7

602 49 2
                                    

Después que de manera totalmente inesperada terminara teniendo sexo con mi jefe y digo inesperada porque él fue bastante confuso a la hora de confirmar que había tensión entre nosotros acordamos que lo que había pasado en aquella oficina moriría ahí y ya, que ninguno se pondría raro y nuestra relación seguiría "normal", como debería ser, cada cual cumpliendo su rol. Una vez aclaradas las cosas cada uno se fue por separado de la empresa. Eso estuvo muy bien, pero para ser realista era inevitable que todo siguiera como si no hubiéramos alterado las cosas horas antes y sin dejar de lado que nos conocimos hasta lo más profundo del alma, mas bien él a mi.

siempre tuve claro que no debía mezclar ese tipo de relaciones en el ambiente laboral, ya que si ese lazo se rompía siempre habría cierta tensión o incomodidad a la larga por eso nunca me entrometi con alguien a quien tuviera que verle la cara si o si todos los días, aunque tampoco me había pasado de sentirme atraída de esta manera, no soy una chica que se mete con cualquiera, mucho menos así de rápido. Prefiero conocer mejor a las personas antes.

Me sorprendí de mi misma por haber hecho eso, pero siento que Cillian fue una especie de capricho con el cual fanteseé y terminó por hacerse realidad, no imaginé que tendría ese alcance, lo manifesté con mucha intensidad. No todos tienen la suerte de tener un jefe tan seductor como él. Era mi primera vez estando con alguien así en muchos aspectos, también la primera vez que me llamaba la atención un hombre años mayor que yo.

Esto había pasado y el mundo no se detuvo, debía volver al trabajo y evitar ponerme nerviosa al verlo, bueno no es eso lo que me pone nerviosa sino me pone nerviosa que él resto se de cuenta. Sé que nadie lo sabrá si no es evidente pero cuando uno hace algo que posiblemente no sea lo adecuado siente que todos lo saben.

- Buen día.- dije entrando a la oficina de Joe quien se encontraba con Paul.- Que sorpresa encontrarlos a los dos aquí, trabajando, temprano por la mañana.- llevé mis manos al rostro fingiendo asombro.

- No siempre se puede vivir de ser una cara bonita.- dijo Paul.

- Hoy te vas temprano. No hay mucho por hacer.- informó Joe.

- Que buena noticia la verdad, me has alegrado la mañana.

- ¿Quieres una noticia aún mejor?

- Dime.

- Estaré ausente los próximos dos días, así que puedes tomarte el día mañana, pero deberás hacerte cargo de lo que haya para hacer el día que no esté aquí. Voy a salir de la ciudad, aprovecharé el fin de semana.

- No hay dudas de que tengo al mejor jefe de todos.- bromeé.

- No hay dudas de que tienes la secretaria más lamebotas del mundo.- agregó Paul.

- Tú estás celoso. Ya quisieras tener una asistente como yo.

- No gracias. necesito alguien que trabaje no que tenga el día libre.- reímos.

La mañana pasó muy lenta, pero al parecer eran mis ganas de irme las que no colaboraban con el paso del tiempo. Los ojos me pesaban, había dormido poco ya que mi cabeza estuvo dando vueltas toda la noche, asi que terminé mis cosas y baje por un café y un snack porque mi estómago ya rugía.

Terminé mi desayuno y estuve un rato con Gina y Jake, luego de eso volví a mi puesto para reencontrarme con Joe y despedirme ya que me iba a casa. Al llegar a su oficina le indique un par de cosas y me fui. Caminé hacia el ascensor que justo estaba abriendo sus puertas. Cillian estaba adentro.

- Hola.- saludé.

- ¿Ya te vas?.- consultó.

- Sí. Joe me ha dado permiso.

The Boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora