Capítulo XVI

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Estiró su mano para tomar la de su hermano, tratando de ignorar sus pensamientos anteriores.

—Vayamos a comprar unos helados, ¿quieres?— propuso la mayor.

—¿Tienes dinero?— preguntó Kiran, regresando la vista a ella, a lo cual niega —Entonces tendré que pagarlo con el dinero que me dio mamá. Ahora haré lo que hace un adulto: ¡pagar! Yo sabía que ya era grande.

A sus palabras, no pudo evitar reír _____.

—Es horrible pagar, pero aún así hay que hacerlo— comentó para mover sus manos tomadas de adelante hacia atrás.

—¿Por qué?

Ahora debía de responder a cada una de sus preguntas. Antes de ello, suspiró con pesar, haciendo su mejor esfuerzo para buscar las palabras correctas.

A medida que se alejaban, Poseidón los dejaba de oír, hasta confirmar que se habían marchado.

Salió de su escondite, al tiempo en qué hacía que el nivel del mar volviera a bajar. Tuvo que moverse rápido al sentir que el niño se aproximaba, y agradecía no haber sido visto.

Comenzó a caminar hacia el agua, introduciéndose en ésta. Llegó hasta llegarle a la cadera, bajando la vista al fondo.

Iba a buscar el collar de _____.

Se agachó como si nada, mientras removía algunas piedras o un poco de arena, que después le era molesta. No podía creer que estaba haciendo eso.

Estuvo un rato así hasta ver el brillo de la cadenita de la muchacha. Ahora solo faltaba la caracola que colgaba de ella. Movió un poco sus ojos y la encontró también.

Se preguntaba cómo ella no la había podido hallar hacía minutos atrás. Se levantó, saliendo de nuevo a la superficie.

En efecto, el collar estaba roto, cosa que pensó desde un inicio.

Al día siguiente, _____ se asoma a ver el sitio en donde solía encontrarse con el hombre de ojos azules y cabello rubio

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Al día siguiente, _____ se asoma a ver el sitio en donde solía encontrarse con el hombre de ojos azules y cabello rubio. Y allí estaba, sentado en la postura que acostumbraba.

Respiró profundo. Con un libro en una de sus manos, se dirigió a sentar a su lado.

—Hola— sonrió amigablemente mientras lo veía.

Se reacomodó, abrió el encuadernado por donde quedó para así retomar.

Sería una tarde tranquila.

Tampoco veía indicios de que él quisiera sacar tema de conversación o algo por el estilo. Lo normal.

Al estar concentrada en lo suyo, Poseidón la vio finalmente por el rabillo del ojo durante unos segundos. Y vuelve al frente.

El brazo que tenía sobre una de sus rodillas, lo extiendo en dirección a la joven, que se dio cuenta de aquel acto casi al instante.

Su mano estaba en forma de puño. Giró su muñeca para abrir la palma, dejando al descubierto el collar que el día anterior se le había perdido, ya estando arreglado.

Los ojos de _____ se abrieron de a par. No podía creerlo. Ahogó una exclamación, cerrando sin darse cuenta el libro.

Una gran sonrisa se fue formando sobre sus labios, mezclada con emoción.

—No puedo creerlo, ¡gracias!

Exclamó para tomarlo con cuidado, siendo la primera vez que lo hacía.

Sin tardar en colocárselo, lo vio, siendo imposible borrar la curva de su rostro.

—¿Puedo abrazarte?— soltó por lo que le causaba aquel momento, esa enorme felicidad.

Poseidón no dijo nada, volviendo a su postura habitual.

Dejó lo que le pertenecía a un lado, para terminar abrazándolo, pasando sus brazos por sus hombros. Él no hizo nada al respecto.

No podía creer que realmente estuviera haciendo eso. Pero la emoción que le causaba tener aquel collar que tanto significaba para ella de nuevo, era enorme.

Permaneció así unos segundos, para recordar lo que estuvo pensando el día anterior.

—¿Eres real?— preguntó en medio de un susurro.

—Que pregunta tan estúpida — respondió sin tardar.

Tenía razón. Pero quería corroborarlo.

Sentía el calor que desprendía su cuerpo y la respiración que chocaba con uno de sus hombros. Dudas respecto a eso ya no tenía, pero si a varias otras cosas que no creía que obtendría respuesta alguna.

Se separó con una sonrisa, volviendo a sentarse en su lugar. Lo miró timidamente para volver a acomodarse para leer, tratando de buscar la página perdida.

—Tengo demasiadas dudas respecto a ti— confesó.

Poseidón no dijo nada al respecto. No sabía cómo tomar aquello.

—¿Algún día me las responderás?

Se notaba que demandaba que hablara.

—Tal vez.

¿Tal vez? ¿Él mismo lo estaba dudando? ¿Habían probabilidades de que no, pero a la vez, de que sí?

Sintió una sensación extraña en su pecho cuando su pulso se aceleró ligeramente. Más por aquel abrazo que fue hacía muy poco.

Flexionó su brazo para apoyar su mentón en la palma de su mano. Con una mirada cansada, observaba el mar tratando de entender el porqué ella generaba eso en él si se suponía que era, mejor dicho, fue "perfecto".

 Con una mirada cansada, observaba el mar tratando de entender el porqué ella generaba eso en él si se suponía que era, mejor dicho, fue "perfecto"

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VERANO |Poseidón y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora