d i e z.

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El viernes llega, y me apresuro al trabajo, dirigiéndome a la tienda de comestibles para comprar la comida suficiente para alimentar al ejército de niños que se quedarán en mi casa este fin de semana. Cuando paso por el camino de entrada, Sehun está debajo de una camioneta, sus piernas sobresaliendo mientras trabaja.

Cuando me escucha pasar, desliza la camilla que está usando para deslizarse debajo de la camioneta, y se sienta.

―Hola, extraño ―dice mientras abro el maletero del auto.

No habíamos hablado desde esa noche que trajo a su amigo Yixing. Odié la forma extraña que actué esa noche, por lo tanto lo había estado evitando, así no tenía que pensar acerca de eso.

―Hola, tú ―respondo alegremente―. ¿Cómo estás? ―Me mantengo ocupado sacando los comestibles de mi maletero. Cuando siento su mano sobre la parte baja de mi espalda, me sobresalto.

―No quise asustarte. ―Ríe mientras se acerca y toma algunas bolsas.

―Lo siento, no te esperaba. ―Río nerviosamente. Cuando mi mirada cruza la suya, me doy cuenta que está sudado, y hay manchas de grasa en su cara. Se ve delicioso.

―¿Compraste la tienda entera? ―resopla mientras se mueve para llevar cinco bolsas en sus brazos a la casa conmigo siguiéndolo detrás.

―Estoy de niñero de los hijos de Seulgi y Jisung este fin de semana para darles a ellos un descanso. Esos niños comen como si nunca hubieran sido alimentados en sus vidas.

Tan pronto llegamos a la cocina, Sehun deja sus bolsas sobre la mesa de la cocina, y yo dejo las mías en la mesada al lado del fregadero.

―¿Se quedarán todo el fin de semana? ―pregunta con incredulidad.

Mientras me acerco al gabinete y tomo un vaso, respondo:

―Sí. Estoy loco, ¿verdad?

Lleno el vaso con agua fría del grifo y luego se lo entrego mientras dice:

―¿Y planeas vigilarlos solo tú?

―Kyungsoo se supone que vendrá y ayudará.

Empiezo a desempacar los comestibles cuando me doy cuenta que él solo está parado en el mismo lugar, inmóvil. Cuando lo miro, está mirando fijamente el vaso.

―¿Por qué me diste esto?

―Porque has estado trabajando afuera, y te ves como si estuvieras acalorado ―respondo honestamente―. Puedes dejarlo si no lo quieres ―digo cuando no responde.

Su boca se curva suavemente antes de tomar el agua en unos cuantos largos tragos.

―Gracias.

―De nada.

―Bueno, estaré por aquí, así que estoy feliz de ayudar también.

Sonrío mientras abro el armario y pongo la mantequilla de maní ahí.

―Aprecio eso. Estarán aquí en dos horas. Estaba pensando en solo pedir pizza esta noche. Pensé que podría ser un lindo regalo para ellos.

―Yo pediré ―informa Sehun mientras se dirige hacia la puerta trasera.

―No tienes que hacerlo, Sehun. Es un montón de pizza que hay que pedir. ―Río.

―Son niños. ¿Cuánto podrían comer?

Lo miro fijamente.

―Uh...

―Lo tengo, Baek.

Con eso sale y mientras termino de ordenar los comestibles trato mentalmente de prepararme para el fin de semana que se aproxima. No estoy tan seguro si eso podría ser siquiera posible.

taking sehun  |  sebaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora