⚠️🔞Deseos Ocultos - Nostalgia 🔞⚠️👭 (Libro I)

🔞Capítulo XXI - La primera noche - Segunda parte🔥

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Jadeante vi como Victoria buscaba en la mesita la paleta de castigo, era rectangular con mango, todo hecho de cuero, sabía lo que venía y eso me ponía aún más caliente. Victoria se sentó en el borde de la cama, sus pies tocaban el suelo.

- Victoria: Ven acá – me dijo – tu vientre en mis piernas y el culo en el aire – lo dijo con voz fría y seductora, por supuesto que lo hice, como una niña que va a ser corregida quede con mi culo expuesto, entonces sentí la paleta chocar con mi culo, una vez, dos veces, tres veces, mi respiración se agita, cuatro veces, los gemidos se convertían en gritos, cinco veces, seis veces y se detuvo.

- Victoria: ¿Vas a volver a ser desobediente?

- Emma: No mi señora, perdóname.

- Victoria: Bien, pero aún no hemos terminado – Dejó la paleta a un lado y con su mano acarició mis nalgas una vez más, su mano estaba fría y mi piel que ardía por los golpes se sintió aliviada – de rodillas al suelo – me dijo y lo hice, quedo de rodillas en el suelo frente a ella, me acaricia el rostro y me mira con esos ojos lascivos y perversos, entonces se pone de pie y se quita la tanga, se sienta nuevamente en la cama y pasa la tanga por detrás de mi cuello tirándola de ambos extremos con sus manos para lograr que mi rostro se acercara a ella que se encontraba sentada de piernas abiertas quedando mi rostro frente a su sexo completamente depilado, no necesitaba ninguna orden, entendí perfectamente que se me estaba pidiendo.

La sinfonía de gemidos que provienen de su boca al sentir mi lengua recorrer su sexo me provoca un placer que palpita entre mis piernas, mi lengua juguetona se desliza por cada rincón y puedo sentir el sabor de su humedad. Ella por su parte toma mi cabello como en una coleta y me jala suavemente dándome indicaciones mientras los gemidos colman la habitación, cuando pienso que Victoria puede estar cerca de acabar ella se detiene en seco alejando mi rostro de ella.

Victoria: A la cama – me ordena sin dar ninguna explicación. No sé con qué cara la habré mirado pero luego agregó - ¡ahora!,

De un respingo me subo a la cama nuevamente sentada de rodillas, entonces se acerca a mí de frente, mirándome con sus ojos oscuros y penetrantes, entonces pone sus manos en mis pechos y procede a sacar las pinzas, en ese momento siento un dolor punzante, llevaba demasiado tiempo con las pinzas y cuando las quitan siempre es la peor parte. Las deja sobre la mesita y luego procede a besar mis pezones con inusitada suavidad, sus labios apenas lo rozaban, eran como pequeños besos, una forma de calmar el dolor, siento ganas de acariciarle el cabello pero con mis manos atadas es imposible. Cuando termina vuelve a besarme, su lengua está frenética en mi boca, casi pierdo el equilibrio y caigo de espaldas pero ella me sostiene.

- Victoria: Boca abajo – me ordeno y yo obedecí.

Durante unos minutos solo escuche movimiento a mi alrededor, incapaz de ver que sucedía, entonces siento su boca en mi nuca, su respiración en mi espalda, recorriendo mis hombros con su lengua, haciéndome estremecer en escalofríos, su boca baja por mi columna, me besa toda la espalda y baja aún más, siento sus dientes morderme las nalgas, succionarlas, quizá mañana tendré moretones, entonces mete su rostro entre mis nalgas y comienza a lamerme el culo, dios como me gusta que me lama el culo, soy una enferma.

Cuando estuvo satisfecha volvió a mi cuello y entonces lo sentí, algo acariciaba mi parte baja, se había puesto el arnés con el dildo, de solo pensar lo que se venía ya me estaba viniendo.