-No, no, no, y no, ¡no me podéis hacer esto! -miré a mis padres enfadada- ¡Yo no he hecho nada!-Katherine, ya estamos cansados de ti- habló mi madre- si no nos llama un vecino diciendo que has puesto tinte en su piscina, nos llama el director de tu instituto por soltar las ranas del laboratorio de biología, nos llama porque, misteriosamente, el profesor de química se ha quedado pegado a la silla por culpa de un pegamento industrial -aguanto la risa al recordar la cara del profesor Jones- ah espera, ¿todavía tienes las narices de reírte?
-Katherine, no nos dejas otra opción -empezó a hablar esta vez mi padre- en tres días cogerás ese avión y entrarás en en el internado al que yo fui, no voy a consentir ni una broma, ni falta de respeto más.
Y... aquí estoy, sentada en el avión privado de mi padre rumbo a aquel infierno, sí, ya han pasado esos tres días que me dieron mis padres, en los que, como era de esperar, hice las travesuras que me quedaban por hacer en la última semana de verano.
Oye, os estoy contando mi vida y no me he presentado, soy un desastre, lo siento. Mi nombre es Katherine Adams o también conocida por Indomable Adams. Sobre mi físico... bueno, tengo el pelo castaño y los ojos verdes, mi estatura, menos mal, supera a la media, mido 1,67. Suelo ser muy borde pero cuando cojo cariño soy una cursi. Tengo una mejor amiga Olivia Rodrigo, a quien puedo considerar hermana, siempre está a mi lado cada vez que hago una locura y esta vez no iba a ser menos. Las dos somos de una pequeña ciudad de Texas.
Os preguntaréis a qué se dedican mis padres, bueno, ambos son grandes empresarios de una de las empresas más importantes mundialmente, junto con los padres de Olivia, fundaron la empresa tras acabar la universidad y les ha ido bien, pero eso, a parte de la fama y las grandes nóminas mensuales, implica el tener que viajar a todas y cada una de las sedes, por lo que casi nunca los veía, pero bueno, ¿realmente hacía falta? no lo creo.
Miro a mi mejor amiga, quien tiene las manos naranjas por estar comiendo cheetos y alzo una ceja.
-¿qué pasa? los vuelos me dan hambre- nos reímos- oye ¿tú crees que allí habrá chicos guapos o será solo un aburrido internado de chicas?
Yo me ofrecí voluntaria para pasarte a la otra acera pero no quisiste - me río y Olivia me tira un cheeto - perdón, perdón - levanto las manos como si en un atraco estuviese- por lo que me estuve informando es un internado mixto, así que, sí, algún chico guapo tendrá que haber.
Seguimos hablando hasta que nos informan que ya hemos llegado, bajamos de aquel avión y nos dirigimos al interior del aeropuerto para recoger nuestro equipaje. Tras hacerlo, salimos de allí y nos encontramos con un conductor privado del internado.
-Oh, genial, encima tiene pinta de ser un internado de fresitas- refunfuño
-anda no te quejes, que por lo menos tendrá aire acondicionado ¿no? -se abanica con la mano- no sabía que en Los Ángeles hacía tanto calor
Y sí habíamos aterrizado nada más y nada menos que en la soleada California. En fin, a mala gana me subí al Rolls Royce que el internado había puesto, nada más sentarme y notar el maravilloso aire acondicionado me empecé a relajar.
Dos horas después nos detuvimos a las puertas de un gran edificio de piedra rodeado de un bosque precioso. Lo mismo esto no está tan mal... ¡Qué estoy diciendo! Eso no lo he pensado yo, lo juro.
Nos bajamos del coche y pudimos ver a una señora, bastante, mayor para ser sinceras, con el pelo blanco, unas gafas y vestida bastante elegante.
-Buenas tarde, ustedes deben ser Katherine Adams y Olivia Rodrigo, ¿cierto? -nosotras asentimos- Bien, soy la directora Miller, síganme, tenemos que conversar sobre unos asuntos
Entramos al interior del internado cargando con nuestras maletas, las cuales nos dijo la secretaria de la directora que nos la subirían a nuestra habitación. El interior del internado tenía una decoración lujosa y clásica, o por lo menos la parte de dirección y el hall. La directora entró en su despacho y seguidamente entramos nosotras. La directora tomó asiento en una gran silla de cuero y nosotras la imitamos.
-Se preguntarán por qué están aquí -nosotras asentimos- bueno, he oído hablar sobre ustedes un montón.
-No me extraña directora, somos increíbles- dije con una sonrisa desafiante
-sí, increíblemente indomables -contestó la directora- Me gustaría dejar unas normas claras -Tras decirnos las reglas y darnos los uniformes, los cuales tendríamos que llevar de lunes a viernes en horario lectivo, sacó unos papeles y nos miró- Señorita Rodrigo, he estado viendo su expediente y... aunque la media no es muy alta, sé que usted es solamente la cómplice de las bromas, en cambio, usted -me miró- señorita Adams, no tengo ninguna duda de que usted es la líder, y por mucho que tenga un 9,8 de media, sé que pasará más tiempo haciéndose la rebelde antes que estudiando
Joder con la vieja, ha dado en el clavo, que cabrona
-Dicho esto, os acompañaré a la habitación, os tocó juntas, pero no se acostumbren a tener esa suerte en este centro.- Salió del despacho y se dispuso a subir las escaleras mientras que nosotras la seguíamos. Subimos al cuarto piso por la escalera derecha puesto que la izquierda llevaba al área de las habitaciones de los chicos. Llegamos a la habitación 438 y abrió- Pónganse cómodas, a las 5 tendrán que reunirse en el salón de actos - La miramos confundida- Ahí se hará una charla de presentación- se dispuso a salir del cuarto cuando se dio la vuelta y me miró- Katherine, no es usted la única que se dedica a hacer bromas, cuidado y buena suerte con Sink- salió de la habitación y cerró la puerta.
Vale, ¿Quién coño es Sink? Por qué tengo que tener cuidado con ¿él?, ¿ella?, ¿elle? no sé.
Olivia me miró y sin decir nada nos pusimos a instalarnos, la habitación era sencilla, dos camas a los lados de una ventana, y dos armarios en la pared de enfrente a las camas.
Al terminar de instalarnos me puse a pensar en lo sosa que era la pared, era de un color amarillo pálido, se asemejaba a la pared de un hospital. Ya le daré mi toque pensé.
Me senté en la cama a esperar a que Olivia dejase de cotillear por la ventana y cuando se giró me miro fijamente.
-¿Quién se supone que es Sink? -la miré y levanté los hombros
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Bueno y hasta aquí el primer capítulo, espero que les guste esta historia :)
Adjunto foto de Katherine al principio del capítulo.
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Indomable // Sadie Sink
Teen Fiction-Entonces... ¿te parece bien si apostamos?- miré a Millie, quien me tendía la mano y luego miré a Sabrina- Venga Sadie, es solo una pequeña apuesta -Acepto la apuesta- estreché nuestras manos- enamoraré a la indomable Katherine Adams