Victoria rebusco debajo de la cama en una caja, de su interior saco varios pañuelos, del tipo que iban en el cuello - ponte de rodillas en la cama - me exigió de repente y así lo hice, luego con sus manos me quitó la polera dejando al descubierto mis pechos y sentí como mis pezones se endurecían por el repentino cambio de temperatura, sentí el aire un poco frio, pero no por mucho tiempo. Luego tomo mis manos, las puso cruzadas sobre mis piernas y procedió a amarrarlas con el pañuelo, en la habitación se escuchaba "stranger love" de "depeche mode", mientras sentía como el nudo presionaba sutil pero firme mis muñecas - si algo no te gusta solo dímelo - me dijo cuando hubo terminado de amarrarme, asentí con la cabeza, me sentía nerviosa y excitada al mismo tiempo, solo quería saber en que terminaría la velada. Victoria me recostó sobre la cama, tomo mis manos amarradas y las llevó sobre mi cabeza, con otro pañuelo las amarró al viejo respaldo de su cama de plaza y media, me sentía tan indefensa, tan expuesta, mi respiración comenzó acelerarse, mi corazón a palpitar con fuerza cuando Victoria se alejó y rebuscó nuevamente en la caja, en sus manos se encontraba una varilla de cuero, de esas que usan los jinetes para apurar el paso de los caballos, instintivamente me puse rígida, creo que fue la primera vez que sentí miedo, no por lo que ella pudiera hacerme exactamente sino más bien a lo desconocido, no era capaz de imaginar en realidad que haría con ese objeto, pero confiaba en ella, realmente estaba entregada a ella - no te asustes - me dijo notando mi repentina incomodidad - mira - me dijo mientras desabrochaba mi pantalón, luego me giro hacía un lado y lo bajó dejando expuesto una porción de mi trasero, acto seguido tomo la fusta y me golpeo suave y firme, ese primer golpe fue muy excitante, el ardor que sentí lejos de provocarme incomodidad o dolor me pareció placentero - ¿está bien así de fuerte? ¿Te dolió? - Me pregunto muy seria - está bien - le conteste - sigue - le dije con la voz seductora que solo aparecía en los momentos precisos de pasión - muy bien entonces - me contentó y agregó - quiero que sepas que esa es la fuerza que utilizaré, si quieres más fuerte que eso, me lo dices - sentenció finalmente.
Acto seguido terminó de desnudarme tirando mi pantalón de un solo movimiento fuerte, dejándome así, desnuda sobre la cama, expuesta, amarrada y dispuesta a ella, pero aún faltaba algo más, algo que no me esperaba. Victoria tomo un último pañuelo y me vendó los ojos. Creo que a pesar de las otras experiencias que tuve con Victoria durante el corto pero intenso tiempo que compartimos, esta ciertamente fue la más excitante, morbosa y sensual de todas.
Me dejo desnuda y vendada durante unos minutos, la música no me permitía inferir a través de los sonidos que era lo que hacía mientras yo esperaba sentirla, esa expectación e imaginármela mirándome ahí desnuda me excitaba, mis pezones estaban duros y mi sexo ya estaba humedecido cuando por fin sentí la punta de la fusta acariciar mis pechos lo que me hizo estremecer, luego la movió en círculo alrededor de mis pezones para luego pasar la punta de la fusta por sobre ellos, uno a la vez y de repente el movimiento veloz de la fusta sobre mi pezón izquierdo con la misma intensidad que ya me había mostrado, mi espalda se arqueo y un gemido salió de mi boca, luego la fusta continúo su camino recorriendo mi cuerpo lentamente, bajando por mi vientre apena acariciando mí piel, bajó por una de mis piernas para luego volver a subir por la otra, hasta que se detuvo en mi monte de venus, en ese momento ella me dijo - Separa - mientras la fusta se posicionaba entre mis piernas, yo accedí a la solicitud y las separé dejando expuesto mi sexo mojado y caliente.
Por unos instantes nada sucedió, mi respiración acelerada y mi corazón palpitando fuerte era en lo único en que podía concentrarme, luego sentí la fusta recorrer mi sexo de arriba abajo suave y lentamente, sentía un leve cosquilleo de excitación y temor, me estremecí de lujuria, moría de deseos de más, pero Victoria me daba placer a gotas, creo que su objetivo era torturarme. La fusta desapareció ya no sentí su roce y lo siguiente que sentí fue la lengua lasciva y caliente de Victoria recorriendo despacio mi sexo, jugando suave con los pliegues de mis labios, luego nada, desaparece su boca y enseguida la fusta me azota sutilmente entre las piernas directo en mi clítoris palpitante y estimulado. Jamás nadie me había estimulado de esta forma, jamás creí que podría excitarme el miedo a lo desconocido y el dolor, pero ahí estaba yo empapada esperando el siguiente movimiento, dejando escapar quejidos que eran solo de placer.
