Capítulo XVII

6.1K 846 161
                                    

—Estoy nerviosa...

Le confesó minutos de haberse sentado a su lado, y no haber obtenido un saludo de su parte.

Poseidón la vio por el rabillo del ojo, notando que _____ observaba al frente, teniendo las piernas cruzadas y tomaba sus propios tobillos.

Permaneció en silencio así continuaba. Sabía que lo haría.

—El próximo año, ingreso a la universidad...

Él no tenía muy claro qué era eso que mencionó, pero escuchó que estaba relacionado con la educación. Los humanos eran dependientes de otros para aprender, por lo que sabía.

—Ya he hecho el examen de ingreso hace unos meses, y obtuve una buena calificación... Dicen que no es fácil, que nunca tendré tiempo para nada... No sé...

Levantó sus rodillas para abrazarlas contra su pecho, apoyando su mentón en éstas.

—Creo que más que nervios, es un poco de miedo— soltó una risita nerviosa, tratando de no hacer pesado el ambiente por lo que sentía.

De cualquier modo, estaba a gusto hablando de lo que experimentaba en ese período de espera. Más con él.

—Elegí una carrera que está en varias universidades. Llevo un buen tiempo con esa decisión— informó, regresando la vista a él —. Además, escuché que en el tercer año, hacen una beca de transferencia entre ciudades a las mejores notas.

Poseidón seguía con la visita al frente, con un semblante que, si alguien se fijaba bien, podía encontrar una pizca de tranquilidad en él.

Lentamente, comenzó a ver en la misma dirección que el hombre de cabellos rubios.

—Haré mi mejor esfuerzo para conseguirlo, así transferirme aquí. Podría visitarte más seguido, y no solo cinco días de verano. ¿No te parece genial?— sonrió.

Claramente, no contestó. Estaba conciente de como su corazón latía con fuerza, de lo cual muy contento no estaba.

Se cuestionaba una y otra vez respecto a los sentimientos encontrados que le generaba aquella niña. Niña ya no era. Se trataba de una adolescente. ¿En qué momento habían pasado los años? En él no se notaban, pero en _____ era demasiado obvio.

Todo aquello le sucedía por estar a su lado. Siempre que estaba solo, lejos de ella, negaba eso y se planteaba tener perfección. Pero de cualquier modo, seguía pensando en la joven.

—¿Qué estudiarás?

Preguntó para distraer sus pensamientos. Además, tenía cierta curiosidad en saber a qué llegaría a dedicar su vida, por lo que entendía esto de los humanos.

—Turismo. Si tuviera que elegir un área para trabajar, sería aquí. Amo este lugar...

Comenzó diciendo, haciendo que la viera rápidamente por el rabillo del ojo.

—Haría arreglar los pequeños restaurantes, los hostales que hay. También limpiaría la playa, arreglaría los carteles. Podría ser bueno restaurar el arco de la calle principal; sus letras de "bienvenidos" no son las más bonitas...

Quedó callada, pensando que todas las ideas que tuvo, parecían de lo más fantasiosas posibles. Más si pensaba que todo lo podría hacer en menos de un mes, que la gente estaría de acuerdo y tendría los fondos suficientes.

Se avergonzó de sí misma, escondiendo su cabeza entre sus hombros.

—Lo he dicho como si fuera lo más fácil—  rio avergonzada.

—¿Por qué quieres estudiar eso?

Una pequeña sonrisa surcó los labios de _____. Le alegraba saber que él estaba interesado en hablar con ella, haciendo su mejor intento. O eso trataba de hacerle pensar. Pero lo intentaba.

—Me llama la atención que sepan, los que estudiaron esto, tanto de historia y geografía. ¿Sabes cuántas leyendas hay aquí? Imagina un tour en la noche, con las leyendas que hay de la playa— dijo en medio de una risa, pensando que sería divertido ver las reacciones de los turistas —. Quisiera mostrar las maravillas de este lugar...

Volvió a sonreír, tranquilamente, al tiempo en que Poseidón veía hacía el frente. Sentía calma al oírla hablar tan alegre sobre algo que parecía gustarle mucho.

—Este lugar está lleno de muchas cosas...— llenó el silencio, regresando su cabeza hacia el hombre de cabellos rubios —¿Tú qué has estudiado?

Su pregunta curiosa, no iba a obtener respuesta ni en el momento, ni después.

Por la mente de Poseidón, pasaba el pensamiento de que sería demasiado complicado para ella asimilar el hecho de que era un dios y rey de los mares. Mucho menos se le ocurría una idea para encubrir eso.

De alguna forma, agradeció que quedara en silencio y no insistiera en una respuesta, pasando el resto de la tarde en un ambiente agradable en su opinión.

De alguna forma, agradeció que quedara en silencio y no insistiera en una respuesta, pasando el resto de la tarde en un ambiente agradable en su opinión

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
VERANO |Poseidón y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora