Hoy cumplía una semana exacta en la empresa Shelby, en estos días pude avanzar con todo el trabajo acumulado que tenía Joe asi que se podía decir que estaba todo al día, no había nada atrasado y esperaba que este lo mantuviera así. Hoy empezaba a trabajar con Cillian pero de momento no me había llamado, de hecho ni siquiera lo había visto por la empresa al parecer el sabía manejarse solo y a su ritmo. Como dijo, me llamaría sólo si lo necesitaba. Terminé algunas cosas y bajé a tomar un café, ya faltaba poco para la hora de salida.
Al llegar allí me topé con Gina que siempre estaba en la mesa de entrada contestando llamadas y recibiendo a las personas. Me quedé conversando un momento con ella y a los pocos minutos llegó Paul para hablar con nosotras.
- ¿Mucho trabajo verdad?.- bromeó.
- Lo mismo digo por ti.- contestó Gina. al parecer entre ellos ya había cierta confianza pues ella estaba aquí hace dos años.
- Me ha dicho Cillian que envíes unos correos a los clientes que ha dejado señados. Y que dejes preparado lo que tenga que hacer para mañana, puede que hoy ya no venga por aquí.
- Está bien, lo haré.- respondí.
- Ahora.- ordenó en tono serio, Gina lo fulminó con la mirada.- Es broma.- rió.
- Me lo he creído.
- No encontrarás otro jefe como yo.
- De seguro que no... Terminaré mi café e iré a enviar los correos.
- Tú tranquila.
- ¿Aquí nadie trabaja o que?.- dijo Joe apareciendo detrás de nosotros.
- Apareció el único trabajador de esta empresa.- contestó Paul sarcásticamente.- ¿Y Cillian donde está?, dice estar comprometido pero hoy no ha pisado la empresa.
- Mmm no lo se, creo que estaba con los niños. Sabes como es Cillian, poco nos habla de lo que hace.
- ¿Tiene hijos?.- mierda, pensé en voz alta.
- Sí. tiene dos.- respondió Joe sin problema.
- ¡Hey! ya sabes lo que dice Cillian, no se mezcla la vida personal con el trabajo.- dijo Paul.
- ¿Pero que dices? Tú te has revolcado con al menos tres trabajadoras y ahora no quieres mezclar las cosas.- contestó Joe.
- Wow, eso si es personal.- Gina y yo reímos.
- Será mejor que este tema finalice aquí.
- Yo iré a cumplir con mi deber... Será lo mejor. Los veo luego.- dije dejándolos a los tres para que sigan hablando sus cosas.
Subí a la oficina de Cillian y comencé a hacer lo que me había dicho. Era más de lo que pensaba parece que tendría que quedarme mas tiempo del que deseaba. Pasaron las horas hasta que llegó mi horario de salida, pero aún no terminaba aunque me faltaba poco, prefería terminarlo ahora para mañana no tener que volver a lo mismo.
Me faltaba un papel, comencé a buscarlo por todos los rincones, revisé uno de los cajones del escritorio pero no estaba, sólo habían algunos dibujos claramente hechos por niños, entonces si era verdad, él tenía hijos, bueno no era nada imposible. ¿Entonces tiene una familia y todo eso?. Dios tengo que concentrarme en mi trabajo y ese no era mi trabajo.
- ¿Se te perdió algo?.- me exalté cuando abrieron la puerta.
- Cillian... Me asustaste. Estoy buscando uno de los informes. Es de esta persona de aquí.- Señalé en la pantalla del ordenador.
- Sí, lo sé. Me lo he llevado a casa por error. Vine a avisarte, además ya ha pasado tu hora. Tienes que descansar.
- Sí, sólo quería dejar todo listo para mañana.
- ¿Vives lejos de aquí?.- consultó.
- ¿No lo sabes?.- respondí mientras terminaba de ordenar las cosas para irme.
- No, yo no me encargo de eso.
- Pensé que también estabas al tanto... Es por el centro.
- ¿Quieres que te lleve?
- No quiero molestar.
- Descuida. Además te has quedado aquí cumpliendo al pie de la letra, es lo mínimo que puedo hacer por ti.
- Está bien. Iré a buscar mis cosas y vamos.- asintió.
Busqué mis pertenencias, me aliste un poco y bajé por el ascensor. Ya no quedaba casi nadie en el edificio, el horario laboral de algunos ya había terminado mientras que otros tenían otras ocupaciones por ende tenían diferentes horarios. Llegué a la entrada y allí estaba Cillian en la puerta.
- Ven, este es mi coche.- caminó delante de mi y me abrió la puerta, agradecí el gesto y subí.- ¿Sabes conducir?
- No. Aunque me gustaría aprender. He estado postergando las clases de manejo por mucho.
- Es fácil. Sólo es cuestión de práctica.- encendió el motor y puso el coche en marcha.- Tú dime el camino.
- Aún no memorizo el recorrido, si nos perdemos será mi culpa.- bromeé
- ¿Has salido a recorrer la ciudad?
- Fui a un bar con los chicos el pasado fin de semana, no más que eso. Luego he hecho alguna que otra compra en los alrededores de mi apartamento.
- Para nada envidiable tu primera semana. ¿Es por aquí?.-preguntó, asentí y luego hubo un breve silencio incómodo, en ese momento noté un "pequeño" detalle en su mano.
- Sé que no es para nada de mi incumbencia pero sin embargo me da algo de curiosidad.- dije y sin más solté mi pregunta.- ¿No tendrás problemas con tu esposa por traerme a casa?.- señalé el anillo que llevaba en su dedo anular.
- Que observadora.- negó sonriente.- Estoy separado.
- Disculpa, fui muy inoportuna... ¿Vienes mañana a la empresa?
- Sí, mañana tengo que ir.
- ¿Ya almorzaste?.- negó.- ¿Tienes algo que hacer ahora?
- No, ¿Quieres invitarme a almorzar?
- Sí.- sonreí y me sentí aliviada ya que me quitó un peso de encima con esa pregunta.- Es lo mínimo que yo puedo hacer por ti al traerme hasta aquí.
Aparcó su coche y lo invité a pasar a mi apartamento, tenía todo ordenado como siempre por lo tanto eso no era un problema para mi, soy bastante compulsiva con el orden y la limpieza. Nos sentamos en la sala y pedí la comida, increíblemente terminé mi día laboral almorzando con mi jefe en casa, algo peculiar para mi. Pedí sushi para los dos y pasamos un agradable rato juntos, aunque sólo hablamos de trabajo y más trabajo. Al terminar me ayudo a recoger las cosas, agradeció el almuerzo y se fue. No estuvo mucho tiempo de hecho parecía que un poco lo hizo por compromiso, me refiero al aceptar almorzar conmigo.
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The Boss
RomanceLuego de conseguir empleo en otra ciudad Isabella decide mudarse y seguir su vida allí lejos de su entorno, con el fin de tener un mejor futuro. Al llegar conocerá a su atractivo jefe quien le pondrá el mundo al revés.