Cuando terminé el primer libro sentí rabia ya que era como ver una telenovela con final inconcluso. Me preguntaba si la historia era solo literatura o si realmente habían sido los libros del rey de Sarath en su tiempo. La historia que se estaba relatando coincidía plenamente con la historia que Keyban me había relatado sobre el joven que pintó a su amada para animarla, pero por otro lado..., ese nombre, Sara, me hacía ruido, ¿podía ser una coincidencia?
Quería saber el final de la historia, así que sin traducir los otros libros aún intenté buscar cuál de los otros dos seguía el mismo formato de diario, pero ambos ya eran párrafos completos.
A pesar de mi intensa curiosidad decidí comenzar a traducir los otros, para así conocer si existía una relación, obedeciendo a la lógica comencé por el más demacrado.
#1. Trágica es la vida del infame, trágica es la vida del altanero, trágica es la vida del poderoso, trágica es la vida del que no se puede controlar. Parece que fue ayer aquella tarde en la que después de ser coronado reuní a mis mejores guerreros y fui detrás del alma marchita que asesinó a mi madre. Mi intención era resolver la situación para evitar la guerra, pero lo único que resolví es que estoy maldito. Todo lo que está cerca de mí se romperá y desaparecerá, y todo lo que yo toque será corrompido hasta las entrañas.
Perdí. Perdí ante mí y mi falta de control. No puedo admitir que perdí ante el Rey de Kimb porque no fue así. Eso no hubiese sido tan humillante y retorcido como haber perdido ante el propio manejo de mi poder.
¿Qué hago ahora? La he perdido para siempre. Su alma se aleja de mi alcance. No puedo usar mi magia, pues tengo un miedo terrible a lastimar a otras personas. El mundo ha cambiado. Todo ha sido renovado e incluso las estrellas han cambiado su disposición.
Mi furia y desesperación se acumularon en mis pensamientos hasta que no pude contener la ira y por culpa de mi pecado el alma de mi amada ha sido condenada al más severo de los castigos.
Hace dos meses mi memoria ha vuelto a mí. Después de ser herido gravemente por el rey de Kimb, volví ante su presencia para que mi poder lo obligara a declarar con sus palabras quién mató a mi madre. Cuando finalmente lo tuve ante mí, el rostro del repugnante hombre se rio en mi propia cara, describiendo el acto como una forma patriótica de proteger a su propia nación de una inexistente guerra que jamás habíamos pensado declarar.
Un tiempo antes de irme del lado de Sara en cuerpo, porque mi espíritu jamás la abandonó, aprendí el hechizo más tajante de todos, aprendí el modo de condenar un alma sin necesidad de subaura, si tan solo hubiese probado antes... si tan solo no hubiese sido segado en el momento la historia sería otra. Había un "pero" que conocía, sin embargo me sentí capaz de dominarlo. Para castigar un alma debía tener a la persona en mi mente para identificar al portador del alma, ante mis ojos para que el poder no se extravíe, y en el corazón para justificar el acto.
Sin tenerlo en cuenta por un segundo, en mi corazón solo había una persona, la persona que más amé y amo en esta fría existencia, Sara. El corazón es el órgano más importante, de él emana la vida y ahí habita la esencia de nuestra conciencia, y por ignorante la mía la llevó al Gehenna, el infierno, el último mundo, un lugar oscuro, cruel, un bucle de desdicha.
Ese fue su castigo, mientras que el que me impuse a mí mismo inconscientemente fue volver a renacer cada cien años en Kalisfan, y mi memoria volverá a mí cuando cumpla los veintitrés, la edad que tenía en el momento de la tragedia. Memoria tras memoria, todas volverán a mí y se acumularán recordándome que no fui capaz de salvar al amor de mi vida, sino que la envié a un destino catastrófico.
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Desertores del Gehenna
ФэнтезиAún cuando el mundo de Dayanne se viene abajo una y otra vez desde su niñez al crecer en un entorno lleno de gente hipócrita y cruel logra mantener la cordura y cumplir con sus objetivos. Al convertirse en una mujer pronto a terminar sus estudios, e...