años menor de Oh SeHun. Bueno, no era su hermano, eran primos, criados por su abuela, pero siempre se han considerado hermanos. Mi difunto esposo tenía a su primo en la más alta estima, a pesar de las circunstancias y la ubicación de SeHun.

SeHun ha sido residente de Tent City Prison, una prisión que alberga a sus reclusos en tiendas de campaña y los obliga a llevar trajes de color rosa, durante los últimos ocho años cumpliendo una condena por homicidio imprudente. Comprobando la hora en mi teléfono, me percato de que SeHun debería emerger por esas puertas en los próximos dos minutos. Saliendo de mi auto, paso los dedos por mi cabello enredado.

Por supuesto, el aire acondicionado de mi chatarra de auto se arruinó a mitad de camino. Tuve que hacer las últimas cuatro horas de viaje sudando mi culo a través de Arizona y con las ventanillas bajadas dejando que el viento revolviera mi cabello. JongIn fue muy específico con las instrucciones. Tenía que esperar a SeHun y llevarlo a nuestra casa en el pequeño pueblo de Colorado donde vivimos. Sehun va a estar en libertad condicional durante los próximos tres años, la cual su abogado transfirió a Colorado. Jongin se aseguró de que se ocuparían de eso en el caso probable de su fallecimiento.

Cuando Jongin murió, sé que le preocupaban Sehun y su liberación, sólo superado por lo que me pasaría a mí. Jongin estaba contando los días hasta la liberación de Sehun y había trazado su regreso a casa perfectamente. Yo tenía dudas sobre todo, por supuesto. Quiero decir, ¿el hombre estaba en la cárcel por homicidio y mi marido quería tenerlo viviendo en el apartamento del garaje detrás de nuestra casa?

Era un hecho que me sentía inquieto al respecto.

"Confía en mí, Baek", había suplicado Jongin. "Nunca te pondría en peligro".

Tal vez fue una tontería tener esperanza; tener la idea de que mi esposo sería uno de los afortunados receptores de un trasplante de corazón y que estaría vivo cuando Sehun volviera. A pesar de mis temores sobre Oh Sehun y su regreso, nunca pensé que estaría tratando con él solo. Creía con todo mi corazón que Jongin estaría aquí; que sería el que esperaría fuera de esta prisión con este intolerable calor para recibir a Sehun. No yo. Mi madre solía decirme que debo esperar lo peor y desear lo mejor, de esa manera, cuando llegara lo peor, no dolería tanto. Pero cuando la vida de tu esposo pende de un hilo, no hay nada que puedas hacer, o sentir, o pensar... salvo tener esperanza. Mi madre tenía razón ―aunque nunca se lo admitiría―, tener toda esa esperanza, no permitirme pensar en lo peor, hizo que doliera mucho más cuando llegó el final.

Mi esposo sabía que iba a morir. Por eso, una vez que se había asegurado que todo fue atendido o, más bien, que yo estaría atendido, lo único que le quedaba era asegurarse que su primo iba a estar bien. Jongin me aseguró que Sehun era el mejor hombre que conocía.

"Prométeme que estarás allí para él, Baekhyun. Por favor. Necesita a alguien de confianza, quien no va a hacer que se sienta como si fuera una mierda".

"Lo prometo".

Asentí mientras apretaba su mano fría. Le hubiera prometido cualquier cosa en ese punto. Estaba tan enfermo y cansado, y lo último de lo que necesitaba preocuparse era que su primo convicto consiguiera un viaje a nuestro hogar. Pero después de que Jongin nos dejara, habiendo fallado su corazón antes de que se encontrara un donante, me comprometí a mantener esa promesa. Llevar a Sehun a casa será mi agradecimiento a Jongin por amarme y luchar tan duro para estar conmigo. Un hombre inferior habría dejado este mundo mucho antes que él, pero le pedí que luchara y lo hizo. Fueron las circunstancias las que no estuvieron a nuestro favor. Por eso, me he tragado mis miedos, dudas y cualquier aprehensión... o, al menos, lo estoy intentando. Confío en Jongin; tengo que hacerlo. No tengo ni idea de qué esperar cuando vea a Sehun.