The Boss

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Hoy comenzaba mi primer día laboral en mi nuevo trabajo, asi que me levanté muy temprano, me di una cálida ducha, desayune y luego me vestí con un outfit similar al de ayer, di unos retoques de maquillaje en mi rostro y peine mi cabello de manera prolija. De ahora en adelante esta sería mi rutina de todos los días, debería acostumbrarme también a otros horarios ya que ahora trabajaba dos horas más de lo habitual. Si bien no es un trabajo forzoso físicamente quizá pueda llegar a ser algo estresante. Se trata de hacer mucho papeleo y estar con portátiles casi la mayor parte del tiempo aún no sé con exactitud primero tengo que ver cómo es el ritmo de trabajo que lleva la persona a la cual me asignaron.

Al llegar a la empresa me encontré con Gina y Jake quienes por lo que tengo entendido serán mi mano derecha ya que me ayudarán hasta que me adapte totalmente. Estuve unos minutos hablando con ellos hasta que Jake llamó la atención de alguien que iba en dirección al ascensor.

- Oye, Joe.- dijo Jake y él se acercó hacia nosotros.- Este es el famoso Joe.- indicó.

- Hola, soy Isabella.- solté antes de que él hablase.

- Te estaba buscando.- estrechó su mano.- Encantado. ¿Lista para empezar a trabajar?

- Sí, claro.

- Uff, suerte con eso.- dijo Jake con sarcasmo.

- Vamos.

- ¿En que piso está tu oficina?

- En en cuarto. Pensé que ya lo sabrías.

- Bueno pensé que sólo había un jefe y resultaron ser dos.

- En realidad somos tres.

- ¿Tres?

- Así es, somos tres. Pero Cillian se lleva todo el crédito. El es el jefe de los jefes por ser el mayor.- hizo comilla con sus dedos.- Y claro por ser el más responsable.

- ¿El mayor de que?

- De los hermanos, de que más.- dijo como si fuese algo que todos supieran menos yo.

- Oh, sinceramente no lo sabía.- al parecer a Joe le gusta hablar bastante, mucho más que a su hermano.

- Sólo falta Paul... Debe estar en su oficina o quien sabe.- llegamos al ultimo piso, el ascensor se detuvo y las puertas se abrieron.

- Buen día Isabella.- saludó Cillian quien estaba con otra persona esperando para subir.

- Hablando del rey de roma.- soltó Joe.- Este es el que faltaba.- señaló a quien venía con Cillian.

- Buen día señor Murphy... Emm, Hola Paul.- saludé y extendí mi mano al hermano que me faltaba por conocer.

- Es mi nueva secretaria.- agregó Joe señalándome con su pulgar.

- ¿Yo no soy señor? Sólo soy Paul.- dijo de manera graciosa.

- Lo siento, es que creía que Cillian era el jefe.

- Los tres lo somos.- respondió Paul.

- Si dejara la empresa en sus manos estaríamos en quiebra.- soltó Cillian frunciendo el ceño.

- Deja de subestimar nuestro trabajo.- rodaron los ojos.

- Cuando termines con Joe ven a mi oficina.- ordenó Cillian antes de que se cerrasen las puertas del ascensor.

- Allí estaré.- le dedique una sonrisa amigable.

Caminé detrás de Joe a su oficina y lo primero que vi al entrar fue un caos total sobre la mesa. Infinidad de papeles por todos lados, quería morir, ese sería mi trabajo hoy y no sabía ni siquiera por donde empezar.

- Bien. Tienes que ordenar esto por fechas de la más antigua a la más reciente. Luego cuando termines deberás pasar algunos datos al ordenador. Te ayudaré así que no te preocupes.

- Empezaré ahora mismo.

- Si quieres un café o algo sólo sírvete o simplemente baja, allí hay una cafetería y también hay cosas para la hora del almuerzo.

- Gracias. Lo tendré en cuenta.

Comencé a organizar el papeleo mientras Joe usaba su portátil para pasar algunos datos.
Ocupé más de la mitad de la mañana terminando el trabajo acumulado que Joe tenía en su despacho. Continué por cargar datos en un ordenador mientras tanto Joe se fue a dar un paseo por la empresa cuando aún tenía cosas por hacer, pero bueno, que más da, él manda y yo sólo tengo que obedecer.

- ¿Isabella?.- escuché mientras alguien abría la puerta.

- ¿Si?.- alcé la vista, era Cillian.- Lo siento, aún no he terminado, son muchas cosas.- aclaré ya que más temprano me había pedido que vaya a su oficina.

- Lo sé. Dejalo ahí, has hecho demasiado. El resto de las cosas las terminará Joe. Sígueme.

- Está bien.- respondí extrañada.

Fui detrás de Cillian con algo de preocupación ya que no sabía lo que me esperaba. Llegamos a su oficina y me quedé parada frente a su escritorio mientras el buscaba algo en uno de los cajones.

- No te preocupes no es nada malo.- me alivie.- Necesito que subas estos datos al sistema y después de eso puedes irte a casa.

- No hay problema señor Murphy.

- Sólo dime Cillian.

- Lo siento, Cillian.- sonreí y él me devolvió la sonrisa mordiendo ligeramente su labio. me quedé un tanto anonadada.

- La próxima semana mi asistente se tomará unas pequeñas vacaciones pero regresará, por ende te llamaré en esos días cuando necesite ayuda. Por Joe no te preocupes.

- Está bien. Sólo llámame y estaré aquí para ti... O sea... Para ayudarte.

- Entendí, tranquila.- tomó las llaves de su auto y caminó hacia mi.- ¿Por cierto cuantos años tienes? Leí tu ficha pero no lo recuerdo.

- He cumplido veintiséis hace una semana.

- Feliz cumpleaños. Atrasado por cierto.

- ¿Y tú?.- me miró sorprendido.- Lo siento no es de mi incumbencia.

- Sólo bromeo. Tengo treinta y siete.

- Oh, no pareces.

- ¿En que sentido?

- Te ves más joven.- rió.

- No es necesario que mientas.

- Lo decía en serio.- nos quedamos viendo a los ojos por unos segundos y eso fue extraño.

- Tengo que irme ya.- colocó su mano en mi hombro.- Te veo mañana.

- Sí, nos vemos mañana... Que tengas un lindo día.- dije titubeando.

- Tú igual, espero que tu primer día de trabajo haya sido llevadero.

Cillian se fue dejándome sola en su gran oficina, por suerte eran pocas cosas las que tenía por hacer asi que en una hora más o menos podría irme a descansar. Hoy había hecho muchas cosas, empecé mi primer día cargada de tareas pero puse empeño para destacar y estar a la altura de todas las personas que trabajan aquí, que por cierto no es para cualquiera, hay que tener muchos conocimientos, experiencia y dedicación. Cillian lleva su empresa muy bien y sabe lo que hace, no por nada tiene una empresa sumamente conocida.