Me encontraba en el trabajo haciendo mis cosas con lentitud ya que mi cabeza no estaba funcionando como debía, mis pensamientos se escuchaban más fuerte que todo lo demás y no lograba concentrarme. Otra vez esto, otra vez este maldito sentimiento. Cuando las cosas parecían ir bien algo o más bien alguien, alteraba mi estabilidad.
- Almorzaremos con los chicos en la recepción ¿Te apuntas o no?.- comentó Joe.
- Me encantaría pero estoy ajustada con mi tiempo, terminaré estas cosas en casa para no atrasarme.- me justifique.
- Hey, yo no te he exigido que termines con todo ya mismo.
- Lo se pero prefiero entregar esto a termino.
- Relájate, te espero abajo.
- Está bien, iré en unos minutos.
Acomodé las cosas y dejé mis pertenencias a mano para luego venir a buscarlas antes de irme a casa. Bajé a la recepción y ya estaba reunido allí el pequeño grupo de trabajadores de las oficinas, junto con los jefes, Joe y Paul, ya que el principal no estaba y eso me revolvía el estómago sólo de imaginar dónde estaba o que podría estar haciendo en este momento como para no haber venido a la empresa justamente hoy.
Apenas si probé bocado, a decir verdad no quería estar ahí, desde que salí de la cama he estado torturandome con esa imágen. Me obligué a estar un rato más en el lugar y finalmente opté por irme, poco a poco comencé a tener un leve malestar físico, la cabeza empezó a dolerme y me sentí algo mareada. Así que me despedí, fuí al baño, mojé mi rostro, me quedé allí unos segundos esperando que el mareo se detenga y volví arriba por mis cosas.
Entré a la oficina y tomé mis cosas del escritorio, cuando me di la vuelta para irme entró él y volvió a cerrar la puerta.
- Hola.- me sonrió.- Te vi por las cámaras.- señaló el objeto sobre la puerta.- Acabo de llegar.
- Creo que es obvio pero está claro que no iré contigo al viaje que mencionaste.
- ¿Qué? ¿Y ahora que paso?, creí que las cosas entre nosotros estaban bien.
- ¿En serio me lo preguntas?
- Sí.- suspiré deduciendo que se trataba de una tomada de pelo.
- Esto paso.- dije furiosa sacando mi celular para enseñarle la foto que había recibido.- Ya no seguiremos con esto Cillian, se acabó.
- Mierda. Escúchame, te prometo que no es lo que crees. Es confuso sí, pero no es nada de lo que te imaginas.
- ¿Y crees que pienso Cillian? ¿No que ibas a cenar con tus hijos?
- Ellos viven con su madre.
- ¿Y tenías que ir si o si a su casa, con ella... ¿No podías simplemente llevarlos a tu casa o ir a otro lugar?
- Creo que no es el lugar adecuado para hablar de este tema.
- ¿No, acaso tienes miedo de que venga alguien y nos encuentre en esta situación?
- Tranquilízate.- quiso acercarse a mi pero lo evité.- Él de la foto soy yo y esa es su mano, no voy a negarlo y puedo jurar que no pasó nada. Ella no estaba en la casa, los niños se durmieron después de cenar y yo me quedé dormido en el sofá esperando a que llegara para irme a mi casa. Cuando regresó me despertó y me ofreció quedarme pero está de más decir que no lo hice, no me quedé. Supongo que antes de despertarme hizo eso.
- ¿Y porqué debería creerte Cillian? ¿Siempre será así? ¿Siempre estará ella en el medio? ¿Además porque me enviaría la foto justamente a mi?
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The Boss
RomanceLuego de conseguir empleo en otra ciudad Isabella decide mudarse y seguir su vida allí lejos de su entorno, con el fin de tener un mejor futuro. Al llegar conocerá a su atractivo jefe quien le pondrá el mundo al revés.