El cuerpo desnudo de Victoria reposo sobre el mío repentinamente, sentí como sus pechos se posaban sobre los míos y nuestros pezones comenzaron a rozarse. Su piel se sentía suave y húmeda, el calor del verano hacía estragos y me encantó sentir el aroma de su piel sudada, con un leve toque a rosas. Su boca comenzó a besarme desenfrenadamente, el juego de su lengua en mi lengua como siempre era delicioso, su mano presionaba con firmeza mis pezón izquierdo, me encantaba sentir ese dolor punzante pero en la medida justa. Ahora su boca se dirigía a mi cuello y comenzaba a morderlo, yo me retorcía debajo de ella, de piernas abiertas, con los brazos aun amarrados al respaldo de la cama, sintiendo espasmos en mi cuerpo en cada mordida que recibía en mis hombros, luego su boca bajó hasta mis pechos y comenzó a succionarlos y a morder mis pezones, la pasión de sus movimientos y la posesión con la que me tomaba las caderas mientras rozaba su pelvis en mi sexo era la gloria, en un momento sentí como su mano derecha abandonaba mi pecho y bajaba a mi entre pierna, sus dedos comenzaron a jugar con mis labios húmedos justo antes de introducirlos en mi sexo jugoso y ardiente.
Cuando sus dedos me penetraron lo hicieron con intensidad y fuerza, sentí como resbalaron entre mis fluidos, una vez estuvo dentro de mi comenzó a moverlos, colmando todo a su alrededor, sentía como si fuera algo muy grande que recorría cada uno de mis rincones en busca de mis placeres más ocultos. Sus dedos eran curiosos, intensos, se movían no solo de adentro afuera sino que también en círculos y a veces de otras formas que no podría describir. Acompañaba ese juego de dedos con el movimiento de sus caderas, golpeándome con su pelvis lo que provoco en mí el deseo de rodearla con mis piernas, por su cintura, en un afán de sentirla más en mí, sobre mí, más profunda e intensa. Sin darme cuenta Victoria saco sus dedos de dentro de mí, con su boca en mi boca, moviendo su lengua en la mía, comenzó con sus dedos llenos de mis fluidos a tocar mi clítoris en movimientos circulares firmes pero suaves, a una velocidad explosiva, sentí como mi cuerpo se iba preparando para el orgasmo, los gemidos ya era gritos de placer que sucumbían dentro de la boca de Victoria que con su mano libre apretaba mi muslo derecho con posesión. La temperatura de mi cuerpo subió, sentía mi corazón desbocado y la respiración agitada, los gemidos salían de mi boca como una sinfonía de placer cuando sentí que en mi vientre nacía un orgasmo delicioso que colmo todo mi ser en un último espasmo y en un enérgico jadeo, mientras Victoria continuaba el acelerado movimiento de sus dedos. Me sentí exhausta y en éxtasis así amarrada a su cama, desnuda y entregada a ella.
Victoria se levantó y me dejo ahí en la cama por unos minutos, amarrada y completamente vulnerable, me dejó ahí pensando en ¿y ahora qué? La forma que tuvo de contestar mi pregunta no se hizo esperar, sentí como se apoyaba en la cama pero no podía sentir su piel ni su cuerpo sobre el mío ¿Qué estaba haciendo? Entonces sentí como la cama se hundía a mi izquierda y mi derecha, entonces posó su sexo sobre mi rostro y comenzó a moverse en un bamboleo lento al comienzo que se fue intensificando a medida que mi lengua que de forma intuitiva comenzó a lamer sus labios ya húmedos de excitación y su caliente clítoris. El movimiento cada vez más intenso logro que el pañuelo que cubría mis ojos se saliera de su lugar y me permitió verla, estaba ahí con sus manos apoyadas en la pared, mirando hacia ella, sentada en mi cara moviendo sus caderas al vaivén de su placer. La vista era digna de un premio, sus pechos se movían al ritmo de sus movimientos, sus muslos apretaban mi rostro y podía observar su sexo húmedo en toda su extensión, su clítoris hinchado y deseoso de mi lengua lo que me estimulaba y me provocaba placer de solo verlo aumentando mis ganas de lamerla más y más, fue entonces cuando sentí un gemido distinto y pude ver como cerraba sus ojos arqueando su espalda, Victoria había terminado en la búsqueda de su orgasmo así como también terminaba con mi cordura.
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⚠️🔞Deseos Ocultos - Nostalgia 🔞⚠️👭 (Libro I)
RomanceNovela de corte erótico, lésbico, romántico, con un toque de BDSM. Cuenta la historia de Emma, una mujer que piensa que lleva la vida soñada cuando se ve enfrentada a su pasado lleno de lujuria y pasión. ¿Será capaz de armonizar sus deseos ocultos y...