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Estiró uno de sus brazos que sentía adormecido, pero tras hacerlo, sintió como el mismo se chocaba con algo. Realizó mucho esfuerzo para poder abrir uno de sus ojos muy apenas, para encontrar la fornida espalda desnuda de su esposo, el cual yacía dormido a su lado.

Se reacomodó más cerca de él y siguió durmiendo.

Tres años de casados llevaban y finalmente había optado por ir a vivir con él, claro, luego de hacer una pequeña boda con los familiares de ella y un hermano del dios, siendo el único que sabía al respecto y el único en el que podía confiar: Hades. ______ le sugirió invitar a un familiar si no quería que todo resultara más extraño de lo que pintaba. Sin palabra alguna al respecto, fue al Inframundo para darle la noticia a la deidad del lugar, que quedó completamente sorprendido por la información.

Al rato sintió como su cuerpo quedaba al descubierto, para volver a abrir un ojo y descubrir que su esposo se había sentado en la cama. Era hora de levantarse después de todo.

Imitó su acción para verlo pestañear lentamente, todavía con cansancio encima.

—Sí, fue mala idea hacerlo hasta tarde, más si ahora tenemos que levantarnos temprano...— comentó sin voltear a verla.

______ dejó escapar una risita para estirar sus brazos en lo alto y dejar caer uno sobre los hombros del rubio de ojos azules, que acabó viéndola por el rabillo.

—No puedo creer que por primera vez admitas que tengo razón en esto— dijo con diversión, sonriendo con pereza a la par en que volvía a cerrar sus párpados.

—Arriba— fue todo lo que comentó para levantarse, dejando caer a la joven de costado.

—Una hora más...— se quejó con la cara contra el colchón.

—Buenos días, Proteus.

Ante el comentario de Poseidón, abrió grande sus ojos para tomar la sábana y cubrirse por completo. Después de todo, poco y nada llevaba puesto.

No oyó respuesta a ese saludo, por lo cual acabó bajando bruscamente la tela para ver a su marido vestirse mientras que le devolvía la mirada con una ceja arqueada.

—Estaba por decir que desayunaste con un pez payaso, pero todavía no desayunas.

Vio como una pequeña sonrisa de lado pintaba en sus labios, sintiendo como su corazón se agitaba ante la imagen. Incluso luego de casarse, o luego de comenzar a convivir juntos, era raro verlo hacer alguna mueca que fuera de ese estilo.

—Jamás dejaría que alguien más te viera desnuda. Ya te lo he dicho— agregó para darle la espalda y acabar de vestirse.

—Pero no son horas de que te pongas gracioso— volvió a reacomodarse, haciéndose bolita.

—Tampoco de que sigas durmiendo.

Oyó como la fémina soltaba una queja mientras se iba sentando otra vez.

—¿Por qué le dije a mamá que iríamos por ella a buscar a Kiran?

Kiran se había quedado en casa de sus abuelos durante la última semana, previa al comienzo de clases. De paso, se quedarían en la casa de su madre unos días para así demostrarle a Poseidón el lugar de donde provenía luego de años de hablarle de él.

Claramente, iban con la excusa de que se habían tomado unos días de sus trabajos para así descansar. ______, sí se había pedido unos cuantos de la agencia con mucha anticipación. Desde que se enteró que vendría su hermano, se le ocurrió esa idea.

Cuando menos lo esperó, sintió como los fornidos brazos del dios pasaban por debajo de sus piernas y espalda, alzándola sin esfuerzo alguno, y provocar que abriera los ojos de a par.

VERANO |Poseidón y tú|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora