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Había estado toda la noche pensando en que hacer con respecto a esto que estaba teniendo con Cillian ya que cortarlo de raíz era prácticamente imposible por mi trabajo, si o si tendría que mantener el contacto por más que no quisiera. Claro que podríamos dejar el roce de lado pero aún así tenía que seguir teniendo diálogo con él.

Generalmente no era problema para mi cortar vínculos cuando creía necesario hacerlo, pero no sé porqué me estaba apresurando ahora, ¿Realmente era necesario?. Vi una imágen borrosa a futuro de ella entre nosotros dos y eso fue lo que me está haciendo tomar esta decisión. Pero de momento dejaría pasar los días para ver si esto se terminaba sólo o simplemente tendría que intervenir por mi cuenta, dejarle las cosas aún más claras a Cillian y hacerme a un lado.

- Hasta que te encuentro.- dijo al verme en las escaleras del segundo piso cuando bajó.- ¿Ya no usas el ascensor?

- Iba a tope.

- Pensé que lo habías evitado por mi.

- Para nada.- no creí que me hubiera visto, pero parece ser que está atento a todo.

- Me ha dicho Joe que necesitabas unos días.

- ¿Ya te lo dijo?

- Sí. Yo soy el que tiene la decisión final aquí.

- Bueno es verdad. Mi familia vendrá a visitarme la próxima semana y quería tener tiempo para ellos. Con dos días máximo me conformo.

- Me imagino que debes estar contenta.- asentí.- Te daré tres días si quieres, más de eso sería injusto para el resto.

- Está bien, te avisaré si necesito ese día extra. Gracias.- una inocente sonrisa se dibujó en mi rostro al saber que me habían dado los días sin peros.

- Bueno, te veo luego.- dijo al escuchar el sonido del ascensor.

- Subo contigo.- solté al ver que este venía vacío.

- Adelante.- entramos y marcó el último piso.

- ¿Cómo te fue ayer?.- me atreví a preguntar.

- Bien. El evento era de los niños, tenían una obra escolar. Por si te interesa saber.- aclaró.- Apenas terminó regresé a la empresa.

- Descuida. No tienes porqué decírmelo.- aunque por dentro estaba aliviada de saberlo.

- Tengo algo para ti.- lo seguí hasta su oficina y al llegar allí busco en el frigobar.- Ten, para el almuerzo.- me dio una ensalada cesar, mi preferida.

- Me sorprendiste.- le robé un beso.

- También tú.- dijo para luego unir nuestros labios en un beso más duradero.- ¿Acaso no me echaste de menos?

- No.- sonreí burlona.- ¿Que harás esta noche? ¿Tienes una agenda muy apretada?

- Depende para que.

- ¿Aceptarías una cena?

- ¿Quién te diría que no a ti?

- Tú. Ya lo haz hecho en otra ocasión.

- Bueno ha sido algo urgente.

- Mmm, tengo cosas pendientes, luego me avisas si aceptas o no.- me dió otro beso y mordí su labio antes separarnos.- di medía vuelta y caminé a la salida antes de abrir la puerta voltee nuevamente al sentir que estaba mirándome.- ¿Se te perdió algo?

- Sólo observo.

- Deberías observar menos y hacer más.

- Sería faltarte el respeto si hiciera algo.- dijo acercándose a mi.

- Si te lo permitiera ya no sería una falta de respeto.

- ¿Y que quieres que haga?.- susurró en mi oído mientras se apegó a mi tomándome con ambas manos de la cintura haciéndome soltar un suspiro ahogado.

Giré mi cabeza para encontrarnos cara a cara y poder besar sus labios. Cillian no era muy alto, por lo que prácticamente teníamos casi la misma altura, con suerte tenía unos diez centímetros más que yo. Así que besarnos se hacía súper cómodo. Él me dio la vuelta poniéndome frente a él y comenzó a besarme el cuello, bajó lentamente hasta llegar a mis senos, volvió a subir y unió nuestros labios nuevamente.

La respiración de ambos estaba agitada, bajé con mi mano tocando su torso hasta llegar a al cierre de su pantalón, logré desabrocharlo y comencé a acariciar su miembro sobre la ropa interior. El apretaba mis nalgas con fuerza mientras nos besábamos desesperadamente.

- Ya házlo.- pedí con un hilo de voz.

- No traigo protección.- susurró.

- No te preocupes.

Él volvió a darme vuelta y me puso contra la pared. Levantó mi falda hasta arriba y entró en mi suavemente. Un gemido salió involuntariamente de mi boca y Cillian colocó su mano sobre esta sin ejercer demasiada fuerza para que no se escuchase ya que cada tanto pasaba el personal por los pasillos y estábamos literalmente apoyados sobre la puerta. Mientras me penetraba me sostenía por la cadera con una mano y con la otra frotaba mi parte sensible para darme más placer y realmente lo lograba. Yo mordía mis labios para no dejar salir mis gemidos mientras lo escuchaba a él con su respiración agitada y soltar algún que otro gemido por lo bajo.

Sentía que estaba cerca del climax y así que arquee mi espalda un poco y eché mi cabeza hacía atrás, él escondió su rostro entre mi cuello y aumento la velocidad. Increíblemente pudimos llegar al orgasmo juntos, la conexión que tenía con este hombre era de otro planeta, me volvía loca, no sólo era una cara bonita, también sabía lo que hacía.

- Me dejé llevar, lo siento.- soltó apenado luego de salir del estado de excitación en el que estábamos.- Ven, pasemos al baño para que puedas limpiarte.

Fuimos al baño de su oficina y agarró una toalla entendí a qué se refería y sé que quizá sería una preocupación para él lo que había pasado pero no para mi así que decidí darle tranquilidad.

- ¿Lo disfrutaste?.- pregunté ignorando lo que dijo con anterioridad.

- Fue increíble.

- También lo fue para mi, eso es lo que realmente importa... No tienes que preocuparte por lo demás, tomo píldoras anticonceptivas.- aclaré.

- Bueno, mayor tranquilidad para los dos.- dijo mientras secaba su rostro después de lavarse.- Te espero.- señaló su escritorio y no se fue sin antes depositar un beso en mi mejilla.

- ¿Cómo me veo?.- consulté minutos después saliendo del baño.

- Bien, como siempre.

- Me refiero a si se nota que he tenido sexo hace menos de treinta minutos.- él rió.

- Un poco.- bromeó.- Estás radiante. Como si te hubieran dado el mejor sexo de tu vida.

- Wow, que egocéntrico... Aunque no te equivocas.- miré el reloj que estaba en la pared.- Olvidé que estoy en horario laboral, imagina lo terrible que sería si mi jefe se enterase lo que estaba haciendo.

- Lo sé, sería totalmente inaceptable. Pero no diré nada así que tu secreto estará a salvo conmigo.

Me acerqué a él rápidamente para darle un beso fugaz e irme de allí sin antes verificar que no hubiera nadie cerca que pudiera verme en esa extraña situación. Después de servirme el postre antes que el almuerzo decidí comer ya que esto me abrió el apetito. Mientras almorzaba en silencio me di cuenta que había pensado poner un freno a esto y terminé haciendo todo lo contrario, sinceramente no creo que despegarme de Cillian sea tan fácil como pensé, porque cada vez que se presenta algún tipo de contacto con él caigo rendida a sus pies como la primera vez.

The Boss Donde viven las historias. Descúbrelo ahora