Indomable // Sadie Sink

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Narra Sadie

-Millie por favor, coloca bien la escalera que no voy a llegar -Dije mirando al techo del hall del internado.

-Y aunque la coloque no vas a llegar, los techos son muy altos

-Joder, bueno vamos a decorar por lo menos las partes que llegamos y luego pedimos ayuda.

Millie y yo empezamos a decorar el árbol que se había puesto en el hall, era un árbol altísimo, que según cuentan los rumores, lleva en el internado desde que se abrió. Empezamos a colocar las bolas de colores rojo, plateado y dorado. También colocamos pequeñas figuritas como por ejemplo pequeños cascanueces, renos, copos de nieve...

Mills empezó a colocar las luces alrededor de las ramas y yo iba colocando el espumillón alrededor de la barandilla de la escalera. Estaba orgullosa de como estaba quedando la decoración, al haber terminado de decorar el pabellón deportivo, convencimos a Miller de decorar las partes más importantes del internado.

-Oye Sads -Dijo Millie tras terminar de colocar las luces- ¿Cómo pretendes poner la estrella en lo alto del árbol? mas que nada porque no llegas

-Pues no lo sé Millie -Dije pensativa- creo que usaré unas pinzas de esas largas con las que recogen la basura del patio los castigados.

-Vamos las que hemos usado toda la vida

-Esas -la miré- hay que ir a por ellas.

Millie se dirigía hacia el cuarto de limpieza donde estaban esas pinzas pero alguien me cortó la visión. Sabrina se había plantado delante mía y me miraba con cara interrogante.

-¿Estás loca? he perdido la visión de Millie, ¿y si la matan o la secuestran? -Dije haciéndome la asustada a lo que ella rodó los ojos.

-Mañana es el baile de invierno

-Vaya, ¿crees que no lo sé?

-Déjate de tonterías Sadie -Dijo indignada- ¿Qué vas a hacer con la apuesta?

Mierda, se había acordado de la apuesta. Estaba tan centrada en lo que sentía por Katherine, que en un momento se me olvidó por completo aquel trato que hice con Millie. He de decir que estas últimas cuatro noches no he podido pegar ojo por el miedo que tengo de perderla. Es cierto que un trato es un trato, pero no quiero que Millie se acuerde y eso joda el acercamiento con la indomable Adams.

-Espero que mantengas tu boca bien cerrada -Le dije a Sabrina mientras le apuntaba con un dedo- Nadie tiene que enterarse de nada y menos recordárselo a Millie.

-¿De qué no me tengo que acordar?- Dijo Millie a mis espaldas- ¿De la apuesta de Katherine? Claro que me acuerdo y visto lo visto, la has ganado, se ha enamorado de ti. Puedes elegir lo que quieras como premio.

-Es que no quiero elegir nada -Dije enfadada- Lo único que quiero es que nadie se entere de nada y que se olvide la apuesta.

Me empecé a sentir un poco mareada, tantos pensamientos a la vez me abrumaron tanto que empecé a ver borroso. Anduve como pude hasta enfermería, que estaba pasando la secretaría del centro. Abrí la puerta de golpe y la enfermera Lane me mandó pasar y me examinó. Los resultados fueron una bajada de azúcar que no era preocupante.

Preocupante era mi situación ahora mismo, estaba entre la espada y la pared, espero que Katherine no se entere nunca de esto.

Narra Katherine

-¡Una apuesta!-Dije entrando a mi habitación mientras gritaba y cerraba de un portazo- ¡Una puta apuesta es lo que soy para ella!

-¿Qué ha pasado Kate? -Dijo Olivia desde su cama.

-Hay que ser hija de la grandísima puta para hacer eso -Seguí diciendo mientras me tiraba en la cama- Y encima voy y me preocupo por ella... no, esto no se va a quedar así.

- Kate, cuéntame que ha pasado por favor.

- No quiero volver a saber nada de ella, no quiero saber nada de ninguna mujer de forma romántica. -Dije negando con la cabeza- ¿A quien se le ocurre hacer una apuesta con los sentimientos de una persona?

- ¿Sadie hizo una apuesta? -yo asentí- hay que ser hija de puta, yo me la había creído.

-Esto se acabó, no voy a permitir que nadie juegue conmigo, ya no.

- ¿Y qué pretendes hacer? 

- Olivia -Caminé a su cama y me senté a su lado- tú sabes eso que dicen...

-No sé.

-Déjame terminar -ella asintió- tú sabes eso que dicen que...quien ríe último, ríe mejor ¿no? pues voy a hacer que me odie con todo su ser -Olivia me miró con sorpresa- ¿quiere juego? lo tendrá.