Sentada en su cama, tras tres horas de despedir a su hermano y madre que se marcharon, y cinco de esto del matrimonio.
Recordaba casi todo lo que Proteus le había dicho. Cuando posó su mirada en el anillo que dejó sobre su mesita de noche, recordó que le mencionó que fue hecho por encargo al dios de la forja, Hefesto, siendo capaz de adaptarse al dedo que fuera. Y las piedras que tenía incrustadas eran aguamarina y dos diamantes.
También le dijo que el dios de los mares solía decir que ella tenía control sobre él, lo cual provocaba que fuera a verla. Y algo que ahora tomaba en cuenta, era que conservaba los pocos regalos que le había hecho.
Tal y como _____ conservaba el collar.
Posó una mano sobre él, dejando escapar un pequeño suspiro.
¿Cómo podía ser que le gustara a un dios? ¿A Poseidón? ¿Cómo funcionaba todo eso para ellos?
El ruido del mar agitado la sacó de sus pensamientos. Dejó de abrazar sus piernas para asomarse a la ventana a oír mejor.
Se hallaba así porque el hombre de cabellos rubios se encontraba intranquilo, en espera de una respuesta. Eso también le había comentado el de rasgos de pez.
Entre más le prestaba atención, más nerviosa la ponía a ella también.
Soltó una pequeña queja, pasando una mano por sus cabellos.
-En realidad no sé... - hablaban unos hombres que pasaban por la calle.
-Debe ser una tormenta que se avecina.
-No confiaría en tus palabras, ya que no sabes nada de clima.
-¡Pero mira el mar! Pareciera que nos devoraría en cualquier momento...
Si tan solo supieran la verdad, que era algo un poco más "fantasioso". ¿Dioses? Nadie creería. Pero con el control que tuvo sobre el agua esa tarde, las dudas quizás estaban de sobra. Más que siempre parecía joven.
Comenzó a dar vueltas por el cuarto, arrastrando los pies descalzos. Bastante pensativa.
Sería extraño aceptar por toda la confusión que cargaba aún. Pero también lo sería negarse, por aquello que sentía por él.
Aunque, de cualquier modo, fuera apresurado. ¿Por qué no le pidió ser novios primero? Sería mil veces más sencillo que romperse la cabeza con un matrimonio.
Habían pros y contras que se enfrentaban mentalmente, en si decir que "sí" o "no". Además, si recordaba bien, Poseidón le dijo que le daba igual su respuesta, pero que quería una.
-Agh, pero es un dios...- se detuvo para tapar su cara con ambas manos.
Por la forma, que pensaba, inapropiada para tratar a un dios -sin que lo supiera-, ahora creía que él debió arrojarla al mar, hacer que cangrejos fueran hasta ella o alguna forma de castigarla. Pero no. Fuera como fuera, el de cabellos rubios fue y le pidió la mano.
Escuchó unos golpes a la puerta, y la voz de su abuela preguntando si podía pasar.
Sus ojos se abrieron de a par cuando notó que la luz de la lámpara de la mesita de noche, en donde estaba el anillo, reflejaba en las piedras y se estampaban en las paredes de una hermosa manera.
Sin ser precavida, lo palmeó sin ver a dónde lo terminó tirando. Pero se olvidó de él rápidamente cuando ya no veía los colores.
-¿Qué sucede, abuela?- preguntó mientras abría la puerta.
-La comida está lista. Vamos a cenar- indicó.
-Está bien.
-Y cuando termines, tráete una vela. Por si viene tormenta y se lleva la luz.
-¿Dónde hay?
-En la cocina creo que tengo algunas de emergencia.
Asintió para salir y cerrar la puerta tras de sí. Mientras que la mayor iba directamente a la mesa, _____ iba al baño a lavarse las manos. Si sus abuelos supiesen que el mar se había agitado por los nervios de un dios, no lo creerían.
Y, que esos nervios, los había provocado ella con su silencio. Siempre que él preguntaba algo, tenía o buscaba respuesta alguna. Pero esa vez había sido distinta.
Esperaba tener algo para decirle al día siguiente. No sabría qué pasaría si seguía en duda.
Estamos a poco de terminar, así que les arrojo ese dato, para reflexionar jajj
¿Qué esperan?
Besos ♥
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VERANO |Poseidón y tú|
RandomEl día que se conocieron, él era un dios perfecto, y ella, una niña humana. Él iba por tranquilidad y ella por auxilio al momento en que sus vidas se cruzaron. Miles de pensamientos rondaban su cabeza, haciendo que se molestara y más con la presenci...