taking sehun | sebaek.

v e i n t i t r é s.

Después de tomar la ducha más caliente que he tomado en mi vida y restregar mi roja piel para eliminar todos los rastros de sangre, estuve dando vueltas toda la noche, ansioso por la mañana. Pero parada detrás de Junmyeon mientras el juez camina con sus hirsutas cejas grises y postura encorvada, lleva algo así como una túnica negra, no me siento cansado en absoluto. Estoy alimentado por el miedo en este momento. A este tipo parece que no le gusta nada más que decir las palabras: Fianza denegada. Después de que el juez toma su asiento, todos nos sentamos y poco después, Sehun es traído. Lleva un overol naranja de tela gruesa, y con sus tatuajes, tiene toda la pinta estereotipada de un convicto. Trato de ignorar los murmullos y susurros que llenan la sala del tribunal, pero es difícil. Quiero gritarle a todos que se callen y decirles que Sehun es inocente. No sé cómo lo sé. Sobre todo porque no puedo recordar nada, pero lo hago. Sehun no mató al Sr. Jenson. Lo sé tan seguro como que me conozco. Mientras es llevado, con las muñecas esposadas delante de él, un guardia a cada lado, lo miro deseando que levante la vista y encuentre mi mirada. Quiero que sepa que estoy aquí, que pase lo que pase, puede contar conmigo.

Pero él no me mira.

De hecho, creo que intencionalmente está mirando todo excepto a mí. Conteniendo el dolor que siento, me enfoco en el asunto más importante. Cuando está delante de su silla, los guardias desabrochan sus esposas, y toma asiento junto a Junmyeon, que comienza a susurrarle. La puerta de la sala de audiencias cruje cuando es abierta, y miro hacia atrás para ver a Kyungsoo entrando a toda prisa, con el claquetear de sus zapatos haciendo eco a través de la habitación.

Su maquillaje de ojos está ligeramente manchado, pero no tan mal como de costumbre, lo que significa que probablemente lamió una servilleta que llevaba en su guantera y trató de limpiarse un poco antes de que entrara. No se puede decir mucho de su atuendo; jeans ajustados con algunas cadenas alrededor y un camisa suelto de seda. Le dejé un millón de mensajes de voz anoche y nunca supe nada de ella. Supongo que finalmente no los escuchó.

Corre hacia mí y ya me está abrazando mientras se sienta a mi lado. ―Lo siento mucho, Baek. Mi teléfono murió, y lo dejé en mi auto. Lo siento mucho.

―Está bien ―le aseguro mientras me aparto―, gracias por haber venido.

La audiencia comienza y el fiscal básicamente enfatiza que Sehun es un criminal violento ya condenado y no debe estar en las calles porque no es sólo un riesgo de fuga, sino una amenaza para la sociedad. Junmyeon presenta un buen argumento de que Sehun ha tenido un buen comportamiento en su libertad condicional, tiene un negocio en crecimiento y de buena reputación y está tratando de convertirse en un pilar en su comunidad. Le dice al juez sobre el trabajo de Sehun con víctimas de abusos sexuales y que tiene declaraciones de testigos que pueden dar fe de su personalidad dócil. Sehun mira a Junmyeon, el ceño fruncido en su rostro. ¿Qué es todo eso?

Mi mente reflexiona sobre la noticia del trabajo voluntario con las víctimas de abuso sexual. ¿Cómo es que no sabía esto? ¿Por qué no me lo dijo?

Junmyeon también argumenta que no hay nadie para identificar a Sehun como el asesino y en este momento no hay absolutamente ninguna prueba de que él haya tenido algo que ver con eso.

El juez concede la libertad bajo fianza, en doscientos cincuenta mil dólares y advierte a Sehun no hacer nada estúpido. ¿Es en serio? Cuando el sonido de su martillo cruje a través de la sala del tribunal, Kyungsoo me aprieta la mano. Junmyeon le da palmaditas a Sehun en la espalda mientras se pone de pie y sostiene sus muñecas hacia afuera para que el guardia lo espose de nuevo. Espero, prácticamente rogando en una súplica silenciosa, mírame, Sehun. Pero él no lo hace. Los guardias se lo llevan, llevándose mi corazón con ellos.