31: Nervioso

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Decidirse por fin a conocer a los padres de Namjoon le tomó varias semanas. Los nervios invadían todo su cuerpo, Jimin tuvo alguna que otra relación con anterioridad, pero jamás habían sido lo suficientemente serias para llegar a este punto.

"Sólo es un fin de semana", recordó las palabras de su novio, quien le animaba constantemente e intentaba que el chico permaneciera lo más tranquilo posible. Pese a todo no podía evitar tener pequeños ataques de pánico, su chico ya le había hablado mucho de ellos, y aunque le parecían las personas más lindas y cálidas del mundo, estaba aterrado.

Se queda parado frente a su armario, por fin ya la pobre silla, jamás volvió a tener montañas de ropa, estar con Namjoon le ha hecho cambiar un poco sus hábitos y es más ordenado...o eso intenta. No sabe qué ponerse, toda su ropa parece sacada de un circo y un jardín de infantes, por todos los colores chillones de sus prendas.

Está petrificado, una y otra vez busca, se prueba y se vuelve a sacar la ropa, llenando la cama de diversos colores y telas. Necesita ayuda, sino va a colapsar. Y como si se tratare del salvador que viene a rescatar a la bella princesa en apuros, Namjoon tocaba su puerta, ya estaba listo con su maleta para el viaje.

—Jimin, amor, ya esto-

Un abrazo lo tomó por sorpresa, enseguida correspondió a la muestra de afecto del más pequeño, besó su cabeza y lo abrazó aún más fuerte.

—¿Ahora qué tienes, mi amor? Estás temblando.

— Nam, no sé qué ponerme para conocer a tus padres, no tengo nada.

Namjoon la observa con ternura y vuelve a tomarlo en sus brazos, la calidez con la que lo envolvió fue reconfortante para Jimin, era como si todos los problemas se iban disipando con cada caricia del chico.

— Amor, sólo sé tú.

— ¿Y si no les gusto?—preguntó el chico a punto de llorar. Se sentía inseguro y dudaba de sí mismo.

— Te van a amar, por Dios, eres precioso por dentro y por fuera, me haces el hombre más feliz del mundo, mis padres te van a adorar, no te preocupes, yo estaré contigo en cada momento.

Una sonrisa se formó en el rostro de Jimin, estaba a punto de sollozar de la desesperación, Namjoon lo tomó de la mano y fueron juntos hasta la habitación para poder darle apoyo moral a su chico.

Se probó un sin fin de camisetas, camisas y conjuntos, Nam con toda la paciencia que lo caracteriza se mostraba atento a lo que su novio le indicaba. Suele hablar mucho más cuando está nervioso, aquello lo hace sonreír. Después de varios intentos, por fin decide una camiseta sencilla con un estampado gracioso, jeans y un abrigo fino color verde.

Se miró en el espejo, se dio vuelta una y otra vez, pero lo que le convenció fue la mirada de Namjoon, parecía un niño embobado por haber visto lo más fantástico en toda su vida.

Namjoon se había enamorado perdidamente de Jimin, lo miraba con felicidad, como si se hubiera encontrado un tesoro. El más hermoso de todos.

—Joonie, cierra la boca.

—Estás precioso. ¿Qué quieres que haga? No lo puedo evitar.

Un tierno beso interrumpió las palabras del chico, Jimin lo besó lento y suave, dando leves caricias en su rostro, Namjoon se sorprendió al principio y correspondió de inmediato, sonriendo entre el beso. Realmente se aman, y más que novios, son mejores amigos, Jimin jamás se había sentido tan especial y único hasta que él llegó a su vida.

—¿Por qué fue eso?— preguntó mientras abrazaba por la cintura al chico sentando en el extremo de la cama.

— Porque has sido muy paciente conmigo. Gracias a tí, me siento el chico más hermoso del mundo.

Pequeño GRAN Desastre ~ NamMinDonde viven las historias. Descúbrelo ahora