s e i s.

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Estoy casi en casa cuando veo a mi vecino, Brian, trabajando bajo el capó de su camioneta. Tirando a su lado, le grito

―¡Hola, Brian! ―Al parecer lo sorprendí porque se sacude y se golpea la cabeza contra el capó―. ¡Mierda! ―Me estremezco―. Lo siento.

―Está bien. ―Se ríe mientras frota la parte posterior de su cabeza con una mano y ajusta sus gafas con la otra.

―¿La camioneta se descompuso?

―Sí ―se queja―. Pedazo de mierda. Tengo que irme a Oklahoma el próximo fin de semana, y la maldita transmisión está fallando.

―¿Se puede arreglar? ―pregunto.

―No. Voy a tener que ir a un mecánico. Los vehículos son como un idioma extranjero para mí.

Y aquí viene mi argumento de venta.

―Bueno, resulta que conozco al mecánico para el trabajo, y está justo en tu calle.

Cuando regreso a casa, la puerta de la bahía del garaje está abierta, y Sehun está agachado junto a su Harley, su mano aparentemente dentro de la máquina. Lleva un pantalón corto que le compré y nada más. Mientras estaciono el auto, su cabeza se levanta, y su mirada se encuentra con la mía. Mis ojos trazan los intrincados tatuajes que corren en sus brazos y espalda. Es obvio que hizo un buen uso del gimnasio en la cárcel ya que su cuerpo está preparado.

Sacándome de mi ensoñación llena de lujuria, salgo del auto, regañándome a mí mismo por revisarlo. De nuevo. Obviamente necesito algunos... algo. No puedo seguir comprobando a mi primo. Ese pensamiento envía decepción a la boca de mi estómago. Es una lástima que Jongdae no me pidiera salir. Seulgi había estado pidiendo que me arreglara con uno de los amigos de Jisung, pero no me gusta la idea de una cita a ciegas. Es muy incómodo.

Estoy sacando una bolsa de comestibles de la cajuela cuando Sehun rodea la parte de atrás de mi auto y la arrebata de mis brazos.

―Voy a llevar esto por ti. ―Con su brazo libre, recoge las últimas dos grandes bolsas de papel y se dirige hacia la casa.

―Ha pasado un largo tiempo desde que tuve ayuda en llevar mis bolsas ―le digo mientras lo sigo―. Me vas a mal acostumbrar.

Subiendo las escaleras del porche trasero, dice:

―Mereces ser mimado, Baekhyun.

Una vez que estamos dentro, deja las bolsas sobre la mesa de la cocina y empieza a sacar los artículos.

―El plomero acaba de irse. Dice que tendrá que volver más tarde en la semana para arreglar la ducha. La tubería de cobre está oxidada o algo así.

―Está despedido. ―Arrebato con frustración―. Esa es la tercera vez que ha estado aquí y afirmado que tendrá que volver por alguna otra razón.

―Puedo arreglarlos, Baekhyun ―ofrece Sehun.

Estoy a punto de decir que sería genial, pero un pensamiento se me ocurre.

―¿Sabes qué? Le preguntaré a Jisung si puede arreglarlo. Está fuera por trabajo y podría utilizar el dinero, estoy seguro. De hecho, hay algunas cosas por aquí con las que me podría ayudar. Es bueno con esas cosas.

―¿Cuánto tiempo ha estado sin trabajo?

―Poco más de un mes. Pero cuando se tienen cinco hijos, y eres una familia de un solo ingreso... el dinero ya era apretado. Creo que Seulgi está empezando a enloquecer.

taking sehun  |  sebaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora