c a t o r c e.

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Para el momento que Jongdae me dejó en casa, era tarde. Noté en cuanto entramos en el camino de entrada que la motocicleta de Sehun no estaba y no puedo evitar preguntarme dónde estará. Jongdae me acompañó al porche trasero y me besó de nuevo, esta vez con un poco más de agresividad, pero no inapropiadamente. Acordamos quedar para cenar el miércoles en Turvey's y después de otro largo beso, se fue.

―Entonces, ¿besa bien? ―reflexiona Seulgi mientras nos sirve un poco de café. Me he pasado los últimos veinte minutos hablándole sobre el nuevo chico en la ciudad y está devorando cada palabra.

No puedo evitar sonreír un poco mientras miro la taza que me acaba de pasar.

―Besa muy bien ―confirmo.

Seulgi se sienta a mi lado a la mesa. Los niños están fuera jugando y de algún modo consiguió que Haechan se echase una siesta, lo que es perfecto porque necesito toda su atención. Esta es una conversación que tal vez no vaya bien. Como todo, los padres escuchando a alguien diciéndoles que su hijo quizás tenga una discapacidad, especialmente autismo, normalmente no va bien. La negación es normal.

―Ha pasado un largo tiempo desde que tuve un primer beso. ―Suspira Seulgi.

―Pero tienes dieciséis maravillosos años bajo el cinturón. Es algo de lo que estar orgullosa.

―Sí ―concuerda―. Soy una mujer afortunada.

Justo entonces, Jisung entra en la cocina. Está sosteniendo la camisa sobre la cabeza, pero parece que está atascada porque no desabotonó el cuello y su torso está expuesto mientras grita:

―¿Cariño? ¿Un poco de ayuda?

Vuelvo a mirar a Seulgi, mordiéndome los labios para no reírme mientras sacude la cabeza riéndose en silencio.

―La mujer más afortunada en la tierra.

Se levanta y va hacia él mientras él deja de moverse, la camisa aún está sobre su cabeza.

―¿Con quién estás hablando?

―Baekhyun. ―Suelta una risita mientras baja su camisa revelando su expresión confusa y cabello despeinado.

Me mira y alza la barbilla.

―Hola, Baek.

―Hola, Jisung. ―Saludo con la mano, esforzándome en ocultar mi diversión.

Seulgi empieza a desabotonarle el cuello mientras dice:

―Baekhyun estaba hablándome sobre su cita la pasada noche y yo estaba fanfarroneando sobre mi gran hombre fuerte. ―Vuelve a levantar la camisa y juntos trabajan para quitársela.

Jisung, aunque fuerte, es un hombre en apariencia suave. Trabajando largas horas y teniendo cinco hijos no le ha dejado exactamente mucho tiempo para entrenar. Así que su barriga prominente no es una sorpresa.

Seulgi lanza la camisa en la encimera y vuelve a sentarse junto a mí mientras Jisung se peina el cabello.

―Bueno, eres muy afortunada ―reflexiona―. Tienes todo esto. ―Mueve la mano por su cuerpo.

Seulgi toma un sorbo de su café y se ríe.

―Lo sé, cariño.

Tengo los ojos fuertemente cerrados tratando de mantener mi risa bajo control. Cuando los abro Jisung está meneando la espalda, su barriga agitándose mientras mueve las caderas, caminando hacia Seulgi.

taking sehun  |  sebaek.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